Ligero como el cobre
En el mundo hay solo dos personas que realizan filigrana en cobre. Valeria Martínez, una de ellas, abre las puertas de su taller para contarnos esta innovadora técnica que presentará en Italia en la semana del arte contemporáneo de Torino, en octubre de este año.
El diseño chileno hace un buen rato está reinventando el uso de esta materia prima, parte de nuestro ADN nacional, transformando algo tan pesado y muchas veces tosco como el cobre, en piezas cargadas de belleza. Valeria Martínez, licenciada en arte de la Universidad Católica y grabadora, ha sabido decantarlo aun más, llevándolo a su expresión más sutil y delicada, hilándolo en filigrana. Un lenguaje visual pleno de poesía, donde la reiteración de motivos circulares y vegetales lo vuelve casi un tejido, ligero y etéreo, que se plasma en piezas de joyería contemporánea bien de vanguardia.
Su última exposición, “Árboles sagrados”, que estuvo en enero en el Teatro del Lago de Frutillar y a fines del 2015 en el Cultural de Las Condes, da cuenta de esto. Un trabajo a partir del cual nace también una nueva colección de broches en la que trabaja actualmente y que sirven de base al material que expondrá en Torino, Italia, este año, en el marco de la semana del arte contemporáneo de esa ciudad junto a otros artistas chilenos en “Aureus Feeling”, de la galería Creativity Oggetti. “Es en octubre, son 11 chilenos invitados a Torino, la exposición es sobre el tema de la proporción aurea”, explica.
Me contabas también que al Museo de la filigrana en Italia le interesó tu trabajo... Me contactó la persona del museo que lleva el registro de quienes trabajan filigrana en el mundo. Me dijo que solo hay dos personas que la trabajan en cobre, yo y otra en Rusia, pero ella es más tradicional. El museo está preparando un libro, una nueva edición de la ruta de la filigrana que incluye la filigrana contemporánea.
¿Cómo llegas a la filigrana en cobre? Tengo dos colegas con las que fuimos a tomar un curso de filigrana a Paraguay. Siempre hice piezas supergrandes, así que al principio no me resultó mucho, pero llegué acá y empecé a trabajarlo en plata, hice toda una colección de tocados de novia y me di cuenta de que la técnica daba para formatos más grandes. Hubo un concurso sobre cobre en el MAC, con Los Pelambres, y pensé probar la filigrana en ese material… Me resultó, saqué el primer lugar. Esto fue hace 6 años ya, ha sido toda una investigación personal, explorar, ahora estoy en una filigrana totalmente distinta.
¿Qué te sedujo de la orfebrería? Me cautivó poder hacer en pequeño formato una pieza distinta y que además la gente la pueda portar, el cuerpo; eso lo encontré superinteresante.
¿El cuerpo como soporte? Claro, no es lo mismo hacer un grabado que lo pones en la pared a hacer una joya que la puedes llevar, es bastante más interesante, entretenido, se ve más tu creación y también puedes hacer exposiciones con las piezas.
Precisión y paciencia
“Todo este proceso creativo lo hago sola, necesito estar superconcentrada”, explica esta orfebre que hace unos años obtuvo el Sello de Excelencia por la colección “Brotes”.
“La filigrana es una técnica con hilitos superfinos de plata y oro, se van enrollando en un marco y después van soldados; es un trabajo de precisión y paciencia, y el cobre además tiene muchas más complicaciones que la plata”, cuenta refiriéndose a su trabajo.
“El hilo es siempre el mismo, pero dependiendo de la pieza cambia el grosor”, dice Valeria. En general utiliza dos técnicas: “Hay una que vas enrollando en círculo, igual que una serpentina, desde adentro, y con esa textura, porque el hilo va entorchado, vas rellenando distintas piezas, es la más sencilla. Luego hay otra que es más transparente, que es con dos hilos a la vez, uno recto y otro en zigzag, entonces vas enrollando y va quedando una cosa como el corte del cartón corrugado. Todo va soldado. Primero rellenas toda la pieza y luego con soldadura en polvo le das el calor. Luego viene el proceso de limar, lijar -el cobre necesita mucha limpieza porque se oxida muy rápido-. Y luego, un barniz protector para que mantenga el color cobre si no queremos oxidación”. También explica que para obtener distintas coloraciones utiliza soplete, y puede dar tonos azules, por ejemplo, o una pátina negra como en las piezas más nuevas que está elaborando.
“Lo bueno de la filigrana es que es liviana, se pueden hacer grandes formatos y pesan poco. El cobre nunca ha sido muy bien visto, pero ahora con otras técnicas también la gente lo valora mucho más, la gente se atreve y se lo pone”.
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