La decisión Ricardo Gareca de llamar a Lucas Assadi a la Selección Chilena sumó cuestionamientos. El joven jugador de Universidad de Chile viene reapareciendo en las convocatorias de su club y si bien anotó un gol en holgado triunfo de los estudiantiles ante O’Higgins, sus números en esta temporada están lejos de justificar su nominación.

El nacido en Puente Alto suma sólo 58 minutos en la Liga de Primera, tres en la Copa Libertadores y en la Copa Chile es dónde más aparecido con 225 minutos y tres titularidades. Sin embargo, en dicha competencia se hizo pública la molestia de su entrenador, Gustavo Álvarez, con el rendimiento del canterano, cuando lo sacó en el minuto 56 ante Magallanes.

De hecho, Assadi no estaba siendo convocado por Álvarez al primer equipo de la U y reingresó a última hora a las nóminas. “Cuando uno se inclina por un jugador, siempre es por rendimiento. Uno puede tener dudas en un puesto entre dos o tres jugadores y siempre lo que inclina la balanza es el rendimiento de la semana. Por eso elijo a uno u otro“, explicó Álvarez cuando fue consultado en rueda de prensa.

Cómo y por qué Ricardo Gareca llamó a Lucas Assadi a la Roja

Todo cambió cuando el delantero Rodrigo’ Contreras se lesionó. Álvarez decidió descongelar al talentoso futbolista y aprovechó la privacidad que le otorgaban las instalaciones de Fluminense para hablar con él. Lo hizo en la previa al duelo frente a Botafogo, por la Copa Libertadores. Y la respuesta del joven de 21 años no se hizo esperar. Pese a que ingresó en el minuto 87 al duelo con los cariocas, se le vio activo dentro de la cancha y pidiendo el balón para intentar dar vuelta el resultado.

Assadi dejó buenas sensaciones en Álvarez y éste repitió la fórmula el pasado sábado, cuando Charles Aránguiz ya no podía seguir en el campo por el dolor que siente en el tobillo izquierdo producto de la lesión crónica que padece en el tendón de Aquiles. Tres minutos en el campo de juego, ingresó a los 79′, le bastaron al jugador para anotar el sexto gol de los estudiantiles.

Y al parecer la receta le hizo sentido a Ricardo Gareca. Con Aránguiz con problemas físicos y sin Luciano Cabral, el cual fue liberado junto a Paulo Díaz por “patologías músculo-esqueléticas”, Assadi se anotó como la solución de cara a los duelos frente Argentina y Bolivia.

“Es un jugador que le gusta mucho”, explican desde Juan Pinto Durán. A tal punto, que hace un mes envió a miembros de su staff técnico a observarlo en las prácticas de la U.

En la Roja repiten que el argentino siempre lo tuvo entre los “convocables” pues lo conoce desde la primera citación que hizo en marzo del año pasado y que terminó con una mini-gira de la Roja por Europa (enfrentó a Albania y Francia). Además, valoró mucho su disposición cuando lo citó a sólo un día de iniciar los trabajos de cara al amistoso que sostuvo el Equipo de Todos ante panamá en febrero de este año.

El teléfono sonó este lunes

Apenas se concretó la salida de Cabral y se enteró del delicado estado de Aránguiz, Gareca tomó el teléfono y se comunicó con el Centro Deportivo Azul. Allí le comunicó a la gerencia deportiva que encabeza Manuel Mayo que Assadi y Matías Sepúlveda serían solicitados para los duelos que sostendrá Chile ante Argentina y Bolivia en la doble fecha FIFA que comienza este jueves.

Una vez que Gareca cortó la comunicación, ambos deportistas fueron informados de la solicitud y se mostraron contentos con la posibilidad de defender la camiseta de nuestro país. Sentimiento que se extendió a la dirigencia de la concesionaria. “Estoy muy feliz, muy contento. Me llamaron hoy (lunes) y siento que es mérito al esfuerzo, a cómo está el equipo”, aseguró el ‘Tucu’ a su llegada a JPD y agregó que “estoy muy contento de que haya hartos muchachos de la U”. Sepúlveda y Assadi se sumaron a Gabriel Castellón, Nicolás Fernández, Fabian Hormazábal, Aránguiz, Maximiliano Guerrero y Javier Altamirano.

Decisión diametralmente opuesta a la que tomó Gareca en sus primeros partidos eliminatorios, donde no contó con ningún jugador de Universidad de Chile en su listado, pese a que la oncena de Álvarez dominaba la Liga de Primera sin contrapeso por ese entonces.