Catorce años tuvieron que pasar para que se volviera a hacer una Bienal de Diseño en Chile. 14 años en que el diseño nacional ha evolucionado y logrado dimensiones que quizás en el último encuentro no se habrían imaginado. Como los mismos organizadores lo definen, esta Bienal es una instancia de escala nacional e internacional para intercambiar ideas, difundir y potenciar el diseño como un factor altamente rentable, cuya capacidad de crear y agregar valor se transmite en la competitividad del producto final y en el mejoramiento de la calidad de vida de los otros. Por eso, ningún detalle puede quedar al azar y desde ya se están preparando para que todo sea un éxito.

Magia es la oficina encargada del diseño y montaje del evento. En sólo dos semanas y media –ese fue el tiempo que tuvieron para entregar la propuesta– proyectaron lo que serán los más de 3.000 m² destinados a la Bienal, considerando la circulación del público y cada una de las exhibiciones que se llevarán a cabo en la Estación Mapocho, poniendo atención a dos conceptos primordiales: sustentabilidad y temporalidad.

Según Cristián Montegu, socio y director creativo de Magia Diseño, “esto es un tremendo desafío y un muy bonito proyecto, ya que hace varios años que no se hace una Bienal en Chile. Además es un proyecto oficial del Bicentenario, donde vamos a mostrar el diseño nacional a Chile y al resto del mundo”. Por lo mismo, las exigencias fueron varias. Se debía ocupar la Estación Mapocho en su totalidad, tanto horizontal como verticalmente, y utilizar los cientos de paneles de madera que les entregaría la CMPC, que es uno de los grandes auspiciadores del evento. Además, se debía considerar que la muestra es la protagonista del evento y no el montaje ni los exhibidores, por lo tanto la simpleza debía ser radical. “Lo que se necesitaba era un soporte para montar láminas y exhibir objetos de distintos tamaños y no restarle protagonismo a lo que se iba a mostrar”, explica el arquitecto Sebastián Larroulet, quien junto a Felipe Montegu, Augusto Domínguez y Alfredo Thiermann se incorporaron a Magia para éste y otros proyectos arquitectónicos.

El punto de partida fue pensar en el diseño y cómo la vida de esta muestra no se acabaría el día en que terminara la Bienal. Por eso se autoimpusieron la necesidad de abordar la reutilización de los paneles de terciado. “Para simplificar su segundo uso, la solución fue no intervenir las planchas, porque al cortarlas o darles forma se crean pedazos que son bastante difíciles de reutilizar. En cambio, si no se tocan y se utilizan tal cual, esa misma plancha puede tener otros usos como viviendas omobiliario. Eso fue uno de los requisitos fundamentales almomento de pensar en el diseño: las planchas, así como nos las entregan, las devolvemos, quizás pintadas o con colores, pero sin tocarlas”, explica el arquitecto Felipe Montegu. El único elemento con mayor terminación que utilizarán será el articulador de las planchas, que es de acero. Lo escogieron específicamente porque en Chile su reciclaje es uno de los más potentes y tiene una muy fácil reutilización.

Luego de elegir los materiales, los arquitectos y diseñadores debieron idear una forma para implementar los módulos. Por eso se optó por el triángulo como forma esencial para utilizar toda la espacialidad de la estación. Según los arquitectos, el triángulo representa una forma estructural que permite explotar la eficiencia de los materiales y facilita los procesos de prefabricación al ser una estructura autosostenible en sí misma. “Las diferentes orientaciones del módulo definen la funcionalidad de esta estructura triangular; es así como la disposición vertical de la plancha sirve para configurar hitos y delimitar muestras y recorridos; y la horizontal sirve como soporte flexible para objetos de distintos tamaños”, explican. Además, la planta de la propuesta utiliza la repetición de módulos para construir parámetros mayores que ordenan la exposición, creando una especie de ‘gusanos’ que son líneas direccionadoras que recorren y separan los espacios y que avanzan en la vertical para funcionar como tótem de indicación de cada una de las muestras, ordenando el recorrido de los visitantes.

Como esta exposición pretende mostrar el pasado, presente y futuro del diseño nacional, el esquema contempla cuatro áreas: retrospectiva, académica, profesional y de diseño sustentable. Como el centro del diseño actual y el futuro es la sustentabilidad, los diseñadores proyectaron que todas las direccionalidades converjan en un centro preparado para este uso, que es el corazón mismo de la muestra y el lugar más importante de la Bienal 2010.

:Haciendo magia

En 1995 nació Magia de la mano de Cristián Montegu, su hermano Jorge y posteriormente su amigo José Covarrubias. Desde entonces se han dedicado a hacer diseño en toda su extensión. Hace 15 años comenzaron con el diseño gráfico. Hoy son una oficina de diseño e innovación “centrada en los seres humanos, capaz de entregar soluciones de branding, diseño, comunicación,multimedia y arquitectura”, puntualizan.

La oficina reúne a más de 25 profesionales entre diseñadores, publicistas, arquitectos, periodistas e ingenieros comerciales y civiles. “Creemos en organizaciones modernas, participativas ymultidisciplinarias. Trabajamos bajo la metodología Design Thinking de co-creación con los clientes”, nos cuenta Cristián Montegu.

Esa misma filosofía los ha llevado a abrir una oficina comercial en Miami, donde han trabajado con importantes marcas como Visa, Sharp Electronics, Hershey’s y Unilever.

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