Como una extensión de su propia galería de arte resulta este espacio en la casa de Cecilia Palma. Aquí entran y salen artistas, asistentes, diseñadores y todo el grupo de personas que diariamente acompaña a esta galerista en el trabajo de gestión cultural que inició hace diez años.

“Desde que me instalé en el mundo del arte he intentado compatibilizar mi horario con el cuidado de mis dos hijos”, cuenta Cecilia, lo que hace algún tiempo además la motivó junto al arquitecto Jorge Mora a realizar una completa remodelación de la casa, incluyendo esta oficina. Es aquí, en un segundo piso y con amplias vistas hacia el jardín, donde esta sicóloga de profesión trabaja a diario rodeada de cabezas de gres fabricadas por ella misma, variados cuadros de artistas dispuestos ordenadamente en altos rieles, inusuales sillas diseñadas por el escultor Iván Daiber y una enorme colección de libros que con el tiempo ha ido editando junto a diferentes empresas nacionales.

"Una pequeña gran familia en torno al arte", según relata Cecilia, es lo que se ha generado en este hogar a partir de estos encuentros, como ocurrió el día de las fotografías, junto a una dupla de artistas próximos a exponer en la galería ubicada en Vitacura. (Tel. 2450720)

Artistas como Lorenzo Moya y Sebastián Garretón, próximos a exponer en la galería, visitan seguido esta casa para reuniones.

Justo al momento de cumplir 50 años y con una vasta trayectoria bajo el brazo, la restauradora Carmen Alzérreca tomó el impulso de independizarse para administrar mejor sus tiempos y trabajar con clientes particulares pero desde su casa.

Han pasado varios años y el resultado ha sido un éxito. Dos talleres concebidos dentro de la casa, proyectada por la oficina Izquierdo Lehmann, albergan a su equipo, conformado por profesionales del área.

“El lugar tiene el acondicionamiento necesario para el tipo de trabajo que hacemos, respetándose los niveles máximos y mínimos de temperatura, luz y humedad relativa”, explica Carmen.

Y en cuanto a relaciones humanas, nos cuenta, a modo de anécdota, que le entretiene recibir diariamente en su casa a este grupo de jóvenes colaboradores, "Se produce una interrelación e incluso en muchas ocasiones terminan participando de los eventos familiares", relata Carmen momentos antes de despedirnos. (Tel.2141030)

Cinco conservadores y una serie de obras en papel y pintura, provenientes de galerías y coleccionistas, arman el ambiente en esta extensión de la casa de Carmen.

Un acto sagrado en la casa de la decoradora María José Duch es que al momento de cerrar cada proyecto todo el equipo se reúne en torno a un café y pie de limón hecho en casa para evaluar los resultados y celebrar.

Dos diseñadores, un estudiante de arquitectura, maestros y su querida asistente Dolores ocupan el subterráneo que ambientó como oficina, rodeada de telas, mostrarios, dibujos, materiales y objetos decorativos que más tarde compondrán sus trabajos de decoración integral.

“Aquí tengo el control de la casa y la oficina, los niños me ven y es más acogedor y personalizado que los clientes vengan para acá a reuniones”, cuenta esta diseñadora de profesión.

Su marido es arquitecto y al estar en contacto con lo que hace María José, también le ayuda en opiniones y consejos.

Simplemente un matrimonio de artistas que junto con cooperarse a diario son testigos de lo que conllevan sus trabajos, pero ahí en su propio hogar. (Tel. 9-2997823)

Lleva 17 años relacionada con el ámbito de la estética y reconoce que trabajar desde la casa le acarrea más horas de dedicación, pero esto es algo que hoy ya sabe compatibilizar muy bien con su vida familiar.

Llegamos a la espectacular oficina de Mathías Klotz ubicada en el subsuelo de su casa, en Pedro de Valdivia Norte, y junto con ver trabajando concentradamente al equipo de ocho colaboradores, fuimos testigos de cómo los hijos de este arquitecto son también cómplices de este ambiente, a través de sus escapadas para dibujar, fabricar maquetas o simplemente aprender de este mundo.

Nueve años lleva viviendo Mathías en esta casa de los años 60 y desde un principio adoptó la costumbre de trabajar en ella rodeado de profesionales. “Esta es la tercera generación que pasa por acá y que crece conmigo”, cuenta este arquitecto con 20 años de trayectoria y actual Decano de la Facultad de Arte, Arquitectura y diseño de la Universidad Diego Portales.

Cerca de 70 m² conforman este espacio al que se llega a través de una escalera de hormigón y una pileta con peces rojos. Una bienvenida que se complementa con la ambientación interior, basada simplemente en libros, fotografías en blanco y negro y una serie de maquetas que van dejando el registro de los trabajos realizados por esta oficina. (Tel. 6762701)