Con una vista panorámica al paisaje

, la arquitecta Cazú Zegers revela este espacio, creado para su hija Clara, con una reinterpretación precisa y moderna de los gustos de la usuaria por las piezas de época, sobre todo de los siglos XVI y XIX.

Concebido como una “sala de baño tal como si fuera un living”, cuenta la arquitecta, tiene un mirador que incorpora el paisaje a la experiencia del agua. Es un pequeño spa dentro de la casa, que se encierra en 8 m².

El recinto tiene la particularidad de tener doble circulación. Se abre o cierra mediante puertas correderas ocultas en los muros, otorgándole privacidad y flexibilidad. Cuando está totalmente liberado se convierte en un pasillo o corredor que lo conecta con la sala de estar y luego con el dormitorio de Clara. Al cerrarse una de las puertas, queda como un baño privado. La continuidad la da el piso de mármol travertino, el mismo que está presente en toda la casa.

La intimidad, por supuesto, fue un desafío para la arquitecta, ya que queda totalmente expuesto a la vista al valle de Los Trapenses. Instaló persianas de celosías de madera en los ventanales y le otorgó privacidad a las zonas de la ducha e inodoro proyectando una cabina independiente que las aísla detrás de una gran mampara de cristal recubierta por un film empavonado -de 3M-, que tiene impreso el mismo dibujo de las baldosas que cubren el piso de este compartimento, diseño de Cazú Zegers para la marca nacional Súper llamado ‘Cantar de los Cantares’.

El esquema cromático se basa en los muros de hormigón a la vista que se ven en toda la vivienda. Los de este lugar fueron pintados de un color malva satinado, hecho por la pintora Soledad Valdivieso, que armonizan con el diseño floral de los revestimientos de la zona privada y en la elección de los accesorios decorativos como el mueble de lavamanos. Este último fue comprado por Clara en una tienda de ropa que lo tenía como parte de la decoración de su vitrina, está impermeabilizado con esmalte y sellado además con poliuretano opaco.

T: 9527287