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Construir naturaleza

OWA es optar por arquitectura en madera. Es elegir futuro y botar despilfarro. Es ahorrarse tiempo, es menos contaminación y más vida. Es una oportunidad arquitectónica para quienes habitamos en este planeta y sobre todo para los que vendrán.

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Fotos: Jaime Palma/ Agradecimientos Owa

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Es imposible abarcar el mundo de la construcción con una huincha de medir

, y no es extraño que las cifras se disparen con el pasar de los años. En China, por ejemplo, se construye prácticamente una ciudad del tamaño de Roma cada dos semanas. Y al otro extremo del globo el escenario es semejante. No es raro caminar por Santiago y toparse con grúas, máquinas, polvo y ruidos contaminantes como telón de fondo. Simplemente es otro encuentro con un nuevo edificio que está a punto de levantarse.

OWA es una empresa dedicada a las edificaciones 100% de madera bajo los parámetros de la prefabricación. No utilizan hormigón ni cemento ni aluminio. Se preocupan de que el trauma del proceso de construcción sea mínimo, ofreciendo al cliente propuestas de altísima calidad bajo un desarrollo de obra de entre seis y ocho semanas de duración. Sin polvo y totalmente en silencio.

Ellos creen en la arquitectura inteligente al margen de lo que sucede en China o en nuestra capital. Desde lo que ocurre tras las paredes de su planta de fabricación, pasando por el diseño arquitectónico hasta el último detalle en terreno, OWA intenta dibujar un futuro palpable para las generaciones futuras, una suerte de mundo mejor.

La arquitectura inteligente

OWA está presidida por Alain Du Pontavice y Alberto Mozó. El primero es ingeniero comercial con experiencia en multinacionales en China y Vietnam. En OWA es gerente general y socio cofundador. Mozó es arquitecto, con alta experiencia en diseño y en el desarrollo de técnicas constructivas con obras que se destacan en un amplio territorio, desde arquitectura, pasando por el diseño de muebles hasta el retail.

La base de esta empresa es la creación de una arquitectura inteligente. Alberto la explica: “El pensamiento de que la arquitectura es solamente influida por una visión estética, no hace ningún aporte al territorio económico ni al medioambiental que afecta directamente a nuestra sociedad. Los arquitectos somos responsables de más del 50% de las emisiones de carbono, eso sumado a que hoy en día existen demoliciones constantes debido al corto período de vida de las construcciones. Mientras que la mayoría perdura entre 15 y 20 años, las edificaciones de OWA toman su punto final en el momento en que se deshabitan. La madera no va a parar a vertederos como el cemento o el hormigón, sino que la casa se desarmará para una futura reutilización del material ya sea en otra construcción, muebles, pisos, etc., se transformará en leña o, por último, se degradará en su ambiente de forma natural”.

La madera

Sus construcciones respiran naturaleza, se siente el oxígeno en el aire. OWA se mueve bajo su política de la no utilización de madera nativa, por tanto no usan materia prima proveniente de bosques nativos. Ocupan madera de plantación especial -en Chile existen 2.300.000 hectáreas de este tipo- o la obtienen de bosques manejados, que son áreas donde se cortan árboles pero según una estrategia de mantención, al ser selectivos en la elección de ciertos aquellos que tengan la capacidad de potenciar a otros. Como ejemplo, estos árboles se sacan de a uno, con bueyes. “Esto significa que no interferimos en el ecosistema. De hecho el 80% de nuestras construcciones son de plantaciones forestales y el 20% restante de bosques manejados bajo la certificación PEFC. La gracia de esta política es que favorecemos que se planten más árboles en el planeta, al ocupar la madera”, aclara Alain.

La madera proviene de un árbol que durante 20 o 30 años estuvo en proceso de producción de oxigeno y de consumo de C02. Según Alain y Alberto, existe una tendencia mundial de construcción en madera. En Estados Unidos, por ejemplo, esta área supera el 90% de las construcciones totales. En el norte de Europa marca un 70% y en Alemania, el 40%. La madera no solo es menos contaminante que otros materiales, es también agradable, antialérgica y térmica.

En términos concretos, OWA trabaja con vigas laminadas, que es un producto mejor elaborado de lo que el árbol es capaz de hacer. Se hace una selección de la madera, se sacan los nudos que generan torsión y se encolan las tablas para producir una viga estable, que puede ser de gran tamaño - hasta 30 m si se quiere-. Es más costosa, pero les permite tener una exactitud mayor en su proceso de trabajo.

Su propia cadena trófica

Los dos están de acuerdo en que venimos de generaciones derrochadoras en todo sentido. Hubo un despilfarro en el estilo de vida, y por lo mismo no es tarde para cambiar. “Vivir en la madera es un beneficio tremendo para uno. Hay una canción de Coldplay que dice ‘si yo viviera en una casa de madera tendría más amigos’. Lo dicen los artistas, lo repiten los hechos. Hay estudios que demuestran que favorece la salud y hasta previene el cáncer”, resume Alain.

Basta con visitar su planta de fabricación para percatarse de la cadena que generan a favor del ecosistema. Y cuando hablamos de esta palabra, no es solo lo que ocurre allá afuera, también es lo que pasa con nosotros los habitantes de la Tierra. Mozó cuenta que “en nuestro sistema de trabajo, el cuerpo social de los maestros constructores mejora notablemente. Nuestro método es ordenado, los trabajadores vienen todos los días a la planta en un bus de acercamiento que los trae desde el metro, y se retiran a las 5.30. Tienen un sueldo fijo. Están felices y lo reflejan en su trabajo”.

Luego está la prefabricación, un procedimiento que roza el tema social y económico. Les permite tener un control de calidad, disminuir los tiempos de construcción en terreno y generar un proceso de trabajo limpio, sin contaminación ni ruido. “En las casas tradicionales surgen imprevistos, cosas que no se pueden evitar, como los camiones, los sueldos, o que se demoró más de la cuenta un detalle específico. La prefabricación nos permite tener un margen de la calidad de los materiales menor a un 30% en comparación con la construcción normal. Lo que ofrecemos competitivamente dentro de un precio de mercado, es que somos capaces de entregar un mejor producto. Creemos que en el futuro Chile va a tener una visión de construcción exclusivamente prefabricada”, explica el arquitecto.

El diseño de las viviendas

En parámetros generales, OWA trabaja de forma industrial bajo opciones de elección de diseños preestablecidos por catálogo o a través de una propuesta personalizada. Sus diseños toman como referencia la norma térmica que se usa en Europa. Sus proyectos pasan por un exhaustivo estudio térmico -deben cumplir con los 50 kWh/ por metro cúbico al año- que hace que las construcciones sean autosustentables.

Sus casas son sólidas, trabajan con vigas laminadas para su estructura, utilizan layers para la humedad interior, aplican distintas terminaciones, emplean ventilación cruzada, diseñan pensando en dos orientaciones básicas regidas por la luz del sol, las ventanas son de 78 mm de espesor con herrajes alemanes. Producen los muebles de cocina con recubierta de acero inoxidable y los baños no tienen cerámica en los muros. También se preocupan de la composición al interior de las casas, que sean prácticas y se relacionen con su entorno natural. Lo más certero es que al finalizar se le entrega al cliente “una llave en mano” para llegar e instalarse. Esto es cero trauma, plena satisfacción.

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