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¡Tiempo de sopas!

Desde la enjundiosa cazuela y la clásica sopa de lentejas, hasta una crema de langostinos, otra de betarragas con jugo de manzana e, incluso, una azucarada sopa de chocolate y licor. Aquí, una ruta con diez reponedoras y sabrosas sopas para capear los días de frío. ¡A cucharear!

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Cazuela de ave

Es probablemente el plato de cazuela más contundente que se puede encontrar en Santiago. Y cómo no, si está hecho por el Divertimento, que con 25 años de trayectoria se ha transformado en uno de los mejores centros de la gastronomía típica chilena. Hay en dos versiones: de ave (con un trutro entero de pollo), y de vacuno (con asado de tira). El resto de los ingredientes ya es conocido: choclo, papa, zapallo, porotos verdes, zanahoria, arroz, cilantro, pimentón, orégano, cebolla y ajo.

Hora de betarraga

Desde hace dos años esta ensaladería sorprende con sus creativas combinaciones de verduras y frutas. Esta vez no es la excepción: su chef, el danés Víctor Holm, presenta una deliciosa sopa de betarraga y jugo de manzana. “Tiene zapallo, camote, papa y zanahoria, aunque poco porque es muy dulce. Encima lleva pasas y cuadraditos de manzana y betarraga horneadas. Todo reducido en vino blanco con un toque de romero y ajo. Para adornar, berros y una espuma hecha con los ingredientes principales”, explica.

Choco y pera

Chocolate semiamargo fundido en una crema caliente con un toque de licor, pimienta y trozos de jengibre, acompañado junto a un recipiente de peras rebanadas, ligeramente cocidas para que estén al dente. Así es esta sopa del restaurante francés Le Flaubert, que todos los años saca una carta especial de caldos, entre los que también destacan la sopa tibetana -a base de lentejas naranjas, berenjenas, curry y leche de coco-, y el Mulligatawny, un tipo picante de sopa india.

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Sopa de cebolla

Es uno de los caldos más tradicionales de la cocina francesa, y uno de los platos más pedidos desde que el bar restaurante Normandie abrió sus puertas en 2003. Su preparación es simple: se cortan cebollas al estilo juliana y luego se sofríen en mantequilla. “Posteriormente se hierven en un fondo de vacuno y una panceta ahumada, y a todo se le agregan pimienta, eneldo, romero y salvia. Siempre recomiendo pedir luego un bourguignon, un guiso de carne cocida al vino tinto”, dice Juan Carlos Castro, el chef del lugar.

Sopa de zapallo

Esta panadería francesa tradicional, que también funciona como emporio y cafetería, ofrece cada día una sopa distinta. Todas se crean a base de un fondo de verduras -que suele hacerse de pimentones, cebollín y papas, entre otros vegetales- a la que después se le va incorporando el ingrediente principal y crema de leche. Simple y delicioso. La crema de zapallos es una de las más pedidas, y se puede acompañar de un mix de hojas verdes de espinacas, albahaca y menta.

Sopa de langostinos y leche de coco

El poder energizante es la principal característica de esta sopa que contiene caldo de camarón, salsa de ostra, leche de coco, pasta de curry rojo, tallos de cebollín y langostino. “Esta receta está inspirada en la cocina thai, donde suelen hacerse sopas picantes de mariscos. Se trata de una crema de langostinos a base de ají, donde se realzan las sensaciones que produce tomar algo levemente picante”, explica la reconocida chef Pamela Fidalgo, sobre este plato que se puede pedir en distintos grados de picante.

Sopa de lentejas con gremolata

El garam masala -palabra en hindú que significa ‘mezcla de especias’- es el secreto de esta tradicional sopa de lentejas. Se trata de la combinación de diferentes semillas y hierbas tostadas y posteriormente molidas, que se cocinan junto a las lentejas para darle un toque ligeramente picante. El punto final lo otorga la gremolata: una mezcla de perejil, ralladura de limón, nueces picadas y queso parmesano. La sopa se sirve además con la ensalada del día.

Súper Ramen

La cocina que fusiona los ingredientes del Perú con los del arte culinario japonés es la especialidad del chef peruano José Ozaki, creador de Ozaki Casa Nikkei en Las Condes, y desde hace poco más de un año, de República Nikkei, a pasos del barrio Lastarria. En este nuevo formato de restaurante más al paso, uno de los platos más pedidos en los días de frío es el Super Ramen, una sopa de tallarines hecha a base de caldo dashi -un fondo de pescado, que contiene algas y hongos shitake-, acompañada de trozos de cerdo asado y pollo, takoyaki -rollitos rellenos de vegetales y pulpo- y un huevo duro con ají japonés.

Crema de tomate asado y queso de cabra

Tomates frescos, cebolla, tomillo y pimienta son los ingredientes principales de esta sopa que además tiene un toque de pesto y cubitos de queso de cabra que se derriten en su interior. ¿Tres puntos a destacar? Todas las sopas de Köök están hechas con verduras 100% naturales, no tienen lactosa, y siempre se acompañan de una miniensalada con dressing de cilantro. Hay dos caldos más en carta que merecen recomendación: uno de betarraga con crema de camembert y otro de zapallo camote con leche de coco y plátanos fritos.

Sopa de berros y topinambur

De un sabor muy similar a la alcachofa y semejante en apariencia al jengibre, por años Nicole Mintz, la dueña del restaurante vegetariano El Huerto, plantó topinambur para preparar esta sopa. Hoy la cosecha en casa de este tubérculo ya no es necesaria, porque es más fácil de encontrar, y con los años se transformó en uno de los ingredientes esenciales de su cocina. “Esta sopa además de topinambur tiene un caldo de berros salteados con cebolla, y otras verduras de temporada. Para dar textura agregamos almendras tostadas, semillas de zapallo o pedacitos de apio”, cuenta Mintz.

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