Por Fernando FuentesSondeo revela pesimismo de europeos y estadounidenses con sus sistemas estatales de pensiones
Una nueva encuesta de YouGov realizada en Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Polonia y España, así como en Estados Unidos, muestra que la mitad o más de los consultados en cada país piensa que el sistema estatal será inasequible cuando las personas que actualmente tienen entre 30 y 40 años se retiren. Si bien muchos dicen que los pagos son demasiado bajos, se oponen a reformas como aumentar la edad de jubilación o recortes en las pensiones.

La carga financiera de los sistemas de pensiones estatales es una bomba de relojería para los países occidentales. Estas jubilaciones ya representan una parte considerable del gasto público -en países como Grecia e Italia, representan más del 16% del presupuesto- y, a medida que la población envejece, esta cifra no hará más que aumentar.
Si bien los gobiernos intentan abordar los problemas, a menudo se enfrentan a una importante oposición pública. En Francia, por ejemplo, el gobierno de Emmanuel Macron se vio obligado recientemente a posponer los planes para aumentar la edad de jubilación estatal de 62 a 64 años, mientras que las iniciativas para aumentar la edad de jubilación o limitar las prestaciones han fracasado o se han revertido en Alemania, España e Italia, entre otros países.
Ahora, una nueva encuesta de YouGov realizada en seis importantes países europeos (Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Polonia y España), además de Estados Unidos, muestra la magnitud del problema de la opinión pública.
Mucha gente reconoce que los planes de pensiones estatales están en apuros: entre el 61% y el 52% en Italia, Francia, Alemania y España afirmaron que ya eran inasequibles, al igual que el 45% de los encuestados en Polonia. En Reino Unido, la cifra fue del 32%, mientras que en Estados Unidos alcanza al 33%.

De cara al futuro, la gente fue aún más pesimista: mayorías (52%–66%) en los seis países europeos dijeron que creían que, cuando las personas que actualmente tienen entre 30 y 40 años se jubilen, el sistema de su país sería inasequible. En Estados Unidos un 49% se manifestó de igual manera.
Los jubilados se mostraron más optimistas sobre la capacidad de su país para financiar el sistema público de pensiones. Los jubilados de Reino Unido se mostraron particularmente optimistas: el 62% afirmó considerar la pensión pública británica asequible, frente a tan solo el 27% de sus homólogos no jubilados, indicó el diario The Guardian.
A pesar de los altos costos de proporcionar jubilaciones, la mayoría en cada país encuestado cree que el valor de las pensiones estatales nacionales es demasiado bajo (53%-83%), siendo esta opinión aún más fuerte (72%-88%) entre quienes realmente la reciben: los pensionados.
Por lo tanto, tal vez no sea sorprendente que la mayoría de los europeos que aún no están jubilados no tengan confianza en que podrán vivir cómodamente una vez que abandonen la fuerza laboral, cifras que van desde el 57% en Alemania y Gran Bretaña hasta el 72% en Italia, destaca YouGov.
A pesar del reconocimiento de los desafíos que enfrenta el sistema de pensiones estatales, existe un apoyo limitado a las medidas que podrían ayudar a solucionar el problema.
En todos los países encuestados, existe una clara oposición a cada una de las siguientes propuestas: aumentar la edad de jubilación; elevar los impuestos a las personas en edad laboral; introducir la obligación legal de que los hijos en edad laboral apoyen económicamente a sus padres jubilados; reducir el financiamiento de los servicios para personas mayores; y reducir la tasa de la pensión estatal.
Según YouGov, las dos propuestas más populares son introducir un requisito legal para que las personas en edad laboral contribuyan adicionalmente a una pensión privada o laboral, o a un plan de ahorro, y brindar apoyo a los trabajadores de mayor edad para que permanezcan en sus empleos durante más tiempo en lugar de jubilarse.
Algunas peculiaridades nacionales sobresalen. Los italianos se muestran particularmente reacios a apoyar a las personas mayores para que permanezcan más tiempo en la fuerza laboral. También son particularmente propensos a apoyar medidas que colocan la carga de la reforma sobre los más ricos: el 52% apoya la eliminación de la pensión estatal para los jubilados de altos ingresos, el 66% respalda el aumento de los impuestos a los jubilados más ricos para financiar mejores pensiones estatales para los más pobres, y el 55% dice que son los jubilados ricos -en lugar de los jóvenes trabajadores- quienes deberían asumir una mayor responsabilidad por financiar mejores pensiones estatales para los más pobres.
El requisito legal de que las personas en edad laboral contribuyan adicionalmente a un plan de pensiones o de ahorro, ya sea laboral o privado, es particularmente popular en Gran Bretaña (57%), un país que ya cuenta con una sólida cultura de pensiones privadas y donde leyes recientes han introducido un sistema automático de pagos a los planes de pensiones laborales. La iniciativa también encontró un apoyo significativo en Alemania (49%) y Francia (41%).
Al mismo tiempo, los británicos son notablemente menos propensos a apoyar las propuestas de obligar legalmente a los hijos en edad laboral a apoyar económicamente a sus padres jubilados si no disponen de suficiente dinero (12%).
Si bien existe una clara oposición en todos los países europeos al aumento de la inmigración para ampliar la base imponible, los estadounidenses se muestran más a favor, aunque todavía están relativamente divididos (40%-37%).
La comparación de las respuestas entre jubilados y no jubilados muestra diferencias que normalmente se esperarían en función del interés propio, apunta YouGov.
Por ejemplo, quienes ya están jubilados son más propensos a oponerse a una rebaja de las pensiones o a la reducción del gasto público en servicios de apoyo a las personas mayores, mientras que quienes no están jubilados son más propensos a mostrarse contrarios a aumentar el límite de edad para la pensión estatal, a subir los impuestos a los trabajadores o a reducir los servicios públicos de apoyo a las personas en edad laboral.
Así, la resistencia a elevar la edad de jubilación fue fuerte: mayorías o casi mayorías, desde el 47% en Francia hasta el 65% en Alemania, dijeron que se oponían a hacer que las personas esperaran más tiempo que la edad actual para reclamar su pensión estatal.
Proporciones que oscilaban entre el 20% en Gran Bretaña y el 38% en Polonia consideraban que la edad de jubilación estatal debería ser de 60 años, mientras que entre el 22% (Italia) y el 45% (Gran Bretaña) opinaban que debería ser de 65 años. Un 22% en Francia opinó que debería ser de 62 años, la edad en la que se sitúa actualmente tras la suspensión del aumento previsto a 64 años.
La oposición a la reducción de la cantidad que reciben los pensionados fue aún más abrumadora, oscilando entre el 81% en Alemania y el 61% en Italia.
La idea de que el Estado debería apoyar a los trabajadores mayores para que permanezcan en sus puestos de trabajo durante más tiempo en lugar de jubilarse también resultó bastante popular, con un apoyo que oscilaba entre el 57% en Polonia, el 42% en Alemania y Francia y un mínimo del 27% en Italia.
The Guardian destacó que en los seis países europeos, más personas (28% frente a 55%) consideraron que los jubilados con ingresos de pensión superiores al promedio deberían asumir una mayor responsabilidad en el financiamiento de pensiones estatales más generosas para los jubilados de bajos ingresos, en lugar de las generaciones más jóvenes (15% frente a 31%).
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