Julio Rodríguez es reconocido como el mentor de Claudio Bravo. El título no es menor, considerando la estatura que alcanzó su pupilo: llegó a ser considerado el mejor arquero chileno de la historia, una consideración que justifican su trayectoria en la Selección y el paso por grandes escuadras. Después de surgir en Colo Colo, justamente de la mano del preparador, defendió a la Real Sociedad, el Barcelona, el Manchester City y el Betis.

La relación entre ambos está rota. “Cuando él todavía estaba en el Barcelona, me dijo que quería hacer algo especial en su complejo. Yo tomé esa inquietud y la organicé con todo lo que había aprendido afuera. Hicimos una clínica para 80 arqueros, algo que nunca se había hecho en Chile. Como Claudio tenía nombre, abrimos inscripciones para 80 y se anotaron 120. Así que al final hicimos dos clínicas, para 160 arqueros”, comenzó relatando en una entrevista con En Cancha.

$60 mil por clínica y cientos de alumnos: el modelo de negocios que quebró relación entre Claudio Bravo y Julio Rodríguez

La metodología de trabajo es la misma que se ocupa en El Uno Campus y de la que Rodríguez asegura ser el ideólogo. La implementación estaba a cargo de los profesores de ese establecimiento que, en algunas oportunidades, contaban con la presencia de Claudio Bravo y Julio Rodríguez. En Buin, eso sí, el trabajo tiene un costo: la jornada de clínica bordea los $ 60 mil por alumno. ¿Qué aprendían? Todos los conceptos básicos para un arquero en formación: colocación, juego aéreo, desplazamientos, saques y uso de los pies. Y, como valor agregado, había ocasiones en las que podían compartir con su ídolo. La sola multiplicación lineal de los factores que plantea el preparador da cuenta de ingresos millonarios. Ese mismo método fue implementado en regiones, en la que cientos de niños y adultos asistieron.

“Yo fui a una clínica. Claudio Bravo y Julio Rodríguez hicieron el entrenamiento, que duró toda una mañana. Bravo estuvo súper activo, participativo y te corregía movimientos. Fue una jornada que me ayudó a pulirme como arquero amateur”, dice Felipe Acevedo, uno de los asistentes a una de las clases pagadas.

La clínica se inició a las 9 horas y terminó pasado el mediodía, en el complejo Uno Campus en Buin. Daba la posibilidad de compartir y tomarse fotografías al final de la clase con el campeón de América. También los inscritos tenían derecho a una polera (que exigían para que todos estuviesen uniformados) y bebidas isotónicas.

“Al final uno compartía con Claudio Bravo y te podías tomar fotografías para el recuerdo. Fue una experiencia que recuerdo con harta gratitud. Incluso, le mandó saludos a mi señora”, complementa el ingeniero informático de 40 años.

El inicio del conflicto

El 27 de agosto del año pasado, Bravo anunció el término de su carrera deportiva. Venía de defender al Betis y de custodiar el arco de la Roja en la Copa América. Su recorrido y los logros que consiguió en su carrera tornaban previsible un homenaje multitudinario a modo de despedida. Sin embargo, el ahora exguardameta optó por un camino diferente. En marzo, anunció la realización de clínicas deportivas en todo el país, como una forma de agradecer el respaldo de los hinchas y de engrandecer su legado.

En la gira de despedida, la inscripción de los participantes es gratuita, según consigna el perfil de la actividad en Instagram, y se canaliza a través de las asociaciones vinculadas a la ANFA El ingreso de los espectadores tampoco tiene costo, previa obtención de un ticket para tal efecto. Bravo luce la marca El Uno, el nombre del complejo deportivo en el que viene trabajando desde 2016, en cuya creación también intervino Rodríguez y en el que comenzó con las jornadas. Hay empresas privadas que aportan al proyecto.

“Hoy quiero devolverles todo el cariño y el respeto que han demostrado hacia mi persona durante tantos años de mi carrera. Y creo que la mejor forma es ayudar, contribuir y colaborar a las futuras generaciones de arqueros de nuestro país. Y con muchísima alegría les quiero anunciar mi despedida realizando clínicas para arqueros por todo nuestro país. Junto a mi equipo de El Uno Campus estaremos en las 16 capitales regionales de nuestro país y cerraremos en Isla de Pascua. Llevaremos entrenamientos, enseñanza, aprendizaje y experiencias inolvidables para todos nuestros arqueros”, declaró, sin prever el efecto que terminaría generándose.

El recorrido partió en Punta Arenas y ha ido avanzando por el territorio nacional. Coyhaique y Puerto Montt fueron las siguientes estaciones sureñas. Las nortinas las abrió Antofagasta y las continuaron Iquique y Arica. En todas, cerca de un centenar de niños participaron de las actividades y recibieron instrucciones del ídolo y del staff que se encarga de la implementación del programa. Está contemplado visitar 16 ciudades y cerrar el recorrido en Isla de Pascua.

La disputa

En la entrevista, Rodríguez fija el hito de la separación. “Hicimos varias: en su complejo, en Iquique… pero después me fui a Estados Unidos. Y ahí es cuando deja de llamarme. Si él hubiese querido hacer más conmigo, bastaba con levantar el teléfono, pero no lo hizo”, reprochó el especialista, quien comenzó a guiar a Bravo a los 12 años y quien incluso figuró entre las opciones para acompañarlo en la Selección, en la época en que el golero le exigió a la ANFP la incorporación de un profesional idóneo para el trabajo con los goleros al staff que encabezaba Reinaldo Rueda.

“Fue una falta de respeto, porque está lucrando con algo que armamos juntos, basado en mis conocimientos. Y nunca se me reconoció ni se me pidió permiso”, acusó Hulk, en la misma entrevista.

También sostuvo que ha evaluado iniciar acciones legales, fundamentalmente por su rol protagónico en la generación del modelo de trabajo, aunque admite lo doloroso que resultaría explorar ese camino frente a su principal pupilo.