Culto

Reseña de libros: de Paul Murray a Milagros Abalo

La Picadura de Abeja, la sorprendente y divertida novela del autor irlandés en torno a una familia disfuncional; una selección de la columna Correo Literario que durante 20 años escribió la poeta Wislawa Szymborska, y un breve y delicado libro ilustrado sobre el proceso de transición de una adolescente, en las lecturas de la semana.

Lee Pellegrini

La Picadura de Abeja, de Paul Murray (Anagrama)

Dickie administraba un concesionario de autos heredado de su padre. Esa tarde le explicó a la familia que había hecho todo lo posible para mantenerlo con vida, pero realmente las cifras no cuadraban. Y había decidido bajar la cortina. Quería mantener la calma. “Son cosas cíclicas. Ahora mismo el mercado está un poco parado, pero ya arrancará”, les dijo. Su esposa Imelda no se contuvo: “¡Por el amor de Dios, Dickie!”, exclamó golpeando la mesa. “Pero ¡si has hundido el negocio! ¡Lo has hundido!”. Los Barnes, una disfuncional familia de un pueblo irlandés, son los protagonistas de esta excepcional y ambiciosa tragicomedia ambientada tras la crisis de 2008. Imelda, quien alguna vez fue la belleza del pueblo, lo lleva mal: su mayor pasatiempo son las compras. Cass, la hija adolescente, solo sueña con irse a vivir a Dublín, mientras PJ sufre bullying y no la pasa bien en la escuela. En tanto Dickie decide construir un refugio en el bosque ante el colapso ecológico. Divertida y audaz, atravesada de humor negro, la novela está narrada desde los puntos de vista de cada uno de los personajes. “Una trama familiar al estilo de las de Frazen”, según Bret Easton Ellis. Fue finalista del Booker 2023.

Cómo llegar a ser (o a no ser) Escritor, de Wislawa Szymborska (Ediciones UACh)

Durante 20 años, entre las décadas del 50 y 60, la poeta polaca Wislawa Szymborska (Premio Nobel 1996) trabajó en la revista Życie Literackie (Vida Literaria), de Cracovia. Allí mantuvo la columna semanal “Correo literario”, donde respondía a los lectores que enviaban poemas y relatos. Sus corresponsales solían ser jóvenes con ambiciones literarias. Las respuestas eran una sabrosa mezcla de ironía, ternura y rigor. Una selección se recoge en este volumen. Las respuestas pueden leerse como un involuntario manual literario o un ingenioso compendio de ideas de la autora fallecida en 2012. “¡Qué suerte tienen los médicos, siempre pueden recetar alguna pastilla!”, le escribe a un lector. Pero eso no sucede en este campo, agrega. “Así que le recomendamos la gramática de la lengua polaca tres veces al día después del desayuno, comida y cena”. A un joven admirador de los relatos policiales de Agatha Christie, le recomienda: “Pronto te darás cuenta de que no solo doña Agatha escribe historias que hielan la sangre en las venas, sino también el señor Homero, el señor Shakespeare, el señor Dostoievski y algunos señores más”. Una auténtica pedagogía literaria.

Niña, de Milagros Abalo (FCE)

No le gustaba cortarse el pelo. Tampoco usar la ropa en tonos azules y verdes; en cambio, prefería las prendas rosa, como la ropa de su hermana. En los recreos se quedaba en la sala. No le interesaban los juegos de los niños y estaba cada vez más ensimismada. La mamá tuvo un sueño: soñó que la niña caía a un pozo, el pozo del otoño: “no era un pozo profundo pero era la melancolía”. En el sueño la mamá se lanzó y al fondo se encontró con ella; “tomó su mano, sacudió de su cuerpo y de su cara las hojas amarillas como limones y le dijo suave al oído: no vuelvas al pozo mi niña, elegiremos nuevas ropas y buscaremos siempre una salida”. La poeta Milagros Abalo es la autora de esta historia en torno a la transición de una adolescente. Una narración breve e intimista, escrita con belleza y sensibilidad y delicadamente ilustrada.

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