El Deportivo

Historia viva del Champion

Luis Mayol Bravo, de 91 años, es el corralero con vida que hace más años fue campeón de Chile: en 1957 y lo recuerda bien. Da las claves de la excelencia y aconseja a los criadores.

Urzúa-Mayol

Este jueves partirá en la Medialuna Monumental de Rancagua el 70º Campeonato Nacional de Rodeo. De las primeras ediciones del evento, ininterrumpido desde 1949, queda poco y muchos de sus protagonistas ya recibieron el homenaje del novillo del silencio. Quien hoy puede celebrar que hace más años fue campeón es Luis Mayol Bravo, quien en 1957 se coronó en la final realizada en Curicó junto a René Urzúa, en Reñoso y Cuspe.

Mayol tenía 30 años, por primera vez llegaba a la final del Nacional y aunque lo acompañaba quien ya había sido dos veces campeón de Chile, con otros compañeros, es un error pensar que Urzúa hizo el mayor trabajo.

"Don René Urzúa era un profesor, él fue el que me dirigió para que corriera y atajara en el momento preciso. Ese año los novillos eran muy grandes, muy difíciles de atajar, y creo que tengo el récord individual de puntaje, de los 15, marqué 13", recuerda Mayol.

En esa época los puntajes del rodeo llegaban a tres puntos (no cuatro) y no se daba el positivo por salida del apiñadero. "Hicimos carreras de seis, cuatro y tres. Con 13 igualamos y con dos en el desempate ganamos", rememora el histórico corralero.

La victoria fue una sorpresa. "Yo había participado en el sur y había andado bien, pero no para ganarme el Champion, y eso es a lo que todos aspiran, pero es difícil que lo obtengan", señala Mayol con orgullo.

¿Cuál es la mayor diferencia entre aquella época y hoy? El nonagenario criador asegura que el estado físico es la gran clave. "Creo que antes había mejores jinetes porque eran más atletas, para eso hay que tener físico, fuerza en los brazos y las piernas para poder compenetrarse con el caballo", responde.

Y Luis Mayol era un atleta. Desde joven jugó fútbol y tenis y hoy en día es un buen golfista también. Por eso insiste en lo del estado físico: él lo tenía. "Yo era jugador de tenis, dos veces vino al campo Álvaro Fillol. Y de fútbol, lo que más practiqué. Una vez por los Padres Franceses jugamos un preliminar de Colo Colo contra Real Madrid en el Estadio Nacional, hice el primer gol y ganamos 2-0. Me dieron un rodillazo, me rompieron la pleura, en la espalda, y estuve dos meses en la clínica. Tomaba la pelota y costaba que me la quitaran, no es porque yo lo diga. Llegué a la cuarta especial de Colo Colo, pero me fui al campo", relata el campeón 1957.

Aunque destacaba en el balompié, no hubiera cambiado el campo y el rodeo por nada. "Me fui al campo, a trabajar allá, me dediqué al deporte de correr vaca y también tenía un equipo de fútbol con los amigos. También saltaba alto, yo saltaba casi mi altura, un metro 90. Hasta el día de hoy juego golf también. Hay que recomendarle a la juventud que haga deporte para que sean sanos", complementa.

También es clave un buen trabajo físico con los caballos. Mayol Bravo asegura que "hacerlos andar, galopar, subir cerros para tenerlos en estado atlético" es clave. "Antes los caballos se amansaban más tarde, a los cuatro o cinco años. A los siete se corrían a todo potrero y a los ocho o nueve iban a la competencia", recuerda.

Como requisito fundamental de un buen caballo Mayol destaca la velocidad: "La clave es la boca y tener frenos especiales para cada animal. Y que tengan velocidad. Si no tienen, no sirve. Las dos principales características son la velocidad y la boca para poder dirigirlos bien".

Más sobre:Rodeo chileno

COMENTARIOS

Para comentar este artículo debes ser suscriptor.

La cobertura más completa de las elecciones 🗳️

Plan digital $990/mes por 5 meses SUSCRÍBETE