En su mesa de comedor y de trabajo están dispuestos pinceles, espirales de papel de diario y challa en botellas plásticas. En tanto, la ventana luce una colección de figuras y esculturas.

Hace cuatro años que Andrés Vio y su pareja Elisa Prado llegaron con sus lienzos, pinturas y papeles de diario a este departamento antiguo en la comuna de Providencia. Cumplía los tres requerimientos intransables: el barrio, luminosidad permanente y una pieza para su hija.

Una vez encontrado, empezó a armar su hogar con pinturas que ha adquirido a lo largo de sus 39 años. No solo cuelgan en sus paredes sus propias composiciones, sino también de artistas que admiran, como Matilde Pérez, Robinson Moro, Totoy Zamudio, Francisco de la Puente, Juan Francisco González, Gonzalo Cienfuegos, Mario Carreño y Eugenio Dittborn.

Aparte de la gran cantidad de pinturas, llama la atención un mesón  de ciprés ubicado en el living-taller, regalo de Rodrigo Beltrán y Annie Hoffman. Se detiene a contar toda la hazaña que significó traer esta pieza del árbol desde El Ingenio, en el Cajón del Maipo, hasta su departamento. “Entre varias personas lo subimos hasta el cuarto piso y pedimos la colaboración de los vecinos para que abrieran sus puertas y poder instalar este ciprés”, cuenta Andrés.

A modo de anécdota, comenta que su departamento es orgánico, en especial su living, que está sufriendo constantes cambios y modificaciones. “De acuerdo al proceso en que está el cuadro, se ordena o desordena”, explica el pintor. También, cuando hay reuniones con amigos, esta gran plataforma se transforma en una bella mesa para los comensales.

El taller es la prolongación de lo que le pasa a este talentoso artista. Los ritmos de él se reflejan inmediatamente en su casa. Y aseguraría que el ciento por ciento de sus objetos decorativos y mobiliario tienen una razón de ser y un valor sentimental.