
El encontronazo en el Concejo de Las Condes por la idea de alcaldesa San Martín de remover a funcionarios de Control
Luego de que Las Condes se pusiera en el centro de las miradas, sobre todo tras el Caso Cesfam, la edil quiere reestructura el área, pero diversos concejales se resisten argumentando que no les han presentado un plan para esto, lo que llevo a un duro round entre la máxima autoridad comunal y Manuel Melero.

El de este jueves en Las Condes fue un Concejo Municipal de aquellos en que se elevan los tonos y se golpea la mesa. Los protagonistas, por un lado, la alcaldesa Catalina San Martín (ind.) y, del otro, un sector de los concejales. ¿El motivo? El portazo a la idea de la máxima autoridad comunas de remover a un grupo de funcionarios de la Unidad de Control.
El momento tenso del concejo comenzó cuando la administradora municipal, Nayel Klein, expuso así: “Vengo a solicitar al Concejo Municipal lo conversado hace dos concejos municipales, sobre los cambios de destinación de cuatro funcionarios de Control a distintas unidades”. Los funcionarios en cuestión son Gianella Sonatore, Jonathan Cabello Claudio Catalán y Berta Villalobos, y la idea de San Martín es reordenar el municipio para generar mayor fiscalización, apuntando a que la Unidad de Control no está siendo efectiva y que, entre otras cosas, no advirtieron a tiempo el Caso Cesfam, hecho investigado por la Fiscalía Oriente por posible sobreprecio en la compra de diez casas para edificar las instalaciones.
El Concejo es quien debe votar esos movimientos de funcionarios, toda vez que es una facultad establecida en la ley: los concejales pueden aprobar o rechazar traslados de personas que integran Control y los Juzgados de Policía Local.
En particular, esta idea de votación ya acumula varias semanas, con comisiones exclusivas dedicadas a tratar la situaciónm. El tema es que durante el concejo de este jueves se pidió prolongar ese trabajo, algo que no le pareció del todo a la edil. “Ustedes están en la libertad de aprobar o rechazar, queda en su criterio, pero como administración tenemos una obligación, que es seguir adelante con el servicio”.
Y se extendió: “¿Por qué es importante esta votación? La que firma las licitaciones soy yo, pero también son los funcionarios, las jefaturas, los directores, todos quienes tenemos responsabilidad administrativa que cumplir, a diferencia de los concejales. Las Condes ha sido noticia por graves casos de corrupción y lamentablemente han existido faltas en las líneas de control. Lo que queremos todos quienes tenemos responsabilidad administrativa es una Unidad de Control que nos ayude a prevenir estas situaciones, que nos cuide a todos, que cuide a sus funcionarios, que cuide a los vecinos, pero que por sobretodo resguarde el buen uso de los recursos públicos".
Ahí vino el turno de los concejales. El primero en tomar la palabra fue Guillermo Ureta (UDI), quien señaló no oponerse a mejorar una unidad tan importante, cuestionando eso sí que no se les había transparentado un plan de reestructuración, considerando que, según él, ya se habían dado otras salidas.
Tras él vino el turno del independiente Manuel Melero, quien coincidió en algunos puntos con Ureta y a la postre protagonizaría el encontrón más duro con San Martín: “Una dirección que cambia la mitad de sus dotación sin que se conozca un plan, sin que se concuerde una nueva estructura que nos dé garantías a todos... Aunque haya unos más responsables que otros, yo también me siento responsable de lo que pase en Control”. Y añadió: “Le hemos pedido a la administración que nos sentemos a conversar ese plan y lo podamos concordar sobre la base de una conclusión compartida”.
Luego elevó la puntería: “No queremos caer en el riesgo de una Dirección de Control obsecuente, no quiero usar la palabra ”intervenida" por la administración, no quiero hacer juicio de valor, menos acusaciones; quiero evitar el riesgo de la obsecuencia o de la intervención".
Después de otro par de intervenciones tomó la palabra el concejal Luis Haddad (RN). “Hay dos errores por parte de la administración. El primero es que se llevó a votación sin darnos toda la información que corresponde (...). Que nos enteremos hoy día que quieren ingresar nueve personas más a Control; en pos de eso me voy a alinear en rechazar estos cambios”. Asimismo, sumó en sus argumentos que tenía que ponerse “en el punto de las asociaciones” de funcionarios que solicitaron ver distintos temas, entre ellos el movimiento de gente en el municipio.
San Martín tomó el guante. “Es bien complejo hablar en nombre de las asociaciones cuando su deber concejal es fiscalizar a los funcionarios y a las asociaciones, quiero dejar el punto”.
Tras ello se efectuó la votación, donde rechazaron los concejales Haddad, Melero, Francesa Gorrini (Evópoli) y Ureta, se abstuvieron Pamela Hödar (Republicana), Richard Kouyoumdjian (ind.), Cristóbal de la Maza (Republicano); y aprobaron Leonardo Prat (ind.), Gema Mahmoud (FA) y la alcaldesa.
Así, luego de dar por rechazada la idea, San Martín dijo que quería decir una cosa más antes de pasar al siguiente tema. “Me parece que hablar de obsecuencia (en referencia a Melero), que quiere decir sumisión de parte de una Dirección de Control, son palabras que rozan en la falta de respeto, por decir lo menos. Más cuando un director de Control dijo que por escrito dejó establecido que había un exalcalde al que se le advirtió que paralizar obras era ilegal. Para mí eso no es un acto de sumisión, me parece que es una persona que resguarda el municipio. Tampoco creo que las personas que están dentro de la Dirección de Control sean obsecuentes o sumisas”.
Por otro lado -se extendió- “sentirse responsable de algo no es lo mismo que tener responsabilidad, y aquí concejal Melero yo voy a hacer el punto porque quienes están en los juicios de cuenta, quienes están respondiendo por 800 millones, no es usted, no son los concejales anteriores, son funcionarios municipales. No es lo mismo sentirse con la responsabilidad que tener que enfrentar un juicio de cuenta de la Contraloría y sentirse en la indefensión absoluta. Eso quiero dejarlo clarísimo. Señalé que la que firma soy yo porque antes los alcaldes de este municipio no firmaban. La alcaldesa Daniela Peñaloza no firmaba, firmaba su administrador municipal como alcalde subrogante estando ella presente. El alcalde Lavín no firmaba, firmaba el administrador como alcalde subrogante”.
En eso Melero la interrumpió, algo que también hizo San Martín y que luego volvió a reiterar el concejal, situación que se repitió por unos segundos hasta que la alcaldesa decidió darle la palabra.
“Nunca en este concejo hemos tenido y visto arrebatos de soberbia. Veo una actitud de soberbia de la administración con este tema. Hemos sido respetuosos, no puede descalificarnos, porque si bien es cierto que usted es la que firma nosotros aprobamos muchos presupuestos que pueden venir mal configurados y también respondemos a eso. Usted aludió a la palabra obsecuencia; teníamos que ser cuidadosos todos que no hubiera obsecuencia, que no hubiera tampoco intervención de la Controlaria Municipal por parte de la administración, es fácil caer en eso. Estamos velando por eso, para que no caigamos en ese exceso, es muy tentador. Lo hemos visto muchas veces, todos los humanos tenemos ese riesgo”, cerró Melero.
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