Después de su resonante triunfo sobre Gaël Monfils, Tomás Barrios (143º) buscaba prolongar su buen desempeño en el Masters 1000 de Toronto, un torneo que sin duda quedará en su memoria, debido a que por primera vez ganó un partido en el cuadro principal de un certamen de esta envergadura.

Este martes, su rival fue el estadounidense Alex Michelsen, de solo 20 años y número 34 del mundo. El emergente jugador es una de las mayores promesas norteamericanas y en el cemento es donde más cómodo se siente, por lo que todos estos factores significaban un importante amenaza para el chillanejo. Esta terminó concretándose con una estrecha derrota por 7-6 (7) y 6-3, en un trámite que resultó amargo para el chileno, por las numerosas ocasiones que dejó ir.

Desde un comienzo, el servicio y la violencia de los golpes del californiano fueron un factor determinante. A pesar de la potencia, su porcentaje de primeros saques fue bajo en el inicio y eso lo supo aprovechar muy bien el pupilo de Guillermo Gómez, quien quebró en la primera oportunidad que tuvo tras una doble falta de su rival en el séptimo juego. En contraparte, en el game anterior el tenista nacional salvó dos puntos de quiebre.

Barrios, eso sí, no pudo ratificar la ruptura, producto de varios errores no forzados y la potencia de su rival que, de inmediato, recuperó el break. Así, el desenlace del set prometía emociones intensas. De hecho, en el décimo juego la cuarta raqueta del país salvó de gran manera un set point. De ahí en más, todo se mantuvo igual hasta el desempate.

El tie break fue un momento durísimo para Tomi, pues jugó bien la gran mayoría de este, pero falló en momentos claves. Dejó ir una ventaja de 6-3, a partir de malas decisiones a la hora de resolver. Y esa vida más fue muy bien aprovechada por Michelsen, quien no falló para quedarse con el parcial, por 9-7.

Mucha irregularidad

A pesar del duro golpe, el chileno siguió luchando. De hecho, tanto en el segundo como en el cuarto juego, dispuso de puntos de quiebre, los que en su mayoría fueron salvados por el mérito de su rival más que por errores propios.

Estas oportunidades desperdiciadas fueron haciendo mella en su ánimo y eso lo olfateó a la perfección el norteamericano que, sin hacer mucho, logró la ruptura del servicio del chileno en el quinto game. A pesar de eso, Michelsen no estaba del todo cómodo, pues no logró sostener su saque, en gran parte por la actitud de Tomi.

Pero este esfuerzo del nacional no sería suficiente, ya que en un interminable séptimo juego nuevamente terminaría cediendo su saque. A pesar de un atisbo de repuntada, esta vez Michelson mantendría la consistencia hasta el final y terminaría cerrando una victoria apretada, con otro quiebre más tras una doble falta.

Tomás Barrios, por su parte, se va con la experiencia de haber roto su propia historia en Masters 1000 y con el consuelo de que ascenderá varias posiciones en el ranking mundial.