Disfrutar del living, del comedor, la cocina, la salita, los dormitorios –es decir, de cada lugar– de este dúplex fue la primera y más clara motivación de sus dueños para pedir asesoría a las decoradoras Camila Costagliola y Trinidad Gana. Algo así como “no sólo mirar, sino también tocar” era la idea que rondaba en sus cabezas.

Un concepto simple pero que ayudó a las socias a captar los gustos más personales, de la propietaria, y así establecer un rico catálogo de texturas y diseños en diferentes tapices, géneros y papeles murales, en que domina el juego de lunares y rayas.

Otra tarea importante para Camila y Trinidad fue considerar que los dueños de casa tienen mucha vida social con amigos y familiares, así es que prácticamente no hay fin de semana que a la casa no llegue un grupo a comer o tomar un trago. De esta manera, lograr espacios apropiados era otra regla fundamental. “La casa es el centro de reunión de muchos asados y comidas, las que acaban siempre en fiestas”, confiesa la propietaria, básicamente porque la mayoría de los amigos de este matrimonio vive cerca, a pocas cuadras y en pleno corazón del barrio El Golf, lo que los motiva a aterrizar muchas veces en este departamento, incluso sin previo aviso. “No es raro, por ejemplo, que un martes, sin haberlo planeado, terminemos comiendo un aperitivo en la terraza por largo rato”, agrega la dueña, por lo mismo se puso especial énfasis en este lugar, que se sintiera acogedor, que estuviese habilitado para distintas épocas del año.

Es el barrio también el que ha marcado con aires urbanos los ambientes. “No usamos para nada el auto, vamos los domingos caminando a tomar desayuno por ahí y en las tardes un cafecito en el Amélie o en el Darjeeling”, cuenta la propietaria.