Dionisia, la primera freestyler
Con 19 años Ambar Leiva quedó en la historia chilena de la Batalla de los Gallos. Por primera vez en la competición, una mujer consiguió meterse entre los dieciséis mejores. En conversación con Culto define su estilo.
Un día antes de competir oficialmente por la Batalla de los Gallos, la competición de freestylers organizada por RedBull, Ambar Luna, mejor conocida como Dionisia, pasea por Concepción convertida en una especie de pequeña celebridad.
Aunque es difícil de aceptar tanto reconocimiento —luego contará que se debe a su personalidad tímida—, accede amable a posar ante celulares de desconocidos. Casi todos son escolares que la ven como una referente.
Su fama en el mundo del freestyle se expande veloz gracias a Instagram (al cierre de este texto acumula 109 mil seguidores) y a algunas de sus batallas disponibles en Youtube, las que, sumadas, alcanzan un par de millones de reproducciones. Sin embargo, ella está consciente de la realidad. Su realidad.
Con 19 años y clasificada tras ganar su cupo batallando en la fase universitaria de la franquicia, Dionisia se transformó en la primera mujer en entrar a oficialmente en una semifinal de la competición más importante del género.
La épica la repetirá el próximo 3 de mayo Koncisa, la primera competidora en entrar directamente a la semifinal tras postular vía video y ser elegida por la organización.
El método
-¿Cómo se "entrena" para una batalla de raperos?
-No me preparo especialmente para las batallas. Lo que yo hago es freestyle y lo hago todos los días, compita o no. Con mis amigos nos juntamos al menos cuatro o cinco veces a la semana a freestalear pero debatiendo, no batallando. Yo no quiero tener un estilo en donde tengo que basurear al adversario, quiero enseñar y que él me enseñe a mí. También leo mucho y eso lo utilizo. No puedo hablar banalidades.
Aunque dio la Prueba de Selección Universitaria y su puntaje le permitió acceder a la carrera de Medicina en la Universidad de Chile, Ambar decidió seguir su intuición y dejó, por ahora en el congelador, su vida universitaria. "Me di este año para rapear y está valiendo la pena", reflexiona.
-Esto de las batallas está en una delgada línea entre deporte y arte, ¿cómo deberíamos catalogarlas?
-Es un deporte mental. Necesita entrenamiento, no te puedes estancar y tienes que estar constantemente aprendiendo, en tu contexto de vida por supuesto, y aplicarlo. Yo rapeo desde súper chica, siempre quise batallar, nunca me atreví y ahora me dije: "Qué aburrido seguir freestaleando, debo ponerme a prueba". No pretendo sentirme mejor que otro, sí mejor que yo. No se puede crecer si sigues en la misma línea.
-¿Crees que existen diferencias entre las ligas callejeras y una institucionalizada como la de RedBull?
-No siento diferencia entre las ligas pero sí que el freestyle está muy "sucio" en general. Eso es lo que hay que cambiar pero desde adentro, se está formando una nueva escuela. Por ejemplo, está Ezeseta (freestyler de Concepción) que es alguien súper inteligente, hace poesía y está cambiando eso de la ordinariez, de insultar a tu mamá o insultarte por tu cuerpo o tu sexo. Se está formando una nueva escuela y quiero ser parte de ella.
Redes sociales: la calle ahora es global
La conversación se ve interrumpida frecuentemente por fanáticos que le piden fotos o simplemente un saludo. Aunque su prioridad es esta entrevista, accede. "Por favor, ¿puede ser una foto grupal?" es su única exigencia.
-¿Te pone incómoda esto de las fotos?
-Es que no soy una persona fotogénica. ¡Qué vergüenza! Pero igual, es penca de mi parte no darlas. Eso pasa cuando uno admira a alguien, pero nunca quiero sacarme fotos. Me desconcentra el tema. Si me conocieran, podrían hacer un juicio sobre mí, ¿realmente le pedirías fotos a una persona que conocieras de verdad? Eso igual lo pongo mucho en duda.
-Una cosa es lo que te digan durante una batalla, pero otra totalmente distinta es cómo eso se amplifica en redes sociales...
-He llegado a llorar por comentarios de Internet. Pero tengo a mis compañeras que me apañan y me dicen: "No es real, todo es mentira". Yo puedo decir cualquier cosa y no es verdad porque no lo conozco realmente. No va a pasar más allá de nuestro freestyle. Todas las personas que te dicen que te aman, no es cierto, porque no te conocen. No pueden dar una opinión objetiva de ti, las opiniones hay que tomarlas de manera impersonal.
-Entonces, ¿cómo se toma la decisión de participar en algo tan masivo como la Batalla de los Gallos?
-Me inscribí a las universitarias porque pasar directo a la semifinal era un paso demasiado grande, porque no he batallado tantas veces. Soy muy vergonzosa, pero pensé "si llego, será un mérito propio". Me lo gané de manera digna. Aunque antes de competir estaba muy nerviosa, me empezaron a dar unas "crisis de vergüenza". Nunca había rapeado con micrófono pero cuando gané la primera batalla me sentí súper capaz. Cuando gané, tuve una sensación, algo, que nunca había sentido. Me arremangué y dije "voy". Así, a lo maldita (ríe).
-¿Te ha entrado la tentación de responder las críticas que te llegan por redes sociales?
-A veces caí en la tentación de responder pero nunca de la misma manera. Les ponía "Muchas gracias por tu apoyo" y listo. Aunque yo con mis cercanos lo converso y me duele. Es super feo, siempre aparecen comentarios por mi relación con Teorema (uno de los referentes del freestyle en Chile) . "Clasifica porque es novia de nosequién", dicen. Siempre van a buscar la manera de minimizarte, de hacerte sentir menos.
Yo apuesto que si todos quisieran superarse a sí mismos y no humillar al otro, todos seríamos grandes. No necesitamos que sólo haya una mujer buena en Chile, ¿Cuántos hombres buenos hay en Chile? ¿cuarenta? ¿cincuenta? Pueden haber 100 mujeres que sean las mejores porque no sacamos nada con decir que "soy la reina del parque, de la plaza". No loco, sé mejor que tú hermana. Todas podemos.
Mujeres en el freestyle
Cuando Dionisia batalla, los epítetos con los que responden sus contrincantes no suelen ser amables. Las respuestas suelen contener descalificaciones a su familia, sus relaciones personales y su sexualidad, hasta otros que se aventuran a poner en duda su capacidad como artista o el espacio que ocupa dentro de la escena.
"No siempre vas a agradar a todos. Haz lo tuyo nomás", dice como consejo a otras que, como ella, quieren adentrarse en el mundo del freestyle.
-¿Ser mujer en una liga mayoritariamente masculina facilita la descalificación?
-Muchas veces caí en ese juego y me arrepiento. Dije cosas que van en contra de lo que yo creo, de mis enseñanzas y de mis valores. Me cuestioné sobre lo masculinizado que estaba todo y quise salirme. Hasta el día de hoy pienso eso, pero creo que cambiarlo es una linda manera de superarme. Quiero hacerlos sentir avergonzados, quiero que sientan vergüenza de hablar tanta hueá.
-¿El hecho de que la escena se haya tornado tan "violenta" ha ahuyentado la participación de mujeres?
-Sí, porque piensan que esto se trata de una competencia sobre el otro y no creas que es un tema de género. He conocido a muchos hombres que no se atreven a freestalear por miedo a que los humillen por su estatura, por su color de piel o sencillamente por si dicen algo a favor de las mujeres sean acusados de "porsilapongo" (Nota de la de la redacción: condescendientes) o un maricón.
Claro, pasa más con las mujeres, pero es algo transversal porque es una guerra de egos. Al principio, te dirán que eres malo pero a mí me han dicho de todo. No tengo nada que demostrarle a nadie más que a mí misma. Voy, lo hago y lo disfruto.
Hay muchas mujeres que rapeamos bien. Ahora nos estamos juntando, a entrenar, hacer grupos y batallamos juntas. Todas podemos crecer.
-Desde las Batallas han existido otros exponentes que luego hicieron carrera en la música, DrefQuila es el caso más "pop", ¿Qué piensas sobre adecuar el freestyle a un nuevo "arte"?
-A mí me gusta más la música que batallar. Tengo algunos temas grabados y las batallas son un gran trampolín para que más gente conozca tus canciones. Igual, uno puede decir muchas más cosas que las que te permite un patrón de cuatro cuartos y diez segundos. Es válido que sólo te enfoques en batallar pero por ejemplo a DrefQuila le dicen “eres un vendido” pero al que critica le encantaría estar en su lugar.
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