“Hoy es mucho más cruel”: la docuserie de HBO que aborda la esclavitud contemporánea en Brasil

En cinco episodios, la producción documental Escravidão – Século XXl se adentra en un tema incómodo y vigente: la esclavitud a la que están sometidos brasileños y extranjeros en Brasil a más de 130 años desde su abolición. Una realidad a la que los realizadores, sostienen, se acercaron sin un ánimo de denuncia. “No quiero dar respuestas sino que preguntas”, explica a Culto Bruno Barreto, director general del proyecto.


La serie documental Esclavitud siglo XXl (Escravidão – século XXl) examina una situación que atenta gravemente contra los Derechos Humanos y que, sin embargo, no suele tener un espacio permanente en la agenda. Dividida en cinco capítulos (estreno este miércoles 5 a las 21 hrs. en HBO Mundi y HBO GO), la producción se acerca a diversos testimonios de brasileños y extranjeros cuya experiencia está cruzada por el trabajo esclavo en la actualidad, pese a que en el país la esclavitud fue abolida hace más de 130 años.

Bruno Barreto, director general del proyecto y realizador de los episodios junto a Marcelo Santiago, fija su acercamiento al tema: “No estoy denunciando nada. Odio cuando veo un documental o una película que quiere denunciar algo. Me gusta hablarle a la audiencia. Soy un contador de historias y quiero que esta historia que abordo sea lo más compleja posible, y dejar que el juez sea la audiencia”.

En una conversación con medios latinos en la que participa Culto, Barreto –autor de Doña flor y sus dos maridos (1976)– explica que su interés en el tema llegó por sugerencia de su padre, el productor Luiz Carlos Barreto, y que luego se volcó a una extensa investigación a la que se terminó uniendo su dupla en la dirección. En el proceso colaboraron con el Ministerio Público del Trabajo y llegaron a más de 100 posibles casos.

“Los personajes que se presentaron nos llevaron a elegir los temas”, afirma Santiago sobre el tipo de estudio que realiza la serie documental de HBO. El primer episodio se acerca a lo que denomina la “Cultura de la Esclavitud” y comienza con el testimonio de Renata, quien, siendo una niña, se convirtió en esclava doméstica tras ser llevada a Bahía por una supuesta prima de su padre. El mismo capítulo aborda dos casos en la ruralidad de Brasil y termina con Vicentina, una mujer que durante años cocinó en una estancia trabajando los siete días de la semana y 12 horas diarias.

“En el pasado, tener un esclavo era como tener un caballo. Tenías que ser cuidadoso porque podías venderlo. Hoy es mucho más cruel. Y abarca a todos, no sólo a los negros, está en todas partes. E incluso en lugares que nunca tuvieron esclavitud, como China o Corea. No porque entiendas cómo era la esclavitud en Brasil en el pasado, entenderías cómo es hoy. Está realmente desconectado”, apunta Barreto.

Con el fin de otorgar una mirada más amplia, la docuserie también aborda las historias de trabajadores bolivianos que han sido esclavizados en la cadena productiva de la industria de la moda en Sao Paulo. Ese episodio, el cuarto, luego presenta el caso de un inmigrante chino que fue encontrado en Río de Janeiro viviendo en condiciones insalubres y sin pago de sueldo. El quinto capítulo, en tanto, cruza la esclavitud con la explotación sexual.

Una tema de estudio complejo desde el punto de vista humano, pero también desde la realización misma, que se propuso dar a conocer una realidad que usualmente no tiene la visibilidad que ahora puede adquirir gracias a HBO. “Pero estábamos con el Ministerio Público del Trabajo todo el tiempo, que nos daba seguridad”, advierte Santiago.

La producción se nutre de opiniones del periodista Leonardo Sakamoto, del diplomático y exministro de Relaciones Exteriores Celso Amorim, y del expresidente y sociólogo Fernando Henrique Cardoso, quien interviene en un capítulo.

Bruno Barreto en el rodaje.

“Él y otras personas dicen que la esencia del problema es la inequidad, porque si no puedes encontrar un trabajo terminarás trabajando para alguien que no te va a tratar bien. Prefieres trabajar que no trabajar”, señala Barreto.

Por último, el director general del proyecto indica: “No quiero dar respuestas sino que preguntas. Y quiero emocionar. Mi principal objetivo es siempre emocionar, pero no manipular. Eso es muy difícil, porque hay una línea muy delgada entre emocionar a la audiencia y manipularla”.

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