Histórico

Calígula, el mayor escándalo del cine, es autorizado en Gran Bretaña a 29 años de su estreno

La "Edición Imperial" en DVD del  filme sobre el emperador romano, que terminó siendo casi una cinta pornográfica con actores famosos, fue autorizada para exhibirse por su "interés histórico".

Es el equivalente al Titanic, pero en el cine. Con un presupuesto gigante para la época (17 millones de dólares), actores extraordinarios, un guión del escritor Gore Vidal, diseño de vestuario de primer nivel, música apropiada y un director competente, Calígula debía ser una de las mejores obras adaptadas del periodo romano, pero terminó siendo un bodrio pornográfico, inconexo y censurado en muchos países.

Hoy, a 29 años de su realización, el filme de Tinto Brass cuya versión original nunca fue exhibida en Gran Bretaña, ha sido aprobado por el Consejo Británico de Calificación de Películas sin corte alguno para que pueda distribuirse una edición en DVD titulada Calígula: Edición Imperial, en vista de su "interés histórico", como explicó la institución.

La película que debía retratar el reinado del emperador romano más demente y sicopático de todos, que experimentó con el incesto, corrupción, el sadismo extremo, orgías y zoofilia, entre otros temas, fue superada por la suma de escándalos que rodearon su realización y que echaron por tierra un esfuerzo monumental.

Bob Guccione, el pornógrafo creador del imperio Penthouse, quiso conciliar sexo duro y prestigio artístico, en un filme con grandes estrellas y toda la suntuosidad de los filmes de época. Para ello contrató al director de películas eróticas Tinto Brass, y reclutó un increíble reparto: Malcolm McDowell, Helen Mirren, Peter O'Toole, Sir John Gielgud y Maria Schneider, entre otros. Pero los problemas comenzaron cuando Gore Vidal, quien había pusto su nombre por encima del título, no permitió hacer ningún cambio a su guión, por lo que cuando Brass introdujo modificaciones, se retiró del proyecto. Brass quería darle un cariz más erótico a la historia de Vidal, McDowell quería exacerbar su rol sicopático y Guccione quería introducir escenas sexuales explícitas, por lo que la reescritura de este se hacía mientras el filme ya estaba en rodaje, generando un demencial ambiente de trabajo.

Paralelamente, la actriz Maria Schneider, la protagonista de El último tango en París, y quien interpretaba a Drusilla (la hermana y amante de Calígula), leyó la escena del burdel imperial y abandonó el barco en vista del perfil sexual de esta. Pero la leyenda negra dice que mientras Brass rodaba de día, Guccione filmaba con los extras y "chicas Penthouse" escenas pornográficas, pero como no era director su incompetencia para usar la cámara era total. Así, las escenas rodadas estaban pésimamente filmadas y no tenían nada que ver con la filmación de Brass.

Sin saber de esta filmación paralela, Brass hizo un montaje de aproximadamente 120 minutos, pero al ver que este no tenía la suficiente explicitez sexual, Guccione despidió al director e introdujo sus propias escenas, quedando una majamama de escenas depuradas y una serie de tomas pornográficas sin la más mínima coherencia narrativa ni estética. Luego de su despido, Brass demandó a Guccione y retiró su nombre de los créditos, pero la bola de nieve en que se había convertido el filme no paraba de crecer.

A pesar de que popularmente se cree que Brass renegó del filme por el cariz sexual que le imprimió Guccione, la molestia del director fue porque lo dejaron fuera de la sala de montaje, arruinando su filmación sin tener la posibilidad de salvar en algo el trabajo realizado.

Así, cuando llegó el momento en que Guccione presentó el filme a sus actores, todos se encontraron conque eran parte de una película pornográfica. Sin poder retirarse del proyecto, debieron soportar el oportunismo de Guccione, a quien le dio incluso para rodar con los mismo decorados, una segunda parte abiertamente porno, llamada Calígula II: Messalina. El montaje de Guccione, más breve, fue el que circuló en Estados Unidos y llegó a Chile, donde se mantuvo por largos años en los rotativos de cine erótico. esta versión, condenada a una calificación X (pornográfica), se convirtió en un memorable fracaso económico en todos los lugares en que se exhibió

Según reporta el diario inglés The Telegraph, McDowell dijo hace algunos años que se sentía "violado" por la decisión de Guccione de hacer un filme porno a espaldas de los actores. "Estoy orgulloso del trabajo que hice en Calígula, pero ese no es el tema", dijo. "Toda la vulgaridad y pornografía que Bob introdujo en la película después de que terminamos de filmar. Eso para mí fue una traición indignante y sin precedente. Francamente, demostró que no tiene clase para nada", dijo el actor.

La edición imperial que comenzará a venderse en Gran Bretaña es el corte original de 156 minutos que incluye las escenas rodadas e incluidas por Guccione, y contiene bastante material adicional, con documentales, escenas borradas y entrevistas a los protagonistas y responsables del filme, que prometió marcar época por sus reflexiones en torno al poder, la locura y la debilidad humana, pero que terminó siendo un histórico desastre por la megalomanía y oportunismo de un productor que resultó más demente que el propio emperador romano.

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