Una mezcla total. Eso es lo primero que se piensa al entrar a la casa de Bárbara Peschiera, diseñadora gráfica peruana, que antes de llegar a Chile vivió cuatro años en Madrid junto a su marido español. Entre diversos acentos y los colores de los muros, que sin ninguna lógica combinan a la perfección, hasta los variados objetos que destacan en las piezas y el contraste entre lo ecléctico y lo antiguo del departamento, es posible notar que esta pareja trae consigo un poco de todos lados. Quizás el haber vivido en países tan distintos es la razón de que este lugar sea único y atractivo. Es una mezcla de culturas. De Perú viene el amor por lo antiguo y la valoración del pasado. En cambio, de España se siente el gusto por lo moderno y el diseño.

Un largo pasillo rojo con molduras blancas da la bienvenida y conecta con los espacios más importantes, cada uno con su propia personalidad. La cocina es azul, la salita de la televisión, gris, y el living, blanco, “para aprovechar toda su luminosidad”, explica la dueña, quien además asegura que “los dos tenemos el gusto bastante similar con respecto a los colores. Siempre supimos que la sala -refiriéndose al living- debía ser blanca. Con el resto de los espacios comenzamos a jugar y quedó súper lindo”.

Lo primero que les gustó de este departamento fue el pasillo, la luz y la distribución. Luego de verlo, en marzo de 2007, decidieron que ese era el lugar perfecto para instalarse en Chile. Poco a poco, empezaron a armarlo con lo que trajeron de España y lo que compraron acá. No tenían ningún estilo definido de lo que querían, sólo se confiaron en su sentido estético. Comenzaron comprando sillones y estos marcaron la pauta. Así, lograron un lugar perfecto para sus necesidades, un collage, como lo define ella, quien explica que “es como un salpicadero de estilos y de escencias. Tratamos de que cada cosa mantenga su espíritu”.

Pero esta casa no es sólo para vivir. En una de las piezas está la oficina/taller de Bárbara, desde donde diseña la ropa de su nueva colección Al Revés. Según ella, esto es bastante coveniente, porque el departamento está lleno de espacios que la inspiran.

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