Arquitectura sustentable en la búsqueda del equilibrio con el medioambiente
La sustentabilidad en el uso eficiente de energías renovables y recursos naturales son parte, hoy en día, de una necesidad que llega a todo ámbito. Tendencia que recogen los arquitectos chilenos en el diseño de algunas de las construcciones más emblemáticas en el país.

Llamada también arquitectura sostenible, arquitectura verde, eco-arquitectura, o arquitectura ambientalmente consciente, este concepto se fundamenta en la utilización de los recursos naturales de forma eficiente, tanto en la construcción de edificaciones como en la operación de las mismas, basándose en herramientas pasivas, como la bioclimática (transforma elementos climáticos externos en comodidad interior), o la implementación de tecnologías renovables.
UN POCO DE HISTORIA
A comienzos de los años 70 asoman los primeros trabajos y estudios aceca de la arquitectura bioclimática, antecesora de la arquitectura sustentable. Pionero en este tema fue el profesor de la Escuela de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Princeton, Víctor Olgyay que con su libro "Arquitectura y Clima", se transformó en uno de los precursores de las investigaciones en la relación entre arquitectura y energía.
En la década siguiente el concepto deriva en la arquitectura sustentable, principalmente por la sumatoria de acontecimientos mundiales que obligaron a incluir diversas disciplinas para generar nuevas investigaciones en torno a la arquitectura y medioambiente, resultados que luego de varios años veríamos en Chile.
CASOS CHILENOS
Uno de los primeros edificios en utilizar algún concepto de sustentabilidad en Chile fue, a principios de los '90, el edificio "Consorcio-Santiago" (Enrique Brown y Borja Huidobro, arquitectos), construcción que mantenía un problema con su extensa fachada poniente la que se encontraba condenada al extenuante sol de las tardes de verano en Santiago. Así lo cuenta Bárbara Aguirre (@baguirreb), presidenta del Comité de Sustentabilidad y Energía del Colegio de Arquitectos, quien detalla los cambios realizados al edificio aplicando la arquitectura sustentable.
"Con el tratamiento de doble piel con vegetación del tipo caduca logra una protección frondosa en primavera y verano decayendo en otoño e invierno y permitiendo la entrada de luz natural, generando ganancias térmicas. Esta simple consideración en el diseño comprobó, hace algunos años, los beneficios de la técnica comparando un piso del mismo edificio con y sin vegetación. El ingeniero a cargo, Joaquín Reyes, determinó que el consumo de energía se reducía en un 35 por ciento, lo que significaba un 25% menos en costos operacionales", explica Aguirre.
Pero a pesar de este auspicioso inicio, no fue hasta 2007 cuando se vive el boom de proyectos "verdes", donde podemos contar desde iniciativas bioclimáticas hasta las renombradas certificaciones, teniendo como eje común, el mejoramiento de la calidad ambiental de los edificios, su entorno, una disminución en los consumos energéticos y emisiones de GEI (gases de efecto invernadero) en pro del medio ambiente y la eficiencia energética.
Aguirre, quién además estudia el Magíster en Economía Energética impartido por la Universidad Técnica Federico Santa María, cuenta que existen proyectos emblemáticos de arquitectura sustentable, tanto en Santiago, como en regiones. "Podemos ver en Santiago el edificio Titanium que optó por una certificación Leed para mejorar sus estándares de construcción, y otros reconocidos por el uso de tecnologías renovables, materialidad y sistemas pasivos, como el caso del edificio de oficinas de Enap en Punta Arenas, que simuló un invernadero con caja vidriada que envuelve la construcción en su totalidad protegiéndolo del viento y la pérdida de temperatura. También podemos ver el edificio Cristalerías Chile que gracias a sus sistemas de extracción de aire permite una mejora en el confort interior. Y más actuales, como el recién inaugurado edificio Transoceánica que además de todas las consideraciones pasivas y de automatización, ha desarrollado un sistema de geotermia de baja entalpía que permite utilizar el fluido de napas subterráneas, aprovechando el diferencial de temperatura, tanto en invierno como en verano, para complementarlo a los sistemas de climatización", agrega.
GRAN EJEMPLO A PEQUEÑA ESCALA
Carlos Carmona es ingeniero en informática y académico de la Universidad Andrés Bello. Presentó su proyecto denominado "Alernative Energy" al concurso Capital Semilla de Sercotec y obtuvo 1,5 millones de pesos de financiamiento para llevar a cabo la idea de un sistema energético domiciliario híbrido en una casa de 30 metros cuadrados. En pocas palabras, utiliza la energía de la radiación solar y también la eólica para autoabastecerse.
Carmona desglosa algunas de las características en la generación de energía de esta casa sustentable. "La capacidad de generación es cercana a los mil watts. El de energía eólica es de 500 watts y funciona con un generador instalado a doce metros de altura; el otro es de energía fotovoltaica, con paneles fotovoltaicos que generan 480 watts a partir del calor del sol. A su vez existe otro sistema de energía térmica a través del calentamiento de agua, con una capacidad de 150 litros y una temperatura máxima de 90 grados y que funciona también con la misma energía solar".
Finalmente, Carmona cuenta que el objetivo de su iniciativa es mostrarle a la gente que es posible instalar sistemas de energías renovables de última tecnología a nivel doméstico y ser 100% sustentable.
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