El segundo tiempo de las criptomonedas

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Después de un 2018 para el olvido, las aguas parecen un poco más calmadas ahora. Los inversionistas no han perdido la fe en el largo plazo y se multiplican las noticias de nuevos instrumentos indizados a monedas fiduciarias.


"He invertido en bitcoin y otros criptoactivos. No he vendido nada de lo comprado. He visto pasar tiempos muy buenos y muy malos, pero mi horizonte es a largo plazo", dice Rodrigo Fernández, un joven profesional que apostó al mercado a inicios de 2017, en la subida de lo que después fue un carrusel infartante. No está para nada arrepentido.

"Pienso que los criptoactivos tienen el potencial de cambiar a nivel fundacional la mayoría de las industrias y cosas que hacemos hoy en día. El intercambio de dinero es solo una de tantas aplicaciones", agrega.

Fernández tiene claro que se trata de una inversión riesgosa, pero compró bitcoins a buen precio: US$ 1.500. Entró al mercado en un momento de expectación y especulaciones de que cada día podrían sumarse comercios que podrían adoptarlos como pago y sobre una posible aceptación como dinero. Así, la criptomoneda se disparó llegó a bordear US$ 20.000 a fines de diciembre de 2017 y principios de 2018, pero los precios se derrumbaron rápida y sostenidamente en lo que se considera fue el estallido de una burbuja, arrastrado por las preocupaciones de los reguladores.

Así, en noviembre el bitcoin, la primera y más famosa de las criptomonedas, cumplió 10 años desde que un desconocido Satoshi Nakamoto dio a conocer su creación, pero la fecha estuvo lejos de ser motivo de celebración: a esas alturas, su valor ya había descendido a US$ 4.000. Hoy se negocia en torno a US$ 3.900 pero estuvo incluso más abajo.

Pero eso no desanima a los creyentes más fieles de los criptoactivos.

"Viendo hacia el futuro pienso que es una gran apuesta en el largo plazo. El espacio está llenándose y evolucionando a pasos gigantes, por lo que hay que mantenerse al tanto para poder separar la paja del trigo a la hora de invertir. Volvería a invertir más en el futuro, sin dudas", dice Fernández.

Los criptoactivos están asociados a una Blockchain o cadena de bloques y que es parte de la tecnología DLT, en que la información es distribuida a través de múltiples usuarios y administradores o nodos, siguiendo un determinado protocolo y basado en sistemas criptográficos.

La semana pasada, el banco de inversión BTG Pactual anunció su propio token de seguridad, llamado ReitBZ, que estará respaldado por activos inmobiliarios en dificultades en Brasil. El token se basará en la tecnología Blockchain.

Aires renovados

Las aguas parecen ahora más calmadas que hace un año atrás, cuando en medio de una ola vendedora los exchanges o plataformas que operan en Chile y donde se pueden comprar o vender criptomonedas sufrieron un duro golpe por el cierre de sus cuentas en 10 bancos de la plaza a fines de marzo, en una disputa legal que dejó heridos y muertos en el camino.

Además, el Banco Central de Chile y el Consejo de Estabilidad Financiera advirtieron públicamente sobre los riesgos asociados a las criptomonedas, recordando que no son emitidos ni respaldados por bancos centrales.

Dado que no existen regulaciones específicas para este tipo de activos, la Asociación de FinTech de Chile (FinTechile) cuenta con una propia mesa de trabajo, aunque en materia de regulación se está avanzando primero con la Comisión para el Mercado Financiero (CMF) en el financiamiento colectivo (crowdfunding) y negocios relacionados.

"El Bitcoin no ha "muerto" como algunos creyeron cuando explotó la burbuja de 2017 y sus fundamentales están mejor que nunca: hay desarrollos tecnológicos impresionantes, como Lightning Network, que resuelve totalmente el tema de la cantidad de transacciones por segundo (son prácticamente infinitas) y del "colapso" de la red del que se hablaba a fines de 2017. Es posible que esto esté afectando la cotización del mercado", dice Agustín Feuerhake, cofundador de Buda y Fintual.

Feuerhake señala que también se están lanzando instrumentos indizados a monedas fiduciarias y que se conocen como "stablecoins".

"Nosotros no tenemos planeado lanzar un stablecoin nuestro en el corto plazo, pero sí posiblemente listar alguno en nuestro mercado. Casi todos dependen de la existencia de alguna institución de "confianza" que guarda los billetes y se compromete a devolverlos al poseedor del criptoactivo que así lo requiera. Algunos ejemplos son USDT, USDC, PAX.  Una excepción es Maker DAO, que es una organización descentralizada que emite el DAI, que es un criptoactivo que sigue el valor del dólar", dice.

"Hay una iniciativa que pretende sacar un stable coin desde CryptoChile, una asociación gremial que hoy preside José Bravo, donde sería una fundación la encargada de custodiar el dinero", añade Feuerhake.

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