Viaje al patrimonio
Temporada de volantines

Me acaba de llegar una invitación a un taller para hacer volantines el sábado 26 de septiembre. Me encanta la idea, sobre todo si los profesores son el volantinero Boris Prado y el talentoso artista Andrés Vio.
A raíz de los volantines, me acordé que el año pasado para el dieciocho estaban de lo más in. Claro que no los clásicos de papel, como aquellos en que aparece la bandera chilena o los íconos de los equipos de fútbol criollos, sino que los nuevos que venden fabricados de plástico.Me bajó una nostalgia por aquellos años en que las bermas de las carreteras se llenaban de puestos que vendían volantines de papel en septiembre. Si bien fueron creados en China, a Chile llegaron en la época de la Colonia hace más de tres siglos y hoy conforman parte de nuestras tradiciones.
Según me informó Boris, antes los escolares aprendían la técnica de su fabricación en clases. Ni siquiera se compraban, sino que cada niño los sabía hacer. Afligido, me confiesa que le da mucha lástima que esta costumbre se esté perdiendo. Me cuenta que él mismo aprendió a fabricarlos de su abuelo, Guillermo Prado -amigo de Nemesio Antúnez- quien cuando era director del Museo Nacional de Bellas Artes lo invitó a hacer una exposición. Si bien Boris replica la técnica de su abuelo, lo interesante de este artesano son los diseños que usa. Múltiples colores y formas dan vida a volantines nunca antes vistos, cada uno distinto al otro. Parecen verdaderos cuadros. Tanto así, que incluso ha expuesto sus trabajos en galerías y salas de arte. Actualmente, exhibe sus obras intervenidas por el artista Gonzalo Sánchez en el aeropuerto de Santiago. Una excelente mezcla entre tradición y vanguardia.
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