Rodeada de naranjos
Recogiendo el espíritu del entorno, esta casa se inspira en un granero, alta, amplia y con la posibilidad de abrirse a un campo de naranjos. A menos de una hora de Santiago, este lugar no es solo un refugio, es una tierra con historia, vinculada para siempre a las vidas de todos quienes la disfrutan.
El valle de Mallarauco no solo es más aislado -y por lo tanto más tranquilo- que otras zonas rurales de la provincia de Melipilla, además cuenta con un microclima -más húmedo- que favorece el cultivo de cítricos y paltos. La dueña original de estos extensos terrenos vivió hasta sus últimos días gracias al producto de sus naranjales. Por eso, cuando ella murió, sus cinco hijas se repartieron la tierra y fueron muy cuidadosas de que en la construcción de sus segundas viviendas no se dañaran los árboles.
Algún día se instalará ahí de manera definitiva, pero por ahora, desde el balcón de su casa con forma de granero, una de las hijas domina el horizonte verde que forman las copas de los naranjos cada fin de semana. El arquitecto Rodrigo Castro Serrano la diseñó -en alguna medida junto con ella- con la altura ideal para disfrutar el paisaje -6,50 metros en la cumbrera- y una planta alargada -4 m de ancho- que favorece la integración y los espacios públicos, más que los privados. Rodrigo explica que todo se hizo en madera con una estructura lo más simple posible, que imita un granero como los que se ven en el sur de Chile: ocho marcos de pino oregón erguidos sobre un radier de hormigón, que fueron vestidos con pino corriente pero trabajado de una manera artesanal, comprado en barracas del mismo valle de Mallarauco. “Todos los revestimientos son machihembrados de pino bien bruto, con harta veta y un tono anaranjado, lo que dio un toque más rústico en el interior. Por fuera el carbolíneo oscuro que se usa para impregnar las maderas en el sur protege del agua y la humedad”, dice el arquitecto.
La arquitectura que viene haciendo en el último tiempo es así: liviana y de madera, tratando de derribar el mito de que es el material de la construcción informal o hechiza. “En términos de diseño la idea es sencilla para evitar caer en lo que se ve frecuentemente en algunas zonas de la costa, arquitectura sobrediseñada, llena de cosas que solo tienen carga estética y sin ningún grado de sustentabilidad; artificios que no operan. Tratamos de hacer algo acorde al entorno, que al no tener tanto muro se asemeja a un espacio industrial o agrícola”.
La dueña de la casa ha tenido otras en el pasado y ha ido reciclando muebles a lo largo de su vida. No fue difícil agregar los elementos que no se hicieron en obra, como la mayoría del mobiliario en la cocina. En el comedor, por ejemplo, hay una mesa chanchera amplia, clásica de campo, como la gran chimenea que reúne a los usuarios cuando hace frío. Retazo.tumblr.com
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