Optimizar el aire acondicionado
Semana del 19 al 26 de febrero de 2011.


El ideal sería evitar su uso, lo que se lograría con una arquitectura de mucha masa, de pocas y sombreadas ventanas, que permitieran ventilación cruzada y con alturas de piso a cielo de por lo menos 3 m, como fue la arquitectura de la primera mitad del siglo XX. Esto complicaría la situación en invierno; pero calentar, en general, es más barato que enfriar. Por otro lado, en climas más bien secos, como el de Santiago, enfriar es simple, pues el aire prácticamente no se recalienta; basta con estar a la sombra y mantener el aire en movimiento.
Hoy se hace lo opuesto; es decir, mucha transparencia (nula protección solar), sin posibilidad de abrir las ventanas (ventilación natural no existe), poca masa (la disponible de la estructura es anulada con alfombras o pisos de madera, además de los cielos falsos y tabiquerías) y no se cuenta con grandes alturas interiores. Con todo aquello se hace imprescindible el uso del aire acondicionado; en realidad estos sistemas 'salvan' la arquitectura, pero con un enorme consumo de energía y costos. Cabe destacar que esta modalidad constructiva tiene la ventaja de ser rápida, económica, de mejor comportamiento sísmico y permite plantas libres.
Retomar la arquitectura inicialmente descrita ya es poco probable, porque es lenta, costosa, de baja eficiencia de plantas y altura total; pero la recomendación es tomar ciertos principios en la modalidad actual.
Esto es, seguir con el sistema constructivo de hoy en general, pero con vanos más controlados en tamaño y con protección solar exterior (ni el mejor vidrio es capaz de 'frenar' el sol, como lo hace una barrera opaca), con ventanas que se puedan abrir (en muchos casos se enciende el aire acondicionado para sacar aire viciado y bajar uno o dos grados la temperatura, cosa que se soluciona abriendo ventanas), emplear pisos como cerámicos, piedras o porcelanatos de tonos claros, o bien dejar los hormigones pulidos, los cielos a la vista o terminados con materiales microperforados para que la losa tenga contacto con el ambiente interior (todo lo anterior absorbe calor), y finalmente, algo no del todo utilizado en el país: ventilar forzadamente y de noche los interiores. En los climas secos el aire nocturno es bastante fresco pues no tiene masa suficiente para retener calor. En Santiago, en pleno verano esta temperatura es de unos 10 grados celsius en promedio. Ideal, sobre todo durante fines de semana soleados en que el aire acondicionado no se enciende. Así, los lunes en la mañana el interior estará fresco y no será necesario su uso. Algunos edificios nuevos encienden el sistema de enfriamiento los domingos en la tarde para evitar este inconveniente, con lo cual obviamente se hace más costoso.
Con todo lo anterior no se eliminaría el sistema de refrigeración, pero su uso sería menor y la vida útil de los equipos, mayor. En general estos sistemas se emplean para corregir errores de diseño y no para mejorar el clima.d
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