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“Son pésimos líderes”: Stephen Miller, el artífice de la dura política migratoria de Trump, exige aun más deportaciones masivas

El subjefe de gabinete de la Casa Blanca no está contento, debido a lo que considera una cifra baja de arrestos y expulsiones de inmigrantes ilegales de Estados Unidos. Por eso arremetió contra los trabajadores del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas y “los destripó a todos”.

El subjefe de Gabinete de la Casa Blanca, Stephen Miller, habla con los medios fuera de la Casa Blanca, en Washington, el 9 de mayo de 2025. Foto: AFP SAUL LOEB

Stephen Miller, el subjefe de gabinete de la Casa Blanca y uno de los principales funcionarios escogidos para trabajar en la administración del presidente Donald Trump, no está contento con las cifras de arrestos y deportaciones y ha criticado a los funcionarios federales de inmigración responsables de la operación, pues considera que se han realizado pocas expulsiones permanentes a inmigrantes en Estados Unidos.

Según informó el diario Washington Examiner, tres funcionarios federales de inmigración actuales y anteriores detallaron una discusión acalorada entre Miller y docenas de altos funcionarios del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) en Washington a fines de mayo pasado.

Según contaron, los 50 principales funcionarios de campo del ICE recibieron un aviso sobre una reunión de emergencia en Washington, así que volaron hacia allá y llegaron a la sede de la agencia el pasado martes 20 de mayo. Allí fueron recibidos por Miller, quien “entró y los destripó a todos”.

‘No están haciendo un buen trabajo. Son pésimos líderes’, dijo. Simplemente los atacó duramente. No tenía nada positivo que decir de nadie, desmoralizó a todos”, dijo el primer oficial que habló con ese medio ese día. Y agregó que Stephen Miller quiere que arresten a todos. “¿Por qué no estás en Home Depot? ¿Por qué no estás en el 7-Eleven?”, recitó el funcionario, refiriéndose a que Miller los menospreció y sugirió que no eran aptos para el cargo.

Vista de los vuelos de deportación del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) a través de transporte aéreo militar, en Fort Bliss, Texas, el 7 de febrero de 2025. Foto: AFP SGT. GRIFFIN PAYNE

Uno de los funcionarios presentes se puso de pie y declaró que el Departamento de Seguridad Nacional y la Casa Blanca habían enviado mensajes públicos sobre atacar a los inmigrantes ilegales criminales (con antecedentes penales), y que por ello el ICE estaba priorizando a ese grupo y no a la población indocumentada en general.

Pero Miller dijo: “¿Qué quieres decir con que vas tras los criminales?”. Según una fuente que presenció el intercambio, Miller se enfrascó en una especie de competencia de egos. “‘Eso es lo que Tom Homan (el zar de la frontera) dice cada vez que sale en televisión: ‘Vamos tras los criminales’”, le respondió entonces el funcionario del ICE a Miller, intentando justificar el enfoque que tomó la agencia.

Más tarde, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, entró y se dirigió a las docenas de altos funcionarios del ICE. “Están haciendo un buen trabajo, pero no están haciendo lo suficiente. Necesitan hacer más”, comentó, según dijo el mismo funcionario.

Según Laszlo Baksay, subdirector adjunto de asuntos de prensa del ICE, la agencia arrestó a casi 1.600 inmigrantes ilegales el miércoles 28 de mayo, uno de los días con más arrestos desde que Trump asumió el cargo. Y aunque Miller no se ha referido a aquella discusión, sí confirmó públicamente que había solicitado triplicar el número de arrestos diarios de inmigrantes indocumentados.

“Bajo el liderazgo del presidente Trump buscamos establecer una meta de un mínimo de 3.000 arrestos para el ICE cada día, y el presidente Trump seguirá presionando para que esa cifra aumente cada día, para que podamos sacar de nuestro país a todos los inmigrantes ilegales de (Joe) Biden que inundaron nuestro país durante cuatro años”, dijo Miller a Fox News.

El ascenso de Miller al círculo de Trump

En 2015, Stephen Miller vio por televisión cómo Trump descendía por una escalera mecánica dorada en la Torre Trump de Nueva York para anunciar su candidatura a la presidencia. Trump comenzó su campaña presidencial ese año con un discurso en el que dijo, refiriéndose a los inmigrantes mexicanos: “Traen drogas. Traen crimen. Y son violadores”.

Pocos tomaron en serio al magnate inmobiliario en junio de ese año, pero Miller quería entrar.

Tan pronto como lo vi, dije: ‘Tengo que unirme a su campaña’”, le dijo Miller a Lara Trump en abril en su podcast The Right View. En cuestión de días, según Miller, se convirtió en voluntario y “ofrecía ideas, aportaciones y análisis”.

Escribió el primer documento sobre política migratoria de Trump y para finales de año Miller -por entonces un miembro poco conocido del personal del Capitolio, de 29 años- había conseguido un trabajo remunerado en la campaña, elaborando políticas y discursos para el futuro presidente.

Así es como sus ideas dieron forma a las políticas de Trump y a cómo los estadounidenses ven uno de los aspectos fundamentales de la identidad estadounidense, los inmigrantes, según recuerda el diario estadounidense USA Today.

Stephen Miller, asesor principal del presidente Donald Trump, habla durante un mitin en el Madison Square Garden, en Nueva York, el 27 de octubre de 2024. Foto: Archivo Andrew Kelly

“Su lealtad a Trump es sincera”

Miller, un supuesto simpatizante de los ideales nacionalistas blancos y nieto de inmigrantes judíos, ha elaborado algunas de las políticas de inmigración más duras de Trump y sus discursos más vitriólicos. Por ello es considerado el “arquitecto” de la dura política migratoria de Trump en EE.UU.

Fue el arquitecto de dos de las políticas más notorias de la primera administración Trump: la prohibición musulmana y la política de separación familiar”, dijo Naureen Shah, lobista de la ACLU en Washington, a USA Today “¿Quién está detrás de la peor parte? Es Stephen Miller”, aseguró.

Miller, de 39 años, se está quedando calvo y lleva la cabeza rapada. Prefiere los trajes oscuros a medida y los pañuelos de bolsillo, incluso en los mítines políticos. Cuando habla en público, Miller tiene un tic: inclina la cabeza repetidamente como un villano de película que hace crujir el cuello antes de una pelea, describe USA Today.

Newt Gingrich, expresidente republicano de la Cámara de Representantes, lo ha calificado como “una de las personas más inteligentes que han colaborado con el presidente Trump”. Los críticos de Miller también lo reconocen como un “gran pensador” y un “cerebro”, pero cuyas ideas deshumanizan a los inmigrantes.

La periodista Jean Guerrero tituló su biografía de Miller como el “incitador del odio”.

Es muy leal a Trump”, dijo Steven Camarota, quien, como director de investigación del Centro de Estudios de Inmigración, un centro de derecha, conoce a Miller desde sus días en el Capitolio. “Cree de verdad en el Presidente y su lealtad es sincera”, afirmó.

Los expertos en Estados Unidos han asegurado que el éxito político de Miller es a la vez un testimonio y una consecuencia del giro hacia la derecha en el modo en que los estadounidenses piensan sobre los inmigrantes y la inmigración.

“Muchas de estas ideas se crearon al margen y ahora están siendo arrastradas al público general por personas como Miller y Trump”, dijo Caleb Kieffer, investigador principal del Southern Poverty Law Center, que ha rastreado los vínculos de Miller con grupos que considera extremistas debido a sus posiciones antiinmigrantes. “Nacieron en movimientos extremistas”, dijo, “lavados, desinfectados y propuestos al público general”.

La mayor operación de deportación

Los gobiernos republicanos y demócratas anteriores habían combinado posturas de línea dura en la frontera con alivio para algunos inmigrantes: una amnistía bajo el gobierno de Ronald Reagan, un intento de programa de trabajadores temporales bajo el gobierno de George W. Bush y protecciones para los hijos de inmigrantes bajo el gobierno de Barack Obama.

Guardia Nacional deplegada en Los Ángeles, el 8 de junio de 2025, tras protestas por redadas de inmigración. Foto: AFP FREDERIC J. BROWN

Pero el plan de inmigración de Trump depende enteramente de la aplicación de la ley y la expulsión, incluida la deportación masiva, respaldado por la firme creencia de Miller de que la inmigración es algo que debe detenerse, no controlarse.

En el momento en que el presidente Trump ponga la mano sobre esa Biblia y preste juramento al cargo, como ha dicho, la ocupación terminará y comenzará el día de la liberación”, declaró Miller a Fox News en noviembre pasado.

Trump “firmará inmediatamente las órdenes ejecutivas que sellan la frontera, dando inicio a la mayor operación de deportación en la historia de Estados Unidos”, añadió.

A lo largo de la campaña, Miller ha explicado cómo espera que un segundo gobierno de Trump haga efectiva la promesa presidencial de deportaciones masivas.

Esto implica el uso de las Fuerzas Armadas estadounidenses, la reubicación de las fuerzas federales de seguridad en las labores de deportación, el aumento de los centros de detención de inmigrantes, la revocación del estatus legal de algunos inmigrantes y el aumento de los vuelos de deportación, entre otros planes.

Miller también es un defensor de ideas, tomadas de extremistas de extrema derecha, que incluyen deportar a familias junto con sus hijos ciudadanos estadounidenses, despojar a algunos ciudadanos estadounidenses de su ciudadanía naturalizada y poner fin a la ciudadanía por derecho de nacimiento, que está escrita en la Constitución y garantiza la ciudadanía a todos los nacidos en Estados Unidos.

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