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La nueva cara de Design Miami

Durante su última edición Design Miami se caracterizó por exhibir menos piezas vintage y más diseño contemporáneo, mostrando su lado más diverso y global; casi cuarenta expositores de todo el mundo, una instalación realizada por alumnos de Harvard GSD y otra por el startup Airbnb. 

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Entre más de veinte ferias de arte que se llevan a cabo en Miami durante la primera semana de diciembre, solo una se enfoca exclusivamente en diseño: se trata de Design Miami, que desde su primera edición en 2006 se ha transformado en un espacio de debate sobre innovación, experimentación y nuevas materialidades, además de una vitrina a las mejores propuestas de diseño de colección.

Como es costumbre, el evento se realizó la primera semana de diciembre en el distrito art deco de Miami Beach y, al igual que todos los años, el espectáculo comenzó en la entrada: los visitantes de la feria eran recibidos por una serie de vigas que sujetaban 200 moldes en 3D pintados de rosa. La instalación, titulada ‘Unbuilt’, fue creada por un grupo de alumnos del programa de máster de arquitectura de Harvard GSD, y además de iluminar el frontis de la carpa y contrastar el verde de las palmeras, era un homenaje a la creatividad y a las ideas que nacen de los proyectos sin construir.

Una instalación poco usual en Design Miami, ya que fue la primera vez que se le entrega el acceso a alumnos en vez de a diseñadores consagrados, y que representó el espíritu de la feria en su interior: una plataforma de diseño abierta al debate, con énfasis en la interdisciplinariedad, en donde compartían dentro de un mismo techo distintas ramas del diseño: montajes a gran escala, joyería, muebles, piezas clásicas del siglo XX, diseño contemporáneo e incluso un espacio de retail con productos de edición limitada, por ejemplo la colección de accesorios diseñada por J. Crew junto al ilustrador francés Pierre Le-Tan.

Las proposiciones más innovadoras vinieron de la mano del programa Design Curio, que invita a galerías, diseñadores y coleccionistas a realizar espacios de curiosidades. Este año, en su segunda edición, reunió a seis colaboradores seleccionados por Design Miami entre treinta proyectos elegidos luego de una convocatoria abierta. “Aunque el primer objetivo de la feria es que las galerías participantes conecten con coleccionistas, posibles compradores y el público en general, es un momento en que la comunidad del diseño se reúne a explorar, innovar y crear”, dijo a MásDeco Rodman Primack, director ejecutivo de Design Miami. “Y el programa Curio es justamente eso: una plataforma para debatir que no es necesariamente comercial”, explica.

Design Curio: Creatividad y experimentación

Una de las propuestas más comentadas de Design Curio fue la de la diseñadora de Brooklyn Katie Stout, quien creó el dormitorio de una teenager. Un espacio donde conviven la desorientación y la exploración constante, la impulsividad y el control, y que representó con objetos como un canasto echo con calcetines, unas cortinas con agujeros como ventanas abiertas y un papel mural con dibujos de animales. “Los dormitorios siempre están llenos de secretos y sueños, pero más aun el de una adolescente que está en pleno proceso de cambio. Ahí es donde se maquilla, escucha música, busca su estilo, conversa con sus amigas, chatea…”, explicó Stout en Design Miami.

Una apuesta distinta fue la experimentación con asfalto del diseñador radicado en Ámsterdam Quintus Kropholler, que dejó al descubierto las posibilidades de este mineral más allá de su uso en construcción. Representado por la boutique de diseño neoyorquina Chambers, Kropholler exhibió nueve figuras de inspiración geométrica que dan a conocer el lustre natural y variedad de colores del asfalto, cuyas propiedades más allá de lo funcional permanecían invisibles. A esta apreciación en materialidad se sumó la propuesta de Eduardo Olbés, representado por la galería mexicana ADN, y que mostró una serie de esculturas creadas en superficies reflectoras como el jade negro y que montadas sobre bases de madera simulaban espejos.

Quienes trasladaron a Design Curio el mundo de la gastronomía fueron los diseñadores Adam Charlap Hyman y André Herrero. A través de una instalación con trozos de quesos a gran escala realizaron un homenaje a la historia del popular retail gastronómico de Nueva York Dean & DeLuca, y que abrió sus puertas en 1973 bajo el nombre Cheese Market. En la misma línea, el estudio Giovanni Beltran, que recientemente aterrizó en Miami, recreó una vitrina de retail para exponer muebles de estilo minimalista y sutiles toques de color vibrante, al mismo tiempo que hacía una crítica a la industria de consumo masivo.

El programa Design Curio lo complementó el holandés Lex Pott, que exhibió una serie de muebles que acompañó con un papel mural con un paisaje abstracto y que fue pintado en vivo con pigmentos de piedra por Nicholas and Rachel Cop de la tienda de Brooklyn Calico Wallpaper. El espacio, completamente cubierto por el papel mural, abrió un diálogo entre lo natural de la piedra y su opuesto: superficies de cristal perfectamente pulidas.

“Desde la creación de Design Curio cada vez hemos recibido más propuestas, y de mejor calidad, por eso aumentamos el número de Curios en comparación con el año pasado. El programa definitivamente llegó para quedarse y las postulaciones para el 2016 ya están abiertas”, comenta Primack, que instauró Design Curio en 2014, al poco tiempo de asumir como director ejecutivo de Design Miami.

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