Por Cristina CifuentesBryan Stern, el veterano de guerra detrás de la operación que permitió el viaje de María Corina Machado hacia Oslo
Veterano del Ejército y la Marina de Estados Unidos y galardonado con el Corazón Púrpura, Stern fundó el grupo de rescate Grey Bull en 2021, liderando misiones de evacuación privadas en zonas de guerra desde Afganistán hasta Gaza.
La operación para que María Corina Machado pudiera salir de Venezuela para viajar a Oslo tuvo todos los ingredientes de una película protagonizada no solo por la líder opositora, sino que también por Bryan Stern, un veterano de guerra estadounidense que llegó hasta el Caribe para cumplir su misión.
Stern dirige una organización especializada en este tipo de extracciones y conversó con el diario The Wall Street Journal, medio al que dio cuenta de cómo se llevó adelante la operación. Su empresa se encuentra compuesta por exveteranos de operaciones especiales e inteligencia y denominó la misión Operación Dinamita Dorada, en una referencia al Premio Nobel de la Paz y a su fundador, Alfred Nobel, el químico sueco que inventó la dinamita.
Veterano del Ejército y la Marina de Estados Unidos, galardonado con el Corazón Púrpura, Stern fundó el grupo de rescate Grey Bull en 2021, liderando misiones de evacuación privadas en zonas de guerra desde Afganistán hasta Gaza, indicó el periódico. En la página de su empresa se señala que también fue miembro del personal militar de primera respuesta durante los atentados del 11 septiembre de 2001 en la ciudad de Nueva York.
Grey Bull reseña que comenzó su labor durante la fallida evacuación estadounidense de Kabul, Afganistán, cuando cayó en manos de los talibanes, en 2021: “Desde entonces, miles de hombres, mujeres, niños, bebés e incluso sus queridas mascotas agradecen por haberlos evacuado de forma segura de zonas de desastre”.
También trabajó en Venezuela y Grey Bull, la empresa de Stern con sede en Tampa, había estado posicionando equipos en el Caribe para ofrecer sus servicios a ciudadanos estadounidenses en territorio venezolano en caso de una acción militar. “Teníamos todo esto listo desde hacía meses”, afirmó.

Stern indicó que su firma mantiene estrechos vínculos con agencias militares y de inteligencia estadounidenses.
Durante los preparativos para la operación Dinamita Dorada, Stern dijo al diario que se planearon al menos nueve escenarios posibles, desde rescates aéreos o en helicóptero hasta sacarla por Guyana o Colombia. De hecho, la empresa de Stern sembró rumores falsos para que el mundo la buscara por los lugares equivocados. Algunos la situaban en Europa, otros en un auto con destino a Colombia, y otro que se había escapado del país en un vuelo estadounidense que había dejado deportados de Venezuela.
El veterano estadounidense tenía claro la complejidad que implicaba la extracción de Machado, debido a que era una cara muy reconocida. “Todos conocen su rostro”, dijo Stern a The Wall Street Journal. “Mover a María es como mover a Hillary Clinton”.
Stern detalló que estuvo en contacto constante con altos funcionarios militares estadounidenses antes y durante la operación: compartiendo su ubicación en vivo, describiendo los bloqueos, enviando actualizaciones y en un momento preguntando si los militares podían localizar la embarcación de Machado cuando habían perdido la comunicación con esta.
La operación fue financiada por donantes privados, afirmó Stern, sin fondos del gobierno estadounidense. “El gobierno de EE.UU. no aportó un solo centavo, al menos que yo sepa”, afirmó Stern. “Soy el contratista especializado en extracciones, y nunca he sido contratado por Donald Trump”, aseguró en conversación con CBS.
Sin embargo, funcionarios norteamericanos-desde la Casa Blanca hasta altos oficiales militares y diplomáticos regionales- siguieron el proceso en tiempo real mediante mensajes de WhatsApp y notas de voz de Stern y su equipo.
Un “paquete” de Venezuela
La operación de Stern comenzó a las 9 p.m. del viernes 5 de diciembre. Estaba esperando abordar un vuelo de Miami a Tampa cuando recibió una llamada de un excolega que solía trabajar en la inteligencia estadounidense, que le dijo que tenía una misión especial para extraer un “paquete” importante de Venezuela.

Cuando su contacto le dijo que era una “ella”, Stern supo de inmediato que se trataba de Machado. También supo que sería la extracción más arriesgada de su carrera, indicó The Wall Street Journal. “Esto es el sueño o la pesadilla de un agente de contrainteligencia”, admitió.
Stern negó haber recibido ayuda alguna del gobierno venezolano o de funcionarios militares para llevar adelante la opción.
Fue el lunes por la tarde cuando Machado salió de su escondite con peluca y disfraz. El equipo de Stern también tuvo especial cuidado de que la líder opositora y el equipo no fueran rastreados digitalmente.
El plan, según Stern, era que Machado y sus cómplices se reunieran con los agentes que la esperaban en el pueblo pesquero y luego viajaran en su pequeño bote por el Golfo de Venezuela hasta un punto de encuentro acordado en medio del mar. Desde allí, Stern la llevaría a Curazao.
Ser bombardeado por Estados Unidos era una preocupación constante. Recientemente, el Pentágono ha montado la mayor concentración militar que la región ha visto en décadas, hundiendo más de 20 supuestas lanchas de narcotráfico. Stern dijo que informó a los funcionarios de defensa estadounidenses que estaba operando en la zona. Sabía que dos embarcaciones haciendo un traspaso en la oscuridad de la noche resultarían sospechosos.
“Primero, vigílennos. Segundo, no nos maten. Y tercero, si están haciendo algo, avísennos y nos apartaremos”, les dijo Stern a sus contactos militares estadounidenses.

El Journal señaló que Stern se acercó al punto de recogida acordado en una lancha de 9,5 metros más grande que el esquife (embarcación pequeña y ligera) de Machado, pero aún vulnerable en mar abierto. A las 17:00, cerca del atardecer, envió un mensaje de texto a un oficial superior de la Marina estadounidense con su ubicación y una descripción de la operación. Seis horas después, la lancha de Machado aún no había llegado. Y lo que era aún más alarmante, se había quedado completamente a oscuras.
Alrededor de las 11 de la noche, tras perder la comunicación por bastante tiempo, se restableció inesperadamente. El bote de Machado se encontraba a 40 kilómetros del punto de encuentro acordado. Cuando finalmente localizaron el esquife, iluminaron a los pasajeros con una linterna para asegurarse de que no estuvieran armados. Machado subió a la segunda embarcación.

“Hola, mi nombre es Bryan Stern, un placer conocerte”, le dijo a Machado, pensando que su acento estadounidense sería tranquilizador.
Envió una foto a través de un teléfono satelital y Starlink a funcionarios del gobierno y militares de Estados Unidos, mostrándolos a ambos con sonrisas cansadas en el oscuro barco.
Durante el duro viaje a Curazao, Machado habló principalmente de su hija, a quien no veía desde hacía dos años, dijo Stern.
Tras permanecer unas horas en Curazao, el miércoles por la mañana, Machado abordó un avión privado que había volado desde Miami, proporcionado por uno de los donantes de la operación.
“Grey Bull Rescue ha completado con éxito su misión número 800, la operación Dinamita Dorada, la extracción de la ganadora del Premio Nobel María Corina Machado de las profundidades de Venezuela”, informó la organización en un comunicado.
Ya en su cuenta en X, Stern expuso que su equipo intentó que Machado llegara a tiempo para recibir el Nobel. Aunque no explicó el porqué de la tardanza, bromeó con el tema. “Intentamos que volviera a tiempo para la ceremonia del Premio Nobel de la Paz, pero supongo que hice honor a mi reputación... siempre llegando un poco tarde”, escribió.
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