A pesar de las lluvias de la semana pasada estamos claramente en verano, y eso para mí es estar afuera y aprovechar la calidad de las frutas y verduras; lo mejor es tratar de comprarlas en ferias o verdulerías y así elegir quizás las menos perfectas, pero con más sabor que las de supermercados. Y como no hay verano sin porotos granados, les mostramos tres versiones para probar y también abrir la mente a que siempre se pueden crear nuevas combinaciones, sumar influencias de otros países, atreverse, porque la comida salada, a diferencia de la pastelería, que exige precisión y seguir la receta al pie de la letra, permite jugar y experimentar. Mi clave, dentro de lo poco que cocino, es todo a fuego bajo sin apuro, y mejor aun si lo puedo meter al horno. Y siguiendo con el calor, pensar en flores, y las abejas llegan por asociación inmediata. No es un tema menor ver cómo han ido disminuyendo, muchos pensarán que es irrelevante y mejor: algo menos que nos puede picar, pero las abejas son uno de los engranajes más relevantes en los procesos de producción de la naturaleza; sin la polinización de las flores no hay frutos, sin frutos no hay comida= RIP para la humanidad, por algo la frase: “Si la abeja desapareciera del planeta, al hombre solo le quedarían 4 años de vida”, atribuida a Einstein.

En este número también conversamos con el diseñador Nicolás Hernández, de quien hemos mostrado su trabajo anteriormente, y hoy, más que elegir un objeto o mueble específico, quisimos saber en qué estaba. Su carrera ha sido constante, autoesforzándose a nuevos desafíos y buscando cómo lograr buen diseño comercial desde Chile y para el mundo. Recuerdo cuando hace algunos años me contó que estaba experimentando con una máquina nueva CNC, un primicia en ese momento por la tecnología y las opciones que le abría. Hoy está en una nueva etapa, más grande y consolidado, y, como siempre, queremos que sea igual o más exitosa que las anteriores.