¿Qué es el #Proyecto Pregunta?
¿Por qué hay tanta corrupción? ¿Cuándo tendremos un museo de la música? ¿Cuál es el patrimonio chilote? Esas son algunas de las más de tres mil preguntas que en dos años ha planteado este proyecto que en marzo llegará al Museo de Arte Contemporáneo (MAC) del Parque Forestal, y que se exhibe hasta el 28 de febrero en Casa França-Brasil, impulsado por el colectivo MilM2. Aquí el cómo y por qué este proyecto que pregunta por preguntas, y responde con más preguntas, se ha instalado con fuerza en la escena.


Una extensión exacta de mil metros cuadrados tenía la ex fábrica de sombreros Girardi, ubicada en Bilbao 511. Ese fue el primer lugar de trabajo del colectivo MilM2, que vio en ese lugar vacío, abandonado y próximo a ser demolido, una oportunidad para activar una plataforma de gestión, producción y creación cultural exitosa como la que es hoy. Formado en 2013, fue en esas paredes que surgieron los primeros lineamientos para diversos proyectos como los llamados “bingos bailables” y “29 de ñoquis”, iniciativas ciudadanas que buscaban promover el encuentro presencial y diálogo entre las personas. Sin saberlo, esa fue también la génesis del #Proyecto Pregunta: “En ese lugar teníamos más de 120 metros cuadrados de pared pintada como pizarrón que todo el mundo ocupaba constantemente. Veíamos que este dispositivo muy simple estimulaba a la gente a escribir y dibujar. De ahí nació la idea de armar un sistema que fuera responsivo, que dijera algo que pudiera ser borrado y vuelto a pintar, pero que a la vez armara una metodología para poder reflexionar y amplificar esa reflexión”, explica Pedro Sepúlveda, director creativo del colectivo, conformado también por Fernando Portal (director de contenido), Diego Cortés (jefe de taller) y Constanza Carvajal y María José Jaña (productoras generales).
Tras el derrumbe de ese primer espacio se reubicaron en el quinto piso del ex Teatro Italia, donde buscaron formas para profundizar en ese tipo de encuentro ciudadano que habían logrado establecer con el pizarrón, pero esta vez trasladando hacia el espacio público la posibilidad de entablar un diálogo. La respuesta a esa inquietud fue #Proyecto Pregunta: un dispositivo de participación ciudadana centrado en la generación, visualización y viralización colectiva de debates. En términos prácticos, el proyecto consta de una caja de herramientas que contiene un set tipográfico con las letras del abecedario -y signos de puntuación y exclamación-, un manual de activación y un archivo para la producción de plantillas de las preguntas. Esa simple caja es la que itinera por diversas comunidades desarrollando así una intervención temporal, performática y material, cuyos resultados el colectivo ha documentado a través de fotografías.

El primer lugar donde instalaron el proyecto fue la Plaza de la Intendencia de Valparaíso, en el marco del Festival de las Artes 2014 de dicha ciudad. “Al comienzo no sabíamos si resultaría, si la gente engancharía con la idea o entendería lo que estábamos proponiéndoles: la posibilidad de hacer preguntas (a su gobierno, a su ciudad o a sus padres) y que estas fueran visibilizadas en grande. Y la verdad es que fue un éxito, sucedieron espacios sumamente interesantes con las distintas personas con que interactuamos”, recuerda Sepúlveda. Desde entonces llevan más de 25 intervenciones en lugares como el Teatro Municipal de Santiago o la Plaza de Armas de la ciudad de Castro (Chiloé). En cada uno de esos sitios el mecanismo es el mismo: plantean preguntas que el público debe responder con otras preguntas.
¿Cuál es la importancia que le dan al hecho de que la ciudadanía se haga cuestionamientos colectivos?
Fernando Portal (FP): El proyecto plantea un quiebre en el diálogo, al preguntar por una pregunta y no por una respuesta. A través de ese simple acto el proyecto logra desplazar el intercambio, desde el enunciado de una opinión, hacia el ejercicio de compartir un cuestionamiento. Y es en ese momento, en que se abre un espacio de confianza, vulnerabilidad e inquietud, que permite ver colectivamente las cosas de nuevo, en forma aislada de los prejuicios y pedazos parciales de información que muchas veces definen nuestras opiniones. Este acto colectivo de cuestionamiento -sobre todo en el espacio público-, creemos que es clave para potenciar el vínculo ciudadano con la política de una forma crítica.
Pedro Sepúlveda (PS): Una de las ideas de trabajo que hemos abordado es la de la generación colectiva de conocimiento. Creemos que es posible desde distintas prácticas generar espacios activos de reflexión, reconstruir lazos con los desconocidos, volver a discutir abiertamente en la vía pública y entender que una de las maneras más interesantes de comunicarnos es la presencial, en un mundo abrumado por lo digital. En ese sentido, el proyecto funciona también como una performance ya que parte de él es recopilar preguntas activamente en las calles, explicárselo a la gente y pedirles que se den el tiempo para contestar.

El arte de preguntar
Fue en el Centro Cultural Estación Mapocho, durante la sexta edición de Feria Ch.ACO en 2014, uno de los lugares donde #Proyecto Pregunta alcanzó mayor visibilidad. Fue en esa ocasión también en la que una de las ediciones de #PP fue elegida como pieza artística para integrar la Colección FAVA de la Fundación de Artes Visuales Asociados (FAVA Chile), un acervo con fines educativos que itinera por distintos lugares y colegios del país, y que cada año se amplía con obras elegidas bajo la curatoría del mexicano Pablo León de la Barra, quien también es curador del Guggenheim UBS MAP para Latinoamérica. De la Barra explica que tal como #PP, Colección FAVA -que en marzo de este año llegará al MAC del Parque Forestal- “da esa posibilidad de reconfigurarse en diferentes lugares de diferentes maneras, y eso es parte de lo que la hace especial. Ha sido increíble ver los alcances sociales del proyecto y el potencial del arte en transformar a comunidades fuera del museo”. Sepúlveda coincide, y agrega: “Buscamos que nuestros proyectos tengan un rol transformador en las comunidades que estos habitan, y en este caso es bien potente ver cómo una comunidad escolar está efectivamente conectada y con una necesidad pulsante de participar y expresarse”.
Cuando idearon este proyecto, ¿lo concibieron como una obra de arte?
PS: Siempre le digo a Pablo que él fue quien nos convirtió en artistas, que nosotros hicimos este proyecto con la intención de movilizar opiniones sin demasiadas pretensiones, pero al ver las preguntas que se hacían las personas nos pareció que se abría como un espacio de investigación constante.
FP: Más que como un intervención artística, el proyecto fue concebido como un dispositivo crítico de participación ciudadana. Su transferencia desde el activismo hacia el ámbito artístico se ha dado desde el reconocimiento por parte de diversos agentes culturales, del potencial del proyecto como herramienta de activación social, de diálogo y de transferencia de inquietudes ciudadanas a espacios de difusión artística y de representación política. Creo que el hecho de que hoy tenga la capacidad de actuar indistintamente como proyecto de activismo cultural, como herramienta de mediación artística y como obra de arte, radica en la simpleza de su propuesta y método.
Ahora, por primera vez el #Proyecto Pregunta se ha instalado fuera del territorio chileno para llegar a Casa França-Brasil (CFB), una institución cultural dirigida bajo la curatoría de Pablo León y ubicada en Río de Janeiro, donde una serie de espacios públicos se han visto intervenidos con preguntas que cuestionan el estado actual de la política, la cultura y la sociedad en Brasil. El archivo de las más de 300 preguntas realizadas tras esa experiencia es expuesto actualmente en CFB, donde los visitantes pueden seguir respondiendo las preguntas que el proyecto plantea. “La recepción en Río fue muy intensa, llegamos en un momento bastante crítico, en el que las crisis asociadas a la percepción ciudadana del gobierno están encontrando múltiples manifestaciones (…). Estamos constantemente buscando nuevas oportunidades para desarrollar el proyecto. Nos interesa poder compartirlo de la manera más amplia posible, al mismo tiempo que ahondamos en el acopio y análisis del archivo de todas las preguntas recolectadas que ya suman más de 3.000”, explica Portal.
Desde la creación del proyecto, ¿qué preguntas los han sorprendido y cuál dirían que les falta por hacer?
Constanza Carvajal: Una pregunta interesante fue una que hicimos en el Caracol Bandera de Santiago Centro, donde se juntan muchos inmigrantes. A ellos les preguntamos: ¿Qué les preguntarías a los chilenos? Esa vez nos sorprendió que la mayoría de las preguntas-respuestas daban cuenta de que como país todavía no hemos comprendido que los procesos de migración son un aporte cultural enriquecedor y que seguimos segregando a ciertas comunidades. Y una pregunta que tenemos ganas de hacer es: ¿Qué te preguntarías a ti mismo? Sería interesante exponer el diálogo interno, observar cómo nuestro cerebro es el primer agente cuestionador.
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