El pasado 26 de mayo se reveló que un grupo de hackers habían lanzado un jailbreak que funcionaba en todos los iPhones de Apple.

De ese modo, entregaban una herramienta que permitía personalizar a gusto a los smartphones de la compañía, sin tener que pasar por la tienda corporativa para descargar aplicaciones. Obviamente, aquello se llevaba a cabo con todos los riesgos de seguridad que implica.

Pero menos de una semana después, la compañía lanzó iOS 13.5.1, una actualización que en sus detalles solo explica que: “entrega actualizaciones de seguridad importantes y es recomendada para todos los usuarios”.

Sin embargo, en Apple Software Updates explican que la actualización directamente busca parchar la vulnerabilidad que era explotada por el jailbreak conocido como “Unc0ver”.

En The Verge agregan que Apple, a través de su página de ayuda, profundiza un poco más en la actualización, explicando que a grandes rasgos impide “ejecutar código arbitrario con privilegios de kernel”. Es decir, bloquea justamente lo que realizaba el jailbreak.