Columna de Daniela Lagos: Perry Mason, crimen a la antigua

Perry Mason es una serie oscura, con momentos y escenas duras y otros de comedia y liviandad. Una producción bien lograda, que al menos en su inicio no justifica dónde se une este Perry Mason con el de la clásica serie de televisión, pero que invita a unirse a su viaje y averiguarlo.


Según que tan joven o mayor seas, las palabras “Perry Mason” pueden no decirte nada, recordarte una canción de Ozzy Osbourne a mediados de los 90 o hacerte retroceder hasta los años 60, cuando la serie que llevaba el nombre del personaje era un éxito de la pantalla chica.

En la historia de la cultura pop estadounidense, Perry Mason es su más famoso abogado, protagonista de decenas de libros, un radioteatro, varias películas y una serie con 271 episodios. En cada uno de ellos el litigante toma el caso de alguien injustamente acusado, y al final el resultado es siempre el mismo: una sentencia de inocente.

Medio siglo después de esta serie, Perry Mason está de vuelta, en HBO. Son los años 30 y Mason todavía no es ni de cerca el exitoso abogado que triunfa en la corte, sino que es un detective privado sin ninguna riqueza, ex combatiente de la primera guerra mundial, está separado y no ve a su hijo, tiene problemas con el alcohol y nunca está muy bien afeitado.

En esas circunstancias llega hasta él un caso mucho más grande que los que está acostumbrado a resolver: el de una guagua que ha sido secuestrada y asesinada, en lo que rápidamente parece ser una conspiración bastante más grande de lo que se cree, y que involucra a una gran iglesia y policías corruptos.

La serie, que podría parecer una más en el montón de las de detectives dañados tratando de resolver un caso, logra destacar por varios motivos, que parten desde una impecable producción y musicalización que rinde un logrado tributo al cine negro, sus personajes y atmósferas, que reinaban en los años que retrata la producción.

Y junto con esto están las actuaciones, partiendo por el protagonista Matthew Rhys, que logra que un personaje que podría estar tan visto y re visto, no parezca una caricatura. John Lithgow y Tatiana Maslany son otros de los nombres que presenta esta producción.

Perry Mason es una serie oscura, con momentos y escenas duras y otros de comedia y liviandad. Una producción bien lograda, que al menos en su inicio no justifica dónde se une este Perry Mason con el de la clásica serie de televisión, pero que invita a unirse a su viaje y averiguarlo.

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