Ahora que estamos próximos a celebrar el Año Nuevo, acicalar y acicalar(se) para recibir de lamejormanera este 2010 es todo un tema. Y claro, no siempre se celebra un nuevo centenario de la República, por lo que hay que pensar bien en cómo hacerlo. Y no me refiero a las decenas de ritos que existen para las fiestas, como comer un puñado de lentejas, dar vueltas con una maleta, etcétera. Nada de eso.

Hace poco leí un interesante ensayo sobre el invento del adorno y desde cuándo éste acompaña a los seres humanos. Lo escribió el director del Museo de Artes Decorativas de Santiago, Claudio Hernández, a raíz de su experiencia laboral de años en aquel recinto. Al conversar con él, me contó que según escritos del filósofo español Ortega y Gasset, el adorno sería un tema mucho más femenino que masculino, al menos en la cultura occidental. Cuestión que además se remonta, al menos, a unos 40 mil años. Descubrimientos arqueológicos en distintas partes del mundo han demostrado la existencia de objetos para el adorno personal como pendientes, aros, cuentas y dientes perforados de animales, entre otros. Su importancia, entonces, se originaría en una necesidad histórica del ser humano por sobresalir y diferenciarse de los otros.

Eso sí le discutí que aunque para las mujeres el adorno es esencial, los hombres han demostrado a través de la historia que también los usan. Pienso en los machos de ciertas tribus africanas, en los tatuajes de los maoríes, en las exageradas pelucas masculinas de las cortes francesas del Barroco y en los cuerpos pintados de los selknam y las tocas y trajes de los pascuenses, todos buscando diferenciarse de los otros, como pavos reales. Y qué decir de la actual relación hombre-piercing. Un fenómeno.

Pues bien, quise saber qué ejemplos de adornos de tipo patrimonial hay en exhibición en el Museo de Artes Decorativas y de qué época son. Su director me respondió que hay múltiples ornamentos de relevancia histórica, como una vitrina con un ajuar femenino de plata mapuche. En ella se pueden ver un prendedor sikil y un akucha, un tupu o alfiler de ropaje, unos chawai o aros, todos objetos que datan de los siglos XVIII y XIX.

Bien vale la pena dar una vuelta por el museo e inspirarse, en vísperas del Bicentenario.

• Inserto dentro del antiguo Convento de la Recoleta Dominica, el Museo de Artes Decorativas es parte del actual Centro Patrimonial Recoleta Dominica, creado en 1998. Ubicado en Recoleta 683, es uno de los conjuntos arquitectónicos más importantes de la zona norte de Santiago y es patrimonio nacional. Horarios: martes a viernes de 10 a 17:30 horas. Sábado, domingo y festivos de 10:30 a 14 hrs. Entrada liberada. Más información en: www.museodeartesdecorativas.