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Japón aprueba reinicio de la mayor central nuclear del mundo a 15 años de Fukushima y en medio de debate por armas atómicas

Tras el desastre de Fukushima en 2011, Japón cerró todos sus reactores nucleares. El reinicio previsto de un reactor en la central de Kashiwazaki-Kariwa ha provocado protestas en la ciudad costera de Niigata y críticas a la administración de la primera ministra Sanae Takaichi.

Japón aprueba reinicio de la mayor central nuclear del mundo a 15 años de Fukushima y en medio de debate por armas atómicas. Foto: Archivo Hiro Komae

Las autoridades japonesas aprobaron la decisión de reiniciar la planta de energía nuclear más grande del mundo, que permaneció inactiva durante más de una década tras el desastre nuclear de Fukushima, en un momento crucial en el que el país busca alejar su suministro de energía de los combustibles fósiles.

A pesar de las persistentes preocupaciones entre los residentes locales, la prefectura japonesa de Niigata aprobó el lunes el reinicio de la central nuclear de Kashiwazaki-Kariwa, la más grande del mundo, más de una década después del desastre nuclear de Fukushima, según los medios japoneses.

La planta en Niigata es operada por Tokyo Electric Power Company (TEPCO), el operador responsable del accidente nuclear en la central nuclear de Fukushima Daiichi en 2011. Esta ha estado intentando tranquilizar a los residentes sobre la seguridad del plan de reinicio.

Japón aprueba reinicio de la mayor central nuclear del mundo a 15 años de Fukushima y en medio de debate por armas atómicas. Foto: Archivo

“Seguimos firmemente comprometidos a no repetir nunca un accidente así y a garantizar que los residentes de Niigata nunca experimenten algo similar”, dijo el portavoz de TEPCO, Masakatsu Takata, según informó la agencia de noticias Reuters.

Se espera que TEPCO reinicie el reactor No. 6 de la planta Kashiwazaki-Kariwa con una capacidad de salida de 1,35 millones de kilovatios tan pronto como el próximo mes, informó Jiji Press.

Desastre de 2011

Japón ha adoptado una postura cautelosa respecto a la energía nuclear desde que un terremoto y tsunami de magnitud 9,0 en 2011 provocaron una fusión nuclear en la central de Fukushima Daiichi. Fue el peor desastre nuclear del mundo desde Chernóbil en 1986.

Tras el desastre, Japón cerró sus 54 centrales nucleares, incluida Kashiwazaki-Kariwa, que se encuentra en la región costera y portuaria de Niigata, a unos 320 kilómetros al norte de Tokio, en la principal isla de Japón, Honshu.

Desde entonces Japón ha reiniciado 14 de los 33 reactores nucleares que siguen operativos, según la Asociación Nuclear Mundial.

Antes del accidente nuclear, TEPCO operaba seis reactores en la central de Fukushima Daiichi, cuatro reactores en la central de Fukushima Daini, en la prefectura de Fukushima, y siete reactores en la central de Kashiwazaki-Kariwa, en la prefectura de Niigata.

Una vista aérea muestra la planta de energía nuclear Fukushima Daiichi, que comenzó a verter agua radiactiva tratada en el Océano Pacífico, en la ciudad de Okuma, prefectura de Fukushima, Japón, el 24 de agosto de 2023, en esta foto tomada por Kyodo. Foto: Archivo KYODO

Después del accidente, los diez reactores en Fukushima estaban programados para su desmantelamiento. La Unidad 6 de Kashiwazaki-Kariwa ha permanecido fuera de línea desde que fue cerrada para una inspección de rutina en marzo de 2012, informó Tokyo Shimbun.

Intenciones nucleares

En Japón, la primera ministra Sanae Takaichi, que asumió el cargo hace dos meses, es una firme defensora de la energía nuclear y ha presionado para revivir la paralizada industria con el fin de reducir los costos y enfrentar la inflación y una economía estancada.

Para alcanzar sus objetivos energéticos y climáticos, Japón pretende duplicar la participación de la energía nuclear en su matriz eléctrica hasta alcanzar el 20% en 2040.

El viernes 19 de diciembre, uno de sus asesores más cercanos, encargado de las cuestiones de seguridad nacional en su gabinete, declaró que el archipiélago “debería poseer armas nucleares”. Sus declaraciones han suscitado una polémica sin precedentes, justo cuando este verano se conmemoraban los 80 años de los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, que causaron más de 200.000 muertos.

Desde todos los frentes se exige la destitución del asesor, pero la jefa del Gobierno se niega a pronunciarse al respecto.

Críticas al proyecto

No todos están contentos con el reinicio de Kashiwazaki-Kariwa. Alrededor de 300 manifestantes se manifestaron el lunes frente a la asamblea contra la decisión. “Estoy realmente enojado desde el fondo de mi corazón”, dijo Kenichiro Ishiyama, un manifestante de 77 años de la ciudad de Niigata, a la agencia de noticias Reuters después de la votación.

“Si algo ocurriera en la planta, seríamos nosotros los que sufriríamos las consecuencias”.

Una encuesta publicada en octubre mostró que el 60% de los residentes no creía que se hubieran cumplido las condiciones para la reanudación y casi el 70% estaba preocupado por la operación de la planta por parte de TEPCO.

Ayako Oga, de 52 años, se instaló en Niigata tras huir de la zona circundante a la central de Fukushima en 2011 junto con otros 160.000 evacuados. Su antiguo hogar se encontraba dentro de la zona de exclusión radiactiva de 20 km. La agricultora y activista antinuclear se ha unido ahora a las protestas contra lo que considera una nueva amenaza en su puerta.

“Conocemos de primera mano el riesgo de un accidente nuclear y no podemos descartarlo”, dijo Oga a la agencia, añadiendo que todavía lucha con síntomas similares al estrés postraumático por lo que ocurrió en Fukushima.

Incluso el gobernador de Niigata, Hideyo Hanazumi, quien apoyó la reanudación el mes pasado, espera que Japón finalmente pueda reducir su dependencia de la energía nuclear. “Quiero ver una era en la que no tengamos que depender de fuentes de energía que nos causan ansiedad”, declaró.

Suministro de energía

Antes del desastre de Fukushima los reactores nucleares de Japón proporcionaban alrededor del 30% de la electricidad del país. Desde entonces Japón ha aumentado su dependencia de costosos combustibles fósiles importados, como el carbón y el gas, para abastecer el país y mantener el suministro eléctrico.

Entre el 60 y el 70% de la generación de energía de Japón proviene de combustibles fósiles importados, que le costaron al país alrededor de 10,7 billones de yenes (68.000 millones de dólares) solo el año pasado.

Japón es el quinto mayor emisor de dióxido de carbono del mundo, después de China, Estados Unidos, India y Rusia, según la Agencia Internacional de la Energía.

Sin embargo, se ha comprometido a alcanzar cero emisiones netas para 2050, y las energías renovables fueron el eje central de su último plan energético, publicado a principios de este año, con un impulso a una mayor inversión en energía solar y eólica.

También se espera que las demandas energéticas del país aumenten en los próximos años debido al auge de los centros de datos que consumen mucha energía y que alimentan la infraestructura de IA.

Oposición de países vecinos

Corea del Norte advirtió el domingo que las ambiciones nucleares de Japón “deben impedirse a toda costa”, según la agencia oficial KCNA, tras las declaraciones del responsable japonés. Estas declaraciones muestran que Tokio “revela abiertamente su ambición de poseer armas nucleares, cruzando la línea roja”, declaró el director del Instituto de Estudios Japoneses del Ministerio de Asuntos Exteriores de Pyongyang en un comunicado difundido el domingo por la KCNA.

“No se trata de un lapsus ni de una afirmación temeraria, sino que refleja claramente la ambición que Japón tiene desde hace tiempo de nuclearizarse”, añadió el responsable norcoreano, cuyo nombre no ha sido revelado. El responsable añadió que si Japón se dotara de armas nucleares, “los países asiáticos sufrirían una horrible catástrofe nuclear y la humanidad se enfrentaría a una gran catástrofe”.

El comunicado no menciona el propio programa nuclear de Pyongyang, que ha realizado varias pruebas con bombas atómicas en violación de las resoluciones de la ONU. Según los expertos, Corea del Norte posee decenas de ojivas nucleares, a pesar de las sanciones internacionales, y afirma que este arsenal es una disuasión necesaria frente a lo que considera una amenaza militar por parte de Estados Unidos y sus aliados.

Mientras que desde China, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Lin Jian, declaró a la agencia Xinhua que “China está conmocionada por la afirmación descarada” del asesor de Takaichi. Y agregó: “La comunidad internacional debe mostrar una gran vigilancia y una oposición resuelta a las declaraciones de un alto funcionario japonés de que el país debería poseer armas nucleares”.

“Las observaciones pertinentes violan gravemente las obligaciones que le incumben a Japón en virtud del derecho internacional” y “socavan gravemente la paz y la estabilidad en Asia-Pacífico y más allá”, dijo el funcionario chino a la agencia durante una conferencia de prensa.

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