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Pasión: Windsurf

Matanzas es un pueblo de la comuna de Navidad, en la VI Región. Allí el viento parece ser protagonista, aunque más lo son las increíbles olas que han hecho de éste un lugar codiciado por los amantes del windsurf. Un buen ejemplo es el número 3 de esta disciplina, Robby Swift, quien escogió Matanzas para construir su tercera casa, proyecto que fue ideado en relación con el mar, el viento y, por supuesto, el windsurf.

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Matanzas es una playa tranquila. Pocos autos transitan por su angosta calle principal, donde antiguas fachadas -entre las que se alternan restaurantes, locales comerciales y residencias- suelen verse colonizadas por personas cuya pasividad es similar a la de su entorno. Se sientan allí por largo rato, y miran. Miran los vehículos que van y vienen en ambas direcciones; miran a la gente que pasa. Lo único que durante el día amenaza la quietud que aquí existe, es el viento. Malo para quienes buscan disfrutar del sol y el calor, pero excelente para los cientos de windsurfistas que, año a año, llegan a esta localidad siguiendo increíbles olas. Para ellos ésta es la ecuación: más viento = más marea = mejores olas.

Es que Matanzas es conocida no sólo en Chile por la bondad de su mar. Por eso, amantes de este deporte del mundo entero aterrizan aquí en invierno y verano. Uno de ellos es Robby Swift, inglés desconocido para muchos, pero de renombre entre quienes han hecho del windsurf su pasión. Actualmente es el número 3 del mundo en esta disciplina, así que tener una casa en una playa como ésta era algo así como un deber para él. A sus refugios en Londres y Hawai sumó éste con la firma de arquitectos con trayectoria en la zona: Felipe Wedeles, Jorge Manieu y Macarena Rabat, de la oficina WMR.

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El palillaje logra continuidad para la construcción, ya que además de cubrir la terraza principal, hace lo suyo en los pequeños espacios exteriores diseñados frente a cada uno de los dormitorios.

Robby viaja junto a su mujer argentina, tres veces al año, para quedarse alrededor de uno o dos meses cada estadía. De ahí su deseo de que ésta fuera una casa tipo hotel, donde además de estar cómodos ellos, pudieran estarlo sus invitados.

El recinto está en lo alto de un cerro de Matanzas, lo que permite tener vistas hacia el norte de la bahía como perfecto panorama.Robby puede disfrutar desde la comodidad de su terraza el sector exacto en el que los windsurfistas navegan.

Desde allí le es posible saber cómo estará el mar para su práctica del día.

Y claro está, se trata de una casa desprovista, casi desnuda. Son pocos los objetos que adornan, más bien se puso énfasis en la utilidad del mobiliario: un par de sofás y la mesa de centro, a los que se suman dos alfombras. Lo más entretenido es cómo ciertos muebles diseñados especialmente, son un 'link' entre un ambiente y otro. Un largo mesón de granito negro, que hace las veces de mesa de comedor, continúa dando paso a la cocina, totalmente independiente y tapada a partir de un muro tras el cual se esconde el lavaplatos. Estos espacios comunes conforman el primer volumen; el segundo está un nivel más abajo y es donde se encuentran las habitaciones. Son tres, con baño incluido y vistas al exterior, ya que en un lugar como éste perderse las increíbles bondades de la naturaleza es algo que nadie podría permitir.

Inspiración

Poco, pero bueno. Ésta es la premisa que dominó al momento de decorar esta casa, donde sí se aprecia un constante juego de texturas y materiales.

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