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José Bengoa: “El conflicto en La Araucanía tiene siglos; no se va a solucionar en dos minutos por la buena onda de unos pocos”

El antropólogo acaba de recibir el Premio Nacional de Ciencias Sociales por su investigación en torno a la historia social del país y por su contribución a la comprensión del conflicto mapuche. "Lo que yo he hecho ha sido construir puentes", dice. Con nuevo libro bajo el brazo, Bengoa es crítico de las propuestas de la Comisión para la Paz y el Entendimiento.

11 septiembre 2025 Historiador José Bengoa Ganador premio nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2025 Fotografía Pablo Vásquez R. Pablo Vásquez R.

En agosto de 2022, un mes antes del plebiscito constitucional, el antropólogo José Bengoa escribió una carta abierta al líder de la CAM, Héctor Llaitul. En ella, el autor de la Historia del pueblo mapuche pedía una tregua de 30 días para no entorpecer el proceso. Sin matices ni espacio para dudas, la respuesta de Llaitul fue categórica: “No habrá tregua”. Desde luego, fue un balde de agua fría para Bengoa, pero eso no modificó su postura en favor del diálogo:

-Yo voy a seguir tratando de establecer todos los puentes que pueda. O sea, lo que yo he hecho en esta materia ha sido construir puentes en la medida de lo posible, como diría el Presidente Patricio Aylwin.

Esos puentes hacia el diálogo y el entendimiento, así como su destacada investigación histórica, fueron reconocidos con el Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanidades 2025. El fallo resaltó su aporte a la “comprensión de la historia social de Chile” y, en particular, “su gran contribución al entendimiento de la problemática de los pueblos indígenas” en el país. El jurado lo integraron la rectora de la Universidad de Chile, Rosa Devés; el Josrector de la Usach, Rodrigo Vidal; el académico Luis Riveros, de la Academia de Ciencias Sociales, y el ministro de Educación, Nicolás Cataldo.

Nacido en 1945, Bengoa es autor de una vasta bibliografía, en la que destacan investigaciones como Mapuches, colonos y Estado nacional, La emergencia indígena en América Latina y la Historia de los antiguos mapuches del sur, entre otras. El año pasado editó Viaje a Caral, una crónica en torno a la ciudad más antigua del continente, de cinco mil años, ubicada en Perú. “Una de las características de Caral es que no se han encontrado armas de guerra. En cambio, se ha hallado una cantidad enorme de instrumentos musicales, lo que hace pensar que lo que unía a esta sociedad no era la guerra, sino la música”, dice.

11 septiembre 2025 Historiador José Bengoa, ganador del Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2025. Fotografía Pablo Vásquez R. Pablo Vásquez R.

Ahora presenta Viaje a Potosí, una crónica en torno a la extracción minera durante la Colonia, que supuso la explotación de indígenas en condiciones inhumanas, en condiciones de esclavitud. José Bengoa visitó el cerro Rico en Potosí y lo describe como un queso suizo: lleno de socavones para la extracción de plata. Ese es el punto de partida para una reflexión en torno al abuso y la violencia hacia la población indígena. “Cuánta gente murió ahí; es imposible saberlo”, afirma. “Como dice un gobernador español de la época, lo que se exporta a España no es plata: es sangre de indios”.

El libro hace un elogio también al indigenismo:

-En general, nadie se atreve a decirlo así, elogiar, pero a mí me parece que las palabras de los indigenistas, las palabras que dijeron y que decimos tienen valor, porque muestran una América más compleja y un Chile también más complejo, más diverso, con más de matices y fronteras también. Y si de algo sirven las cosas que uno escribe, es para reflexionar sobre estos complejos asuntos.

Su contribución ha traspasado los límites de la academia: Bengoa fue parte de la Comisión Especial para los Pueblos Indígenas creada por el Presidente Patricio Aylwin, que elaboró la Ley Indígena. También integró la Comisión de Verdad Histórica y Nuevo Trato formada por el Presidente Ricardo Lagos. Por cierto, ha sido un impulsor del reconocimiento constitucional a los pueblos indígenas.

-El primer reconocimiento constitucional a los pueblos indígenas lo redactó de puño y letra el Presidente Aylwin. Desde entonces está pendiente.

Precisamente, el reconocimiento constitucional es una de las propuestas elaboradas por la Comisión Presidencial para la Paz y el Entendimiento, creada por el Presidente Gabriel Boric y que entregó sus conclusiones en mayo. José Bengoa fue invitado a participar como experto en las sesiones, pero desestimó la invitación.

-No me pareció adecuado, porque no puede haber una comisión de paz cuando hay un estado de excepción en La Araucanía. Yo he participado en varias comisiones de paz en Colombia, en África, y una de las primeras cosas que se hacen es retirar la fuerza, porque no te vas a sentar a conversar con el fusil en la mano.

El antropólogo también es crítico respecto de los integrantes de la comisión, que tuvo una composición transversal y fue copresidida por el senador Francisco Huenchumilla y el exministro Alfredo Moreno.

-En la comisión no estaban los que debían estar, porque en una comisión de paz se entiende que tienen que estar quienes están en conflicto. Por algo es una comisión de paz. Y me pareció que no estaba bien representada, no estaba la comunidad en conflicto.

¿Debían estar los líderes de los grupos en conflicto?

Por supuesto. Sé que no es fácil, no estoy diciendo que sea evidente, pero el conflicto en La Araucanía tiene siglos. Lo siento, pero el conflicto mapuche no se va a solucionar en dos minutos por la buena onda de unos pocos. Yo me he dedicado justamente a escribir la historia de este conflicto, que es una historia sin fin. Intentar ponerle fin así, como diciendo hasta aquí no más llegamos, podrán decirlo, pero eso no va a pasar.

11 septiembre 2025 Historiador José Bengoa Ganador premio nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2025 Fotografía Pablo Vásquez R. Pablo Vásquez R.

Entre otras cosas, la comisión propuso la creación de un fondo de US$ 4 mil millones para la compra de tierras. Se ha destacado que esto podría destrabar el problema de la demanda de tierra. ¿Está de acuerdo?

Yo creo que no. Lo que está diciendo la comisión es que las comunidades tienen que ir a buscar tierra. Pero eso es un absurdo. Si las comunidades lo que piden es que se les devuelvan las tierras de su comunidad. No se trata de ir a buscar tierras a Aysén. Es un absurdo, a mi modo de ver.

¿Será posible recuperar los territorios históricos? ¿No es una aspiración que roza lo utópico?

Hay que buscar las formas de hacerlo. La comisión dice las tierras que estén disponibles: ¿Cuáles son las tierras que están disponibles? ¿Las tierras que tienen los arriendos a 99 años? Está lleno de arriendos a 99 años. ¿Eso es un arriendo o es una venta fraudulenta? Nadie arrienda algo a 99 años, porque la idea es que el arriendo pueda volver al propietario. Y en este caso, además, es complicado, porque cuando ha habido juicios, los tribunales establecen que hay mejoras en el predio, o sea, generalmente son casas de veraneo de un valor incalculable. Y para recuperarlo, la comunidad tiene que pagar la casa. Parece un absurdo. Y, algo que no se ha discutido para nada, la comisión habla de $ 4 mil millones de dólares. Es una locura. O sea, ¿que el Estado le entregue a un grupo de personas que no se lo merece $ 4 mil millones de dólares? No me parece prudente.

Arreglos o soluciones

Históricamente, dice Bengoa, las diferentes comisiones dedicadas a los pueblos indígenas han reconocido el despojo de tierras de las comunidades. Pero también “han tratado de establecer libertad de compra y venta”. La excepción fue el gobierno del Frente Popular.

La comisión formada por el Presidente Pedro Aguirre Cerda tuvo la intención de devolver “todas las tierras usurpadas que el Estado les había entregado a los mapuches en títulos de merced”. Inicialmente se calculaban 500 mil hectáreas. “La comisión, en la que participó Andrés Chihuailaf, tío del poeta y premio nacional, Elicura Chihauilaf propuso la devolución sin costo, es decir, mediante expropiaciones”, recuerda.

-Pero la presión que tuvo Aguirre Cerda desde la derecha llevó a que la comisión se disolviera de un día para otro. Fue la única comisión que estuvo a punto de resolver un tema que es bastante fuerte, violento, pero el origen de la violencia no vino por el lado mapuche, sino por el lado de los terratenientes, los colonos. Esta nueva comisión trata de decir, ya, hasta aquí llegamos. ¿Cómo podemos decir hasta aquí llegamos? Nadie le puede decir a un pueblo, señores, esa demanda se acabó; los que entraron en la fila, están en la fila, y los que no entraron, no entraron.

11 septiembre 2025 Historiador José Bengoa Ganador premio nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2025 Fotografía Pablo Vásquez R. Pablo Vásquez R.

José Bengoa es crítico también respecto de la idea de flexibilizar uno de los artículos de la Ley Indígena que permitiría el arriendo de tierras por 25 años. El investigador subraya que se deben buscar otros mecanismos y “que se restituya lo que hay que restituir”.

-¿Eso va a demorar? Por supuesto que va a demorar mucho. Pero se pueden hacer arreglos. Nosotros que trabajamos en esto hablamos de arreglos, no de soluciones finales, porque no existe solución en estas materias. Estas materias son muy complejas, son el tema más complejo en las sociedades: las minorías, los grupos marginados, los grupos que han sido invisibilizados.

¿No valora en algún sentido el trabajo de la comisión?

O sea, lo que hace la comisión es un reconocimiento de que hay que cumplir con las carpetas que están hoy día en la Conadi. Es un reconocimiento interesante, en todo caso, pero ¿cómo se hace eso? Ese es el asunto.

¿Las comunidades están rechazando la consulta indígena?

Sí, masivamente. Y yo digo que lo que tendría que hacer este gobierno es parar, suspender la consulta. No me parece adecuado que se siga haciendo.

Estado de excepción

¿Qué le ha parecido la política indígena del gobierno?

La política ha sido declarar estados de excepción en La Araucanía; eso ha sido el centro de la política indígena. No he visto mucho más.

¿Cómo evalúa la aplicación del estado de excepción?

Las estadísticas dicen que ha bajado la violencia, pero aquí se dicen muchas cosas y hay que ser muy cuidadosos. Por ejemplo, se dijo que las comunidades en conflicto robaban madera. Bueno, llegó un fiscal, se metió en serio, vio las mafias de la madera y no hay mapuches metidos en ella. Hay toda una maquinaria gigantesca que se aprovecha del conflicto.

Desde su punto de vista, ¿cómo debería manejarse la situación con los grupos violentos?

Bueno, hay que enfrentarlo con un diálogo de verdad. Si se ocupa violencia con violencia, suma más violencia. Y por ese camino, yo creo que no se llega a mucho. La historia mapuche es una historia muy larga, una historia que coincide con la historia de Chile. A balazos no se resuelven estos temas.

¿Levantaría el estado de excepción?

No tengo ninguna capacidad de responder eso. Yo no estoy en la coyuntura. Yo me he dedicado al estudio de la historia. Estos dos últimos libros pretenden, justamente, una mirada más de larga duración. Una mirada más tranquila de estos temas que son muy complicados en todos los países. Yo escribí un libro que se llama La emergencia indígena en América Latina. Me pareció que ese concepto explicaba muy bien lo que está pasando en el continente. En Ecuador, Bolivia, Guatemala, en distintos países la cuestión indígena emerge con fuerza, y la política criolla no está preparada para entender siquiera este envión, que no viene de una situación de clase, de pobres y ricos, no viene de ese marco, sino de un marco étnico, un marco que proviene de los ancestros, de lo que parecía que ya se había superado.

¿El trabajo de la Convención Constitucional afectó la adhesión ciudadana a la causa mapuche?

Yo creo que el concepto de plurinacionalidad es muy confuso. Este país se formó en la zona central y allí los indígenas fueron exterminados. Pedro de Valdivia tuvo que volver rápidamente desde el sur para volver a repartir las encomiendas. En 15 años o 20 años se desangró lo indígena en la zona central, entre la guerra, los abusos, las enfermedades y los que arrancaron hacia el sur. Es muy curioso, pero eso permitió que se formaran las haciendas. En ese mundo de las haciendas, que investigué en la Historia rural de Chile, se forjó una identidad chilena, eso no cabe la menor duda.

Ese mundo, que la literatura ha descrito en novelas como La casa de los espíritus, lo integraban los patrones, los empleados, los inquilinos, los peones, las mujeres. “Ahí se fue creando una manera de ser, una manera de subordinarse y de subordinar al otro, en la cual lo indígena no estaba presente. Lo indígena estaba en la frontera del sur y en la frontera norte. Entonces la idea de plurinacionalidad resulta muy complicada. Cuando me invitaron a la convención, yo recomendé el reconocimiento constitucional de los pueblos indígenas. Me parecía más adecuado. Pero a los convencionales no les pareció”.

¿Cómo se explica el rechazo en las comunidades indígenas?

Creo que pensaron que se iba a transformar en un apartheid, en un gueto. Aquí hay una situación de fronteras mucho más porosas y traspasables, hay muchos matrimonios mixtos, pero con esta idea de la plurinacionalidad creyeron que se iba a rigidizar la frontera.

La exconvencional Elisa Loncon está postulando al Senado. ¿Qué arraigo tienen estos liderazgos en las comunidades?

No tengo ninguna capacidad de responder a eso. En general, se dice siempre que los mapuches no votan por mapuches. Pero estas cosas dan vuelta, van y vienen.

Para Bengoa, la demanda por el reconocimiento de los pueblos indígenas va a volver al debate en algún momento.

-El reconocimiento constitucional está pendiente, y ¿por qué? Nadie quiere ponerle el cascabel al gato. Es un tema espinoso, complejo, difícil, pero vendrá otro momento en que la presión de la sociedad va a tratar de resolver este tipo de temas. Pero estos problemas no se resuelven con medidas fantasiosas.

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