Los 36 años de la Fundación Solidaridad
Semana del 27 de agosto al 03 de septiembre de 2011.


Hace pocas semanas me enteré del cierre de la Fundación Solidaridad a través de un mail de venta de saldos. Quedé impactada con la noticia porque conocí el trabajo de la entidad -miembro del Movimiento Internacional del Comercio Justo- bien de cerca. De hecho, dos de los capítulos del libro Artesanías para Jugar, del cual soy coautora, se realizaron gracias a la ayuda de sus artesanas. Me refiero al paso a paso de las arpilleras y al de la huasita de trapo. Ambos trabajos que decenas de niños han replicado en los talleres de artesanía que realizo en colegios y otros centros con el fin de que ellos aprendan sobre estas técnicas tan propias de nuestro patrimonio y artesanía urbana.
¿Qué será de la señora Gladys y de Estela, artesanas de comunas pobres de la zona sur de Santiago que ahora se quedaron sin una importante fuente de trabajo?
¿Qué será de los muñecos de trapo, juguetes de madera y las maravillosas arpilleras del showroom de la calle Santo Domingo? Mis hijos aún tienen sus muñecos comprados en ese lugar. A cuántas guaguas les regalé un aimara, mapuche o chilote de tela y lana, pensando precisamente en la importancia de que conocieran desde la cuna nuestra maravillosa diversidad étnica.
La historia de esta heredera de la Vicaría de la Solidaridad -la cual muchos hemos vuelto a recordar por la transmisión de la serie Los Archivos del Cardenal- se remonta a 1975, cuando el equipo del Comité de Cooperación para la Paz recibió peticiones de trabajo de parte de los presos políticos. Sin saber muy bien, en un principio, cómo ayudar a los encarcelados, pronto fueron los mismos familiares los que indicaron cómo hacerlo. En el libro Dignidad Hecha a Mano, una memoria realizada en 2005 a raíz del cumplimiento de los 30 años de la fundación, leí que retazos de género, restos de lanas de un suéter, monedas antiguas, trozos de madera e incluso huesos que sobraban de las sopas sirvieron como terapia y fuente de trabajo e ingresos para los presos de la época a lo largo de todo Chile. La gran mayoría de estos objetos salía de las cárceles de la mano de sus familiares para ser comercializados dentro y fuera del país.

FUNDACIÓN.
El 2 de agosto se realizó la ceremonia de cierre de la Fundación Solidaridad en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos en la cual se entregó una arpillera realizada el año 1981. En la imagen, una típica arpillera confeccionada por las artesanas de la entidad. Abajo, la portada del libro Artesanías para Jugar, Región Metropolitana de las autoras Macarena Barros y Francisca Jiménez que contó con la colaboración de la Fundación Solidaridad.
"Con el tiempo se comenzó a ayudar a mujeres para que pudieran emprender", cuenta Winnie Lira, su directora ejecutiva. Pero su mantención se hizo imposible por problemas financieros. Al depender principalmente de tres mercados (mundial, nacional y estatal), las condiciones de compra de los productos no fueron suficientes para mantener a los cerca de ochocientos emprendimientos anuales que apoyaba la fundación. Las condiciones adversas del mercado nacional, la crisis financiera internacional y la competencia de los productos asiáticos, son las causas fundamentales del cierre de esta emblemática entidad a 36 años de su creación.
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