Terremoto en el norte, volver a vivir lo que hace cuatro años creímos habíamos dejado atrás. El nivel de destrucción y daños aún no está claro, hemos monitoreado los informes del Consejo de Monumentos Nacionales y otros organismos, pero aún es demasiado pronto para emitir un juicio consistente. Queremos hacerlo más adelante, pero de buena manera, con visiones más completas, también nos interesa mostrar lo que muchos seguirán viviendo cuando deje de ser la noticia que hoy acapara los medios. Inevitablemente estas acciones furiosas de la naturaleza sacan lo mejor y lo peor de nosotros, aunque, por lo que he visto, parece que ha sido más bueno que malo, pero todavía nos queda mucho por aprender, dejar de pensar en cómo sacarle partido económico sería un buen inicio. Es difícil como país evolucionar y  llegar a niveles aceptables de desarrollo, si cada vez que nos acercamos, la naturaleza nos recuerda que no es tan fácil, que por muy preparados que nos sintamos aún no es posible, y que finalmente esa decisión nunca será 100% nuestra, porque somos un país donde la naturaleza tiene presencia y marca la pauta de cómo debemos crecer. Lo aceptemos o no.

El próximo fin de semana es uno de los feriados más importantes del año; junto con el del 18 de septiembre creo que es el que más expectativas causa y cuando un grupo importante de chilenos se mueve. Quizás porque es el final, final del verano, al igual que el 18 es el comienzo de la primavera y del buen tiempo. Es el momento de arrancarse, prender las primeras chimeneas en la playa y desconectarse un par de días, y aunque no sean creyentes, Semana Santa siempre tiene un sello de recogimiento y quizás un poco de introspección, es un fin de semana más tranquilo, de comidas con amigos y buenas conversaciones. Este número les mostramos dos casas donde todo lo anterior se puede vivir de buena manera, con la contemplación del océano como actividad principal.