Cadete de Palestino que sufrió infarto en 2006: "No sé por qué no hubo desfibrilador ahora"
Mientras entrenaba, Mauro Padilla se deplomó y fue reanimado sin el implemento que tampoco estaba presente cuando murió el jugador Carlos Barra.

Como el partido por Copa Chile del miércoles pasado ante Rangers en Talca fue postergado, Palestino aprovechó de programar para ese día un amistoso ante Maipo Quilicura de Buin, incipiente club de la Segunda División Profesional. No era más que un duelo de entrenamiento, pero la muerte del jugador Carlos Barra terminó por enlutar al fútbol chileno.
De paso, se abrió un debate a partir de la ausencia de un desfibrilador que, eventualmente, pudo haber reanimado al deportista. Más aún si se considera un hecho algo desconocido, y que data de hace ocho años, con el reducto de La Cisterna como escenario y con Palestino como club involucrado.
En 2006, las divisiones inferiores del cuadro de colonia entrenaban con normalidad. "Hacía un trote liviano, a modo de calentamiento, y me desplomé en la cancha", cuenta el entonces juvenil Mauro Padilla a La Tercera.
El prometedor mediocampista tenía 19 años al momento de este episodio. "Caí al suelo y tuve reacciones que, según me dijeron después, eran las de un infarto. Empecé a convulsionar, me reanimaron y me llevaron a la clínica", narra Padilla.
Lo que sí recuerda con claridad -y lo reafirma tras el fallecimiento de Carlos Barra- es que la reanimación se hizo sin desfibrilador: "No había en ese tiempo en el estadio. Me acuerdo que tras mi caso, se empezó a hablar de que debían haber. Por eso encontré raro que ahora no hubiera uno".
"Se podría haber hecho algo más con lo que pasó. No sé porque no hubo ahora, si se entrena a diario. Se han dejado estar con esto. A cualquiera le puede pasar como pasó ahora", cuestiona el ex cadete de los árabes.
Después de este incidente, a Padilla se le instaló un marcapasos, pero tuvo una recaída. Y si bien pudo ser tratada, esto significó que estuviera tres años sin actividad profesional. Pese a ello, logró fichar en Deportes Temuco, Barnechea y Ñublense. "Me tenía que hacer exámenes una vez al año, que demostraran que podía jugar", cuenta.
Sin embargo, en una práctica con los chillanejos sufrió un golpe en una artera, que significó su retiro definitivo de la actividad en 2011.
En la actualidad, Mauro Padilla tiene 27 años y trabaja en un rubro ajeno al fútbol, aunque confiesa sus deseos de volver a estar relacionado con el balompié. Y a partir de su caso, entrega un mensaje a la familia de Carlos Barra: "Es una experiencia de vida, que es dolorosa. Nadie va a devolver a Carlos. Les deseo tranquilidad, porque las coasas siempre pasan por algo. Le ocurió a él, así como a cualquiera le puede ocurrir, como en todos los deportes de alto rendimiento".
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