La estrategia con la que Nueva Zelandia busca crear una generación 100% libre de tabaco

Hombre fumando en Auckland, Nueva Zelandia. Foto: AP

Los nacidos en 2008 ya no podrán comprar cigarrillos, según un proyecto de ley antitabaco anunciado ayer por el gobierno de Jacinda Ardern, que aumentará progresivamente la edad permitida para adquirirlos.


La intención es que los ciudadanos de Nueva Zelandia nunca empiecen a fumar. Este jueves, el gobierno laborista de la primera ministra Jacinda Ardern anunció uno de los pasos más drásticos en su lucha contra el tabaquismo: un proyecto de ley que pretende prohibir totalmente la compra y consumo de tabaco para la generación que cumpla 18 años en 2025.

Así, ningún neozelandés nacido después del 2008 podrá acceder a cigarrillos ni tabaco, al menos en su país. La idea es conseguir una generación “libre de tabaco”, acelerando la caída del consumo en la nación de Oceanía, que pretende llegar a un 5% de fumadores en 2025: el número que maneja Nueva Zelandia actualmente es del 11,6%.

La legislación sería pionera en el mundo, siguiendo los pasos del reino de Bután, en Asia del Sur, la única nación en la que la venta de cigarrillos está totalmente prohibida. De todos modos, las tabacaleras especulan respecto del surgimiento de un mercado negro que pueda generar la medida.

Hombre fumando en Auckland, Nueva Zelandia. Foto: AP

El proyecto de ley, a mejorar y presentarse en 2022 en el Senado, propone en específico que todos aquellos ciudadanos que hoy tienen 14 años no puedan alcanzar la edad en la que es legal comprar cigarrillos. Para eso, se irá aumentando año tras año la restricción por edad. “Hoy es un día histórico para la salud de todo nuestro pueblo”, declaró la ministra de Salud del país oceánico, la doctora Ayesha Verrall.

Además de las medidas para conseguir una generación libre de tabaco, el proyecto incluye una serie de medidas contra el tabaquismo. Una de ellas reduce la cantidad permitida de nicotina en un cigarro o producto de tabaco, llevándolo a niveles muy bajos. También aumentará el financiamiento a las instituciones de salud que trabajen con adicciones.

Otra medida reducirá significativamente la cantidad de establecimientos con licencia para vender tabaco, de tal modo que de los 8.000 puestos que hay hoy en Nueva Zelandia, solo quedarán 500 cuando el proyecto se apruebe. Esto, en un país de cinco millones de habitantes. “Queremos asegurarnos de que entre nuestra población joven nadie nunca empiece a fumar”, dijo Verrall.

Ministra de Salud neozelandesa, doctora Ayesha Verrall, en su oficina en Wellington. Foto: AP

En el último tiempo, los porcentajes de población fumadora en Nueva Zelandia han bajado considerablemente: de 18% a 11,6% entre 2008 y 2018, ubicándose entre los países menos fumadores del mundo. El más bajo es Ghana, con un 7% de su población mayor de 15 años fumando diariamente, mientras que la isla de Kiribati, en Oceanía, tiene el porcentaje más alto: 47,6%

Uno de los problemas centrales de Nueva Zelandia, sin embargo, está relacionado con el consumo entre la población maorí, que llega a un 29%. Por lo mismo, la ministra de salud había declarado que “si nada cambia, pasaran décadas antes de que la población fumadora maorí baje del 5%”.

Las cifras oficiales señalan que el tabaco es la causa de fallecimiento de hasta 5.000 personas al año en Nueva Zelandia, lo que representa el 15% de la mortalidad total. En tanto, uno de cada cuatro fumadores indica haber empezado a fumar antes de los 18 años, la edad en que hoy es legal.

"Este es un campus libre de humo": cartel alertando la prohibición de fumar en la Universidad de Auckland. Foto: AP

Pero hay quienes, sin oponerse a la medida del todo, opinan que puede causar más problemas de los que soluciona. Desde el grupo tabacalero Imperial Brands declararon al respecto: “Las prohibiciones de cualquier tipo tienden a jugar a favor de traficantes criminales, que distribuyen productos ilegales sin regulación”.

De la asociación de dueños de quioscos y negocios (Dairy and Business Owners Group) en Nueva Zelandia, criticaron abiertamente el proyecto. “Esto es 100% teoría y ninguna sustancia. Va a haber una ola de crimen, pandillas y criminales llenarán el vacío con pequeños puestos de cigarros en casas pequeñas”, dijo el líder del grupo, Sunny Kaushal.

Expertos en salud pública, sin embargo, recibieron la iniciativa con los brazos abiertos. “Nueva Zelandia lidera de nuevo, esta vez con una ley de vanguardia para implementarse en 2025. Cambia el juego absolutamente”, señaló a The Guardian la doctora Natalie Walker, directora del Centro de Investigación de Adicciones de la Universidad de Auckland.

Los primeros borradores de esta ley ya terminaron, luego de meses de consultas públicas que partieron en abril. Ahora, el proyecto debe pasar el proceso legislativo, pero no debería haber ningún obstáculo que detenga su aprobación: el Partido Laborista, que impulsó la medida, tiene la mayoría en el Congreso neozelandés, y la iniciativa “Smokefree 2025″ (”libre de humo 2025″) es una de las leyes con más prioridad del gobierno liderado por Jacinda Ardern.

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