Vista infinita
La lectura inicial que se hace de esta casa en Matanzas es la de un cubo frente al mar. Pero basta cruzar la puerta para encontrarse con una arquitectura de detalles, que juega con la desestructura y potencia las vistas.


Esta es una casa para descubrir de a poco. Al igual que el paisaje que la rodea. Es que donde uno se detenga, algo nuevo habrá para ver y conocer. Y qué decir de las vistas que se capturan. Realmente increíbles. El gran ventanal que enfrenta el living comedor -ambientes distribuidos en el único espacio que compone el primer piso- es un buen ejemplo de esto, ya que encuadra a la perfección el paisaje de fondo: mar infinito y un enorme roquerío que parece flotar en medio del agua. Y así suma y sigue. Porque desde la ventana basta con instalarse en una salita de estar -que de acuerdo con la necesidad puede transformarse en sala de lectura o habitación- para obtener el verde exterior y también la bahía norte; mientras que desde el segundo nivel, donde se sitúan un baño y el dormitorio principal, la vista hacia Matanzas es una panorámica completa.
Así es la denominada Casa Díaz, proyecto de los arquitectos Nicolás Valdés y Constanza Hagemann en conjunto con el estudio WMR, de Felipe Wedeles, Jorge Manieu y Macarena Rabat. Un grupo de jóvenes arquitectos que tuvo "libertad 100%", según cuentan, al momento de dar vida a este proyecto.d

Si bien la construcción se estructuró hacia el poniente, que es desde donde más pega el Surazo, hay un rincón exterior en el que el viento parece no existir. Es que justamente la idea fue que nada impidiera estar afuera, de manera que la terraza se estructuró cubierta en el ala norte de la casa. En esa zona aparecen nuevamente los pilares de hormigón que, en esta ocasión, conducen a un sendero de durmientes a través del cual se puede bajar a una de las playas de Matanzas.
Este lugar es un exquisito refugio playero en primera línea frente al mar. Por fuera un sencillo cubo hecho a partir de tablones de pino en bruto blanqueados; por dentro, una dinámica mezcla de diagonales que forman absoluta geometría. En el living comedor, por ejemplo, un medio muro en volado cruza desde el hall de entrada hasta el fondo de este ambiente, dando pie a una doble altura que lo amplía visualmente. Ahí, en un costado, un largo mesón de madera hace las veces de cocina y, al igual que un mueble que se instaló en la sala de estar, sigue las líneas geométricas predominantes en la arquitectura.
Pero sin duda el mar es el gran telón de fondo, protagonista principal de este primer nivel, ya que a partir de un enorme paño de vidrio fijo (que es la cara poniente de la construcción) las vistas desde el interior parecen perfectamente enmarcadas. Otras ventanas más pequeñas y algunas lucarnas también hacen lo suyo interiorizando el paisaje, aunque su principal función es aprovechar al máximo la luz natural.

Matanzas.
Una playa atractiva para quienes practican el windsurf, por el fuerte viento y las olas.
Lo fundamental fue apoderarse del terreno en desnivel estableciendo una especie de recorrido desde la parte más alta (sitio en el que se estacionan los autos), pasando por un puente de madera, hasta aterrizar en la casa, cuya antesala es un juego de pilares de hormigón de distintos tamaños ubicados en medio del aún creciente jardín, pequeño y sin grandes pretensiones.
Uno de los factores más importantes de esta construcción era la luz. Por eso se instalaron lucarnas en sitios como la cocina y el baño, por ejemplo. Además la casa se pintó completamente blanca para brindar aun más claridad.
Inspiración
Los materiales nobles -como maderas y cueros- predominan tanto en la arquitectura como en la decoración de esta casa, de esencia minimalista.
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