
Médicos Sin Fronteras denuncia que puntos de distribución de alimentos de la Fundación Humanitaria de Gaza son “trampas mortales”
En su informe titulado “Esto no es Ayuda. Es un asesinato orquestado”, MSF hace un llamado para que se ponga fin al programa, se restablezca el mecanismo coordinado por la ONU y pide a gobiernos y donantes privados que suspendan todo apoyo al cuestionado grupo israelí-estadounidense que ha “militarizado la distribución de alimentos”.

Un análisis de los datos clínicos de Médicos Sin Fronteras (MSF), basado en testimonios de los pacientes y médicos recogidos de dos clínicas de la organización en Gaza, dieron cuenta de una “violencia selectiva e indiscriminada por parte de las fuerzas israelíes y de contratistas privados estadounidenses contra palestinos que se encuentran hambrientos en los lugares de distribución de alimentos gestionados por la denominada Fundación Humanitaria de Gaza (GHF)”.
“Estamos siendo masacrados. He resultado herido unas 10 veces”, relata Mohammed Riad Tabasi, un paciente que fue atendido en la clínica de MSF en Al Mawasi. “Lo vi con mis propios ojos, había unos 20 cadáveres a mi alrededor. Todos habían recibido disparos en la cabeza y en el estómago”, recuerda.
Ante esto en su informe titulado Esto no es ayuda. Es un asesinato orquestado, MSF hizo un llamado para el desmantelamiento inmediato del programa de la GHF, y el restablecimiento del mecanismo de entrega de ayuda coordinado por Naciones Unidas y exhortó a los gobiernos -en especial a Estados Unidos, así como a los donantes privados- a que suspendan todo apoyo financiero y político a la GHF, cuyos centros son, en esencia, “trampas mortales”.

El reporte documenta lo que califican de “horrores” presenciados por el personal de MSF en dos clínicas que han recibido regularmente afluencias masivas de víctimas tras los actos violentos ocurridos en los centros gestionados por la GHF, un grupo israelí-estadounidense que ha “militarizado la distribución de alimentos”.
Así, entre el 7 de junio y el 24 de julio de 2025, las clínicas de MSF en Al Mawasi y Al Atar, en el sur de Gaza, situadas cerca de los centros de distribución gestionados por la GHF, recibieron 1.380 víctimas, entre ellas, 28 muertos. Durante esas siete semanas, los equipos de MSF atendieron a 71 niños con heridas de bala, 25 de los cuales eran menores de 15 años.
El informe señala que ante la falta de alternativas para encontrar comida, las familias hambrientas envían con frecuencia a los adolescentes a este entorno letal, ya que a menudo son los únicos varones de la familia físicamente capaces de realizar el viaje.
Entre los pacientes se encuentra un niño de 12 años alcanzado por una bala que le atravesó el abdomen, y cinco niñas, una de ellas de solo 8 años, que sufrió una herida de bala en el pecho.
“Niños a los que han disparado en el pecho mientras intentaban alcanzar la comida. Personas aplastadas o asfixiadas en estampidas. Multitudes enteras abatidas a tiros en los puntos de distribución”, enumera Raquel Ayora, directora general de MSF. “En los casi 54 años de operaciones de MSF, rara vez hemos visto semejantes niveles de violencia sistemática contra civiles desarmados”, indica Ayora.
“Los puntos de distribución del GHF, que se hacen pasar por ayuda, se han convertido en un laboratorio de crueldad. Esto debe acabar ya”, añade.

Un análisis inicial de las heridas de bala entre los pacientes que llegaron a la clínica Al Mawasi desde el punto de distribución 2 de la GHF reveló que el 11% de las heridas de bala era en la cabeza y el cuello, mientras que el 19% se producía en zonas que cubrían el pecho, el abdomen y la espalda.
Por el contrario, los pacientes que llegaban a la clínica de MSF en Al Atar procedentes del punto de distribución 3 (el centro de distribución de la GHF en Khan Yunis) “eran mucho más propensas a llegar con heridas de bala en las extremidades inferiores. Los patrones distintivos y la precisión anatómica de estas lesiones sugieren claramente que se trató de ataques intencionados contra personas dentro y alrededor de los centros de distribución, y no de disparos accidentales o indiscriminados”.
En mayo, las autoridades israelíes buscaron desmantelar la respuesta humanitaria liderada por la ONU y sustituirla por un plan de distribución de alimentos militarizado gestionado por la GHF. “Los cuatro centros de distribución que son gestionados por la fundación se encuentran en zonas bajo control militar total de Israel y “protegidas” por contratistas armados privados estadounidenses”, indica el reporte.
“La GHF ha sido promocionada por los Gobiernos de Israel y Estados Unidos como una ‘solución innovadora’, una supuesta respuesta a sus afirmaciones sin pruebas sobre el desvío de la ayuda en Gaza y a las acusaciones infundadas de fracaso de la ONU”, dice el informe.
“Los centros de la GHF no son más que un plan mortal que institucionaliza la política de hambre impuesta por las autoridades israelíes en Gaza desde el 2 de marzo, con el asedio total que aplicaron sobre la Franja como parte de su campaña genocida en curso”, sostiene Médicos Sin Fronteras.
El funcionamiento de este plan “pretende despojar a las personas de su dignidad”, señalan. El reporte indica que durante las siete semanas analizadas, los equipos de MSF atendieron a 196 pacientes con heridas tras los caóticos disturbios en los centros de distribución de la GHF. Por ejemplo, entre los pacientes se encontraba un niño de cinco años con graves lesiones en la cabeza y una mujer que murió por asfixia, probablemente causada por la aglomeración sofocante de la multitud.
“Las personas que logran conseguir raciones de alimentos en los centros a menudo se enfrentan al riesgo de sufrir violentos saqueos y robos de la ayuda por parte de otras personas hambrientas”, dice el informe.
Los equipos médicos de MSF han tenido que añadir una nueva sigla a su registro de pacientes: BBO (del inglés: beaten by others, golpeado por otros). Se refiere a las personas que resultan heridas en una estampida o que son golpeadas y despojadas de sus provisiones inmediatamente después de recibirlas.
“El 1 de agosto, el mismo día en que el enviado especial de Estados Unidos para Medio Oriente visitó los campamentos de la GHF, Mahmoud Jamal Al-Attar, de 15 años, fue asesinado cerca del centro de distribución de la GHF de Al Shakoush mientras intentaba conseguir comida”, explica Aitor Zabalgogeazkoa, coordinador de emergencias de MSF en Gaza. “Llegó a la clínica de MSF en Al Mawasi tras recibir un disparo en el pecho”, añade.
“Solo atendemos a una pequeña parte del total de personas muertas y heridas en estos lugares. No hay otra forma de describir el asesinato de niños que como intencionado. A pesar de las condenas y de los llamados para desmantelarlo, la inacción mundial para detener la GHF es desconcertante”, concluye Zabalgogeazkoa.
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