Los silenciosos días de Felipe Larraín fuera de Teatinos 120
El 5 de diciembre le hicieron la despedida oficial de Hacienda, en una comida en la casa de su exjefe de gabinete. El exministro ha mantenido absoluta reserva sobre sus planes, pero ha estado conversando con el rector UC Ignacio Sánchez para recalar nuevamente en la universidad y hace unas semanas viajó a Colombia a realizar una charla sobre economía y cambio climático.

Por fin el jueves 5 de diciembre se realizó la despedida "oficial" a Felipe Larraín del Ministerio de Hacienda, luego de más de un mes del cambio de gabinete al que forzó el estallido de la crisis social, y donde el Presidente Piñera dejó partir tanto al jefe del equipo económico, como al del equipo político, Andrés Chadwick.
En la casa de su hasta entonces jefe de gabinete, Francisco Matte, se reunieron alrededor de veinte personas para darle el adiós a Larraín, encabezadas por la plana mayor de Hacienda -el subsecretario Francisco Moreno, el en ese momento director de la Dipres, Rodrigo Cerda, el coordinador tributario, Manuel Alcalde, el coordinador internacional, Andrés Pérez, entre otros-, pero también excolaboradores como Carolina Fuensalida, quien dejó Teatinos 120 a comienzos de junio y que fue la experta que ayudó a elaborar la reforma tributaria original del gobierno. Esa que tenía como elemento esencial la reintegración del sistema impositivo, lo que ahora se abandonó. El que no acudió fue el sucesor del exministro, Ignacio Briones, quien le envió un libro de regalo.
Según cuentan algunos de los asistentes, Larraín mantuvo la reserva en todo momento respecto de su futuro y solo esbozó que estaría retomado sus consultorías internacionales.
Las mismas fuentes afirman que el exministro no se vio golpeado ni "bajoneado" tras su salida de Teatinos 120, y que más bien durante la velada mantuvo el estilo "tira para arriba" que lo caracteriza. Eso sí, a varios les quedó claro que prefirió mantener la prudencia en el análisis sobre el rumbo que han tomado las finanzas públicas después de su ida del gabinete.
Es que, a dos meses de iniciada la crisis, el diseño original del gobierno de Sebastián Piñera perdió a sus dos principales pilares. El político, comandado por Andrés Chadwick, quien además fue acusado constitucionalmente el 11 de diciembre, y cuyo centro fue la seguridad pública. Y el económico, encabezado por Larraín, cuya partida gatilló también el éxodo de los principales economistas que lo habían acompañado en el ministerio: el 12 de diciembre anunció su renuncia Rodrigo Cerda y anoche trascendió el paso al costado del Hermann González, el coordinador macroeconómico, a partir de enero.
Con ello se fue una gestión que entró al edificio de Teatinos 120 buscando reordenar las arcas fiscales, volver a un esquema de superávit acudiendo a estrictos parámetros de austeridad, y aprobar una reforma tributaria cuyo eje era solucionar los problemas que, a su juicio, había dejado la iniciativa anterior de Michelle Bachelet. En estos últimos 60 días, toda esa agenda se ha borrado casi de un plumazo.
De hecho, el perfil de los colaboradores que está trayendo el ministro Briones es bien distinto a los que tenía Larraín. Claudio Agostini -académico de la UAI y miembro del panel de expertos que fija las tarifas del transporte público-, llegó a ayudarlo en los temas tributarios en régimen de media jornada. Su tarea actual está centrada básicamente en "ponerle números" a las exenciones tributarias, para ver cuánta menos recaudación significan cada una para el Estado o, al revés, cuantos recursos podrían allegar en caso de que se decidiera terminar con algunas de ellas. También fichó a Andrés Hernando que venía del CEP, quien siendo parte del MDS en Piñera 1, tiró el exocet de la encuesta Casen, cuando advirtió de una manipulación de las cifras de pobreza. Hernando tuvo diferencias con la administración de Larraín en Piñera 1 y para muchos es un contrasentido que haya vuelto a un gobierno que criticó.
Pero, ¿en qué está pensando Larraín? Fuentes cercanas al exministro indican que está con varios ofrecimientos nacionales y extranjeros, retomando sus consultorías fuera del país y dedicado al "trabajo académico". En Chile, ha tenido conversaciones con la Universidad Católica, directamente con su rector Ignacio Sánchez. ¿Para volver dónde específicamente? No se sabe aún. Si bien una posibilidad que se evalúa sería retornar a Clapes UC, centro económico que él mismo fundó en 2014, después del gobierno de Piñera 1, hay voces que indican que es difícil para él armar desde ahí una plataforma ahora, porque de momento no le interesa entrar al debate económico interno. Otras versiones que han conversado el tema con él descartan esa idea.
Sus cercanos relatan que se lo ve más entusiasmado con el tema de las asesorías internacionales y posiblemente en materias ligadas al cambio climático, como por ejemplo, la emisión de bonos verdes.
De hecho, se comenta que viajó a Colombia hace un mes a realizar una charla en este ámbito y se recuerda su amistad y colaboración con Jeffrey Sachs, unos de los economistas "verdes" más importantes del mundo. Por lo mismo, tampoco se descarta que pudiera encabezar una iniciativa de este tipo en la UC. "Felipe tiene mucha llegada y una amplia red a nivel de los gobiernos latinoamericanos", señala un economista que lo conoce y que apunta que en este tipo de asesorías podría contar con la ayuda de su exmano derecha en Hacienda, Rodrigo Cerda, quien también compartió con él en Clapes UC y por estos días está resolviendo su futuro.
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