Mil problemas tuvo Marc Márquez durante el fin de semana del debutante Gran Premio de Tailandia de MotoGP. Debió usar neumáticos usados a los que nunca se acostumbró, recalentó la goma delantera durante la carrera de ayer y durante los tres días los mecánicos no consiguieron encontrar el punto de la electrónica. ¿Le fue mal? Para nada, ganó la fecha y afianzó su liderato en el mayor campeonato de motos del mundo.

Márquez fue líder en parte de la carrera, pero también lo fueron los italianos Valentino Rossi y Andrea Dovizioso. Este último, su escolta en la clasificación mundial, llegaba a las últimas curvas como puntero, con el español rozándole el neumático trasero.

Un segundo puesto era perfecto para Márquez. El italiano apenas le descontaba cinco puntos y el tablero diría 266 contra 199 puntos a falta de cuatro carreras para el final de la temporada. Pero Marc no pensó en torneos ni récords, sino en no pasar el domingo en Buriram sin ganar y aceleró para sobrepasar a Dovizioso en la última curva del recorrido. "Era la curva secreta en la que tenía planeado adelantar, y tenía muy claro que no lo enseñaría hasta la última vuelta", confesó Márquez. Brillante.