Tras interpretar a dos polémicos personajes consecutivos -una asesina en serie en Témpano y una complicada y violenta ex prostituta miembro de una secta en Su nombre es Joaquín-, Alejandra Fosalba se ha visto obligada a dar explicaciones: sus hijas de siete y nueve años han tenido que lidiar con que la gente que se topa en la calle a su madre la tilde de "mala".

"A veces me decía 'Qué mala que es usted' y mis hijas respondían 'No, si mi mamá es buena', así que tuve que explicarles que a veces me toca hacer personajes de personas buenas y otras veces de personas malas", comenta la actriz que ha dedicado sus últimos meses a compartir con sus hijas y dedicarse a la danza y la pintura. "Yo tengo contrato con TVN por una teleserie al año, pero en 2011 fue algo excepcional el ser parte de dos teleseries y estuve poco con ellas", explica.

Y aunque las grabaciones de Su nombre es Joaquín terminaron en enero, recién -tras el final de la teleserie mostrado anoche- ahora la actriz puede desligarse completamente de Julia Ossa, su conflictivo personaje en la teleserie, la ex prostituta y violenta mujer del autonombrado Joaquín, una mujer tan obsesionada con ser la madre del "elegido" que no tenía límites con tal de conseguirlo.

De hecho, en el último episodio intentó asesinar a Magdalena, quien fuera la favorita de Joaquín. Pero su plan no resulta y Julia es asesinada con un hacha por el mismo Joaquín, y se une a la larga lista de muertes del capítulo: Lola (Paola Volpato) es envenenada, Laura (Adela Secall) muere ahogada, Dolores (María José Illanes) cae al vacío, Sebastián (Matias Oviedo) también es asesinado por el líder de la secta, quien, a su vez, muere a manos de Alonso (Francisco Pérez-Bannen).

Sobre el final que tuvo su personaje, Fosalba comenta: "Julia tenía que tener una muerte sangrienta, violenta y espantosa... como es ella. La gente esperaba eso, que los malos tengan que pagar por sus culpas: les gusta eso". La actriz cuenta que recibió comentarios a través Twitter en que "mucha gente me felicitaba por el papel, me decían que les había gustado que hiciera de villana".

Si bien la actriz está feliz por haber tenido este personaje "fuerte e intenso y de mucho crecimiento" y asegurar que está "muy conforme con lo que hice porque se me abre un abanico de posibilidades porque demuestra que puedo hacer otro tipo de papeles", no deja de mostrar su molesia por tener que competir con programas que no son teleseries. Especialmente en un momento en que Perla como Mundos Opuestos superaron a la teleserie en audiencia, dejándolo en segundo puesto en su horario con 17,6 puntos de rating.

"Es terrible competir con un reality, lo encuentro fome. Es terrible que la gente prefiera ver eso, pero hay que aceptar que así es la vida y que las cosas van cambiando", dice y comenta que esto también sirve para que el mismo canal y el área dramática de la estación sean capaces de "renovarse".