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Maduro intensifica ejercicios militares en medio de amenaza de eventuales ataques de EE.UU. contra objetivos narcos en suelo venezolano

El gobierno de Nicolás Maduro ejecutó simulacros y entrenamiento de civiles, mientras la administración del presidente estadounidense prepara opciones para atacar dentro del territorio venezolano a grupos que, según ha dicho, están vinculados al narcotráfico.

Venezuela realiza simulacros militares en medio de escalada de tensiones con EE.UU. Foto: Europa Press

Venezuela realizó nuevos ejercicios militares y un simulacro de respuesta a emergencias el sábado, en medio de temores de una posible invasión de Estados Unidos, que posicionó una flotilla armada en el Caribe. El viernes por la noche, se informó que funcionarios militares norteamericanos estaban elaborando opciones para atacar a los narcotraficantes dentro de Venezuela, y que estas operaciones podrían comenzar en cuestión de semanas.

Así lo dijeron a la cadena NBC cuatro fuentes, dos de las cuales son funcionarios estadounidenses familiarizados con la planificación y otras dos conocen de las conversaciones. Atacar dentro de Venezuela sería otra escalada en la campaña militar de la administración del Presidente Donald Trump contra presuntos objetivos del narcotráfico y su postura hacia el gobierno de Nicolás Maduro.

De esta manera, la movilización en Venezuela se suma a otros movimientos de tropas y al alistamiento de civiles en la reserva militar, quienes recibieron entrenamiento en cuarteles y comunidades obreras. El régimen de Maduro considera la presencia militar estadounidense en el sur del Caribe una amenaza para el país.

Según Estados Unidos, ocho buques de guerra y un submarino nuclear han sido enviados a la región para combatir el narcotráfico. Washington afirmó que en las últimas semanas había destruido al menos tres embarcaciones que presuntamente transportaban drogas desde Venezuela.

Si los planes son reales y se produce un ataque, marcaría una escalada significativa contra la nación sudamericana. La administración Trump ya ha asesinado al menos a 17 venezolanos en embarcaciones, bajo la justificación de que supuestamente son narcotraficantes, en las últimas tres semanas, según el diario The New York Times. Expertos de la ONU calificaron la acción de “ejecución extrajudicial”.

Los preparativos de Maduro

Tras el reporte del canal de televisión estadounidense NBC sobre los planes de Trump en Venezuela, Maduro dijo que tiene listo un decreto para declarar el estado de excepción, un instrumento constitucional en caso de que el país sea agredido.

Su ministro de Asuntos Exteriores, Yván Gil, dijo que se reunió con el secretario general de la ONU, António Guterres. Según el canal de Telegram del canciller venezolano, Guterres aseguró que considera injustificada e inaceptable la amenaza militar de Estados Unidos en el Caribe, una acción que viola la Carta de la ONU y pone en riesgo la estabilidad y soberanía de toda la región.

Así, el simulacro del sábado se diseñó para abordar desde un terremoto y un tsunami hasta un conflicto militar, según un documento oficial. Se autorizaron alrededor de 400 centros de entrenamiento. Los primeros ejercicios matutinos se centraron en responder a emergencias sísmicas, luego de que el país registrara esta semana una serie de temblores, incluidos dos con magnitudes 6,2 y 6,3.

Funcionarios de Defensa Civil visitaron escuelas para impartir charlas sobre protocolos sísmicos. El objetivo, dijo Richard Carpio, funcionario de 57 años, es que ante cualquier evento que pueda ocurrir en el país, todos sepan qué hay que hacer. “Somos un país de paz, no queremos ningún tipo de guerra, ningún tipo de intervención”, dijo a la agencia de noticias France-Presse (AFP).

El plan del régimen para un conflicto armado incluye la preparación de refugios y protocolos de evacuación. Además, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) de Venezuela difundió imágenes de ejercicios militares en estados con costas sobre el mar Caribe.

Se desplegaron sofisticados misiles antiaéreos Pechora, de fabricación rusa, en el Cabo de San Román, en la península de Paraguaná (noroeste), a unos 27 km de Aruba. Los militares dispararon cañones al mar y descargaron vehículos anfibios de una fragata, que posteriormente fueron trasladados a tierra.

Militares concluyeron ejercicios de ocupación de zonas costeras en Isla de Patos, punto fronterizo con Trinidad y Tobago, con helicópteros y paracaidistas. La FANB también publicó en redes sociales imágenes de ejercicios militares en los que se dispararon artillería y fusiles.

La alcaldesa de Caracas, Carmen Meléndez, había declarado previamente que civiles habían asistido al fuerte militar de Tiuna para aprender a usar armas. “Si tenemos que recurrir a un conflicto armado, estemos preparados”, afirmó.

“Guerra no declarada”

El presidente Trump aún no ha aprobado ninguna acción, y el gobierno estadounidense ha mantenido conversaciones con el régimen de Maduro a través de intermediarios en Medio Oriente, según NBC.

Los funcionarios consultados dijeron a esa emisora ​​que la reciente escalada militar es en parte resultado de que Maduro no está haciendo lo suficiente, en opinión de Washington, para detener el flujo de drogas ilegales que sale de su país. Los planes en discusión, según ellos, se centran principalmente en ataques con drones contra miembros y líderes de grupos de narcotráfico, así como laboratorios de drogas.

En las últimas semanas, Estados Unidos ha concentrado tropas y buques de guerra frente a las costas venezolanas y ha anunciado la destrucción de pequeñas embarcaciones pertenecientes a presuntos narcotraficantes, según la Casa Blanca.

Maduro acusa a Trump de librar una “guerra no declarada” contra Venezuela, mientras busca reanudar el diálogo con Washington. El viernes pasado, Caracas ofreció asistencia a la Casa Blanca para localizar y capturar a los líderes del Tren de Aragua.

La banda venezolana, que opera en varios países de América, se ha convertido en una prioridad para Trump y está clasificada como organización terrorista por Estados Unidos.

A la vez, Washington acusa a Maduro de mantener vínculos con el narcotráfico y ha ofrecido una recompensa de 50 millones de dólares por su captura. Según Trump, el propio presidente venezolano es el líder de una red de narcotráfico, el Cartel de los Soles, cuya existencia niegan los expertos.

Para justificar los ataques, la administración Trump invoca la legislación aprobada por Estados Unidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, que, según su interpretación, permite tales ataques en aguas internacionales.

EE.UU. atacó una lancha cargada con drogas procedente de Venezuela, según Trump. Foto: Archivo

Las acciones letales fuera del territorio estadounidense han sido empleadas regularmente por administraciones republicanas y demócratas en las últimas décadas, así como por otros países, como por ejemplo en la lucha contra la piratería en el golfo de Adén, en el océano Índico.

Plan para las primeras 100 horas

En Caracas, la tensión se mezcla con la rutina, según constató The New York Times desde la capital. Mientras el gobierno de Maduro está armando a los civiles, desplegando tanques y organizando ejercicios militares, buena parte de la población continúa con su vida cotidiana, sin almacenar provisiones ni mostrar señales de alarma. La ciudad refleja un contraste entre la preparación para un posible conflicto y la normalidad diaria, señala el periódico.

A la vez, la opinión sobre la intervención extranjera está dividida dentro del país. Algunos venezolanos respaldan cualquier medida que conduzca a la salida de Maduro, mientras que otros temen que un ataque estadounidense genere más violencia y caos, con enfrentamientos entre militares, grupos armados y bandas criminales.

Uno de los asesores de la líder de oposición María Corina Machado, Pedro Urruchurtu, dijo al Times que ella se estaba coordinando con el gobierno de Trump y que tenía un plan para las primeras 100 horas tras la caída de Maduro. Ese plan implica la participación de aliados internacionales, afirmó, “en especial de Estados Unidos” para “garantizar una transición estable” a una administración de Edmundo González.

Desde la otra vereda, la preocupación por más caos tiene a algunos venezolanos mucho menos deseosos de que Estados Unidos intervenga. “Si matas a Maduro”, dijo un importante empresario al Times, “convertirás a Venezuela en Haití”, nación que se sumió en el caos tras el asesinato de su último presidente.

Nicolás Maduro desplegó a 25.000 soldados en las fronteras venezolanas. Foto: Archivo MIRAFLORES PALACE

Y desde el oficialismo, varias personas que trabajan para el gobierno contaron al periódico estadounidense que sus superiores habían exigido su asistencia a una concentración convocada por ellos, donde estuvieron algunos civiles, otros integrantes de la milicia bolivariana, una fuerza de reserva, y que les habían dado armas descargadas para que las portaran durante el acto.

Muchos se apresuraron a marcharse en cuanto terminó, pero otros dijeron que los había incentivado el patriotismo y juraron defender a Maduro y a su movimiento. “Si hay una invasión”, dijo Marisol Amundaray, de 50 años, “voy a encerrar a mis hijos y a salir a la calle con mi fusil”.

Expertos y opositores advirtieron a ese medio que incluso si Maduro fuera removido, garantizar la estabilidad será un desafío complejo y riesgoso. Al mismo tiempo, los expertos dijeron a la Radio Pública Nacional de Estados Unidos (PBS) que la flotilla en el Caribe no es lo suficientemente grande para una ofensiva terrestre contra un país dos veces más grande que California. Todo esto plantea interrogantes sobre las intenciones de Estados Unidos.

“Aunque la Armada en el Caribe es considerable, no es lo que se necesitaría para una invasión real”, dijo a la PBS Brian Finucane, asesor principal del International Crisis Group y exabogado del Departamento de Estado. Finucane no creía que Trump tuviera la agallas para una medida tan grande, y afirmó que al presidente “le gustan las acciones militares performativas, en particular los ataques contra supuestos terroristas”.

“Ethos guerrero”

Se espera que Trump asista este martes a una reunión con generales y almirantes estadounidenses en Quantico, Virginia, una inusual reunión de los líderes militares del país en un solo lugar, dijo el domingo un funcionario norteamericano a la agencia Reuters.

Allí, se espera que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, discuta la necesidad de adherir a un “ethos guerrero” en todo el Ejército y podría tocar otras áreas durante el evento de aproximadamente una hora de duración, dijeron funcionarios estadounidenses a esa agencia el viernes.

El entonces jefe del Estado Mayor Conjunto, general del Ejército Mark Milley, conversa con el presidente estadounidense, Donald Trump, el 4 de febrero de 2020. Foto: Archivo OLIVIER DOULIERY

Además de Venezuela, Estados Unidos tiene tropas en todo el mundo, incluso en lugares distantes como Corea del Sur, Japón y en todo Medio Oriente, comandadas por generales y almirantes de dos, tres y cuatro estrellas. Y en casi todos los discursos públicos que da, Hegseth habla sobre el “ethos guerrero” y la necesidad de que el Ejército estadounidense tenga una mentalidad guerrera.

Hegseth, expresentador de Fox News, ha actuado con sorprendente velocidad para remodelar el departamento, despidiendo a generales y almirantes de alto rango mientras busca implementar la agenda de seguridad nacional de Trump y erradicar las iniciativas de diversidad que él llama discriminatorias.

La Casa Blanca no ha hecho comentarios de inmediato sobre la reunión. El Washington Post fue el primero en informar que Trump asistiría a la reunión, citando un documento de planificación.

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