Verano, jardines, estar afuera, eso es lo que tenemos para este número. Personalmente siempre he considerado que los jardines son difíciles de mostrar bien en fotografías, porque más que reflejarlos en una buena toma, los exteriores se viven, se recorren, la vida está en ellos más que en cualquier interior, tienen aromas y brisas y el cómo les dé la luz a distintas horas los transforma. Por eso no mostramos muchos, porque al sacarles aquello que está relacionado con los sentidos, y que los transforma en experiencias, los hace ver un poco monótonos.

Pero nos fueron apareciendo jardines en los que se nota la pasión de sus dueños, que al recorrerlos se van descubriendo detalles y donde las escalas y proporciones van variando de acuerdo con el diseño propuesto. Fuimos más de una vez a fotografiar algunos para dar con la luz adecuada, y creo que el resultado final transmite parte de lo que son en su totalidad; quizás en un futuro no muy lejano vamos a poder transmitirles los olores y los ruidos que ahí se sentían, por el momento logramos muy buenas fotos para inspirarse.

Cuando hablamos de jardines es inevitable hablar de naturaleza, y hoy me es imposible no decir algo sobre los incendios forestales en nuestro país, donde se han quemado miles de hectáreas, dañando de manera permanente ecosistemas frágiles y en los que, lamentablemente, se ha perdido la vida de personas que solo estaban tratando de hacer lo correcto, combatir el fuego. Porque los incendios comienzan de la mano del hombre, con un descuido o una intención, y eso es lo peor de todo, que seamos nosotros quienes destruyamos lo que nos rodea. A las Torres del Paine les tomará años regenerar lo que en horas fue consumido; también al turismo volver a posicionar la Patagonia como destino. Las vidas que se fueron no las podremos recuperar nunca. Porque cuando algo así ocurre, todos perdemos, y mucho.