Cementerios para visitar… en vida

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Si hay lugares capaces de albergar leyendas, supersticiones pero también recogimiento, esos son los cementerios. No hay destino turístico que no tenga uno que mostrar y, aunque hay quienes prefieren evitarlos, hay algunos imperdibles como el del Père-Lachaise en París o el Cementerio Judío de Praga. Para seguir ampliando la lista, dado que este martes celebramos el Día de Todos los Santos, aquí va una lista de este tipo de lugares que vale la pena conocer.




Cerro Panteón, Valparaíso

Que una ciudad tenga un cerro nombrado Panteón, ya nos invita a visitarla. Que, además, en ese cerro existan tres cementerios, es excepcional. Y que estos sean algunos de los cementerios más antiguos de Chile… significa que son trozos de historia y unos imperdibles para toda persona que visite Valparaíso. Allí está el mausoleo de los Prat Chacón; los Baburizza, del fundador de Viña del Mar, José Francisco Vergara, y del hijo ilustre del Puerto Principal, Renzo Pecchenino (Lukas) quien justamente decía que Valparaíso es el único lugar donde los muertos descansan por arriba de los vivos.

La visita debería comenzar por el principio, es decir, por el Católico o nº1, que alberga 1.750 tumbas y que data de 1822. Luego se cruza la callejuela hasta el de Disidentes, abierto en 1823, y que reúne a todos aquellos que no profesaban la fe católica: luteranos, anglicanos, judíos y protestantes nos invitan a viajar por el mundo. Dato anecdótico: si le gustan las galletas MacKay y Hucke, una tumba con revestimientos de cobre recuerda a estas familias de comerciantes. La visita debería terminar en el nº2, inaugurado en 1845 y declarado Monumento Histórico en 2005. Es el más visible desde Cumming y Ecuador, y en sus tumbas se aprecia una visión más republicana del país con mausoleos de grupos de beneficencia y cooperativas tan curiosas como la de Cigarreros.

Para completar la visita, por calle Dinamarca, que es la que circunda el cerro, está Din_399, un coworking y café que de lunes a viernes funciona con almuerzos y los fines de semana y en las noches, se viste con tapas y buenos vinos de Casablanca. El 31 celebrarán desde la calle misma. Además del Panteón, hay tours especiales para este fin de semana por el Cementerio de Playa Ancha. Se realizarán desde el viernes 28 hasta el lunes 31, abiertos para niños desde los 14 años. Más detalles en: www.tnc.cl

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El cementerio californiano.

El cementerio californiano.[/caption]

Hollywood Forever Cemetery, Los Ángeles, California

Todo aquel artista, productor o celebridad relacionada al mundo del cine, pasó alguna vez por el boulevard Santa Mónica, al lado de los estudios Paramount, pero sólo los más reconocidos a principios del siglo XX la hicieron su última morada. El Hollywood Forever es uno de los más antiguos de Los Ángeles, y alberga las tumbas de celebridades y personajes emblemáticos de la industria cinematográfica. Ídolos del cine como Rodolfo Valentino y Cecil B. DeMille, el director de películas como Cleopatra, mirarían fascinados los tours con pantallas táctiles que cada día se realizan en este cementerio, construido en 1899. Además, cientos de visitantes llegan para aprovechar sus áreas verdes en medio de la ciudad, o para ver alguna película o evento cultural, con picnic incluido, parte de la activa agenda cultural que tiene el lugar. Este Día de los Muertos, por ejemplo, se celebrará con el festival "El árbol de la vida", que incluye rituales aztecas, comida, concursos de disfraces y show de artistas como Julieta Venegas. La idea es asistir disfrazados para la ocasión. No hay duda: El Hollywood Forever está más vivo que nunca.

Dirección: Blv. Santa Mónica, 6000. Hollywood, California.

Horario: Todos los días –excepto miércoles– de 8:30 a 17:00hrs.

www.cemeterytour.com y www.ladayofthedead.com

Cementerio Islámico, Altach, Austria

Sólo hay dos cementerios islámicos en Austria y uno de ellos está en Altach, en la provincia de Vorarlberg, en el extremo oeste del país y una zona muy tranquila, donde el 10 por ciento de la población es musulmana. Su construcción no fue fácil: nueve años pasaron desde su planificación hasta su culminación, pues hubo que aunar esfuerzos, encontrar el terreno y oír a las comunidades pero hoy es considerado un estandarte de la tolerancia entre culturas. Tras obtener el premio Aga Khan a la arquitectura el 2013, también es valorado por su diseño minimalista, que combina la mejor carpintería en madera de roble con el hormigón armado en color terracota y que corona con su muro de Qibla, trabajo artístico en madera y acero inoxidable. Enmarcado en medio de montañas, es un remanso de paz y recogimiento que le hace bien al mundo, tal como están las condiciones geopolíticas hoy en Europa. Debe llegar a Bregenz, la capital de la región, a las orillas del lago Constanza, desde donde se puede hacer una ruta "de construcciones de madera", pioneras en cuanto a sustentabilidad.

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El cementerio Okunoin, en Osaka.

El cementerio Okunoin, en Osaka.[/caption]

Cementerio Okunoin, Osaka, Japón

En Okunoin no hay muertos, sólo espíritus. O al menos eso es lo que dice la tradición budista Shingon que inspira las más de 200 mil tumbas de monjes, samuráis y nobles que se encaraman por más de dos kilómetros por las hermosas montañas de Kii, a dos horas de Osaka y consideradas Patrimonio de la Humanidad desde el 2006. Esto lo convierte en el cementerio más grande de Japón y, dado que tiene tumbas que datan del siglo IX, también en uno de los más antiguos. Además, es uno de los más hermosos del mundo, no es sólo por sus senderos rodeados de cedros, las laderas de bosque salpicadas de estatuas Jizo o la neblina serpenteante que los cubre de misterio en días de otoño, sino que también hay detalles que deslumbran, como el Pabellón de la Linterna. Aquí cuelgan unas 10 mil lámparas. Si nunca ha meditado, este es un buen lugar para comenzar a hacerlo. Y si quiere completar la experiencia, puede alojar en alguno de los templos budistas cercanos. Para llegar desde Tokio a Osaka, aunque puede ser más costoso, le recomendamos el famoso tren bala o shinkansen.

Cementerio de San Bernardo, Cundinamarca, Colombia

Quizás sea la tierra, el clima seco o una fruta llamada guatilla, teorías van y vienen, y nadie sabe con exactitud por qué los fallecidos de este pequeño poblado colombiano –a unas dos horas en dirección sur desde Bogotá- se momifican. El fenómeno fue descubierto en 1957 al exhumar una tumba y desde entonces el asombro ha continuado vivo porque nadie ha intervenido los cuerpos.

Dado el interés que fue concitando, en 1994 se abrió un museo junto al cementerio donde los más incrédulos pueden ver las momias con sus propios ojos. No son reyes ni faraones, son cuerpos con dientes, ropa, pelo y hasta sus joyas intactas. Muchos de los visitantes son familiares que previamente han autorizado su exhumación y exhibición, y que buscan recordar a sus hijos, tíos y parientes como algo natural. Tan natural que el turista que vaya con suerte y ganas de conversar, se puede topar con familiares que le contarán –con orgullo– historias de sus momias. Para entrar, hay que llamar por teléfono a la encargada de turno ya que no está siempre abierto.

Horario del cementerio: ocho de la mañana a mediodía / Dos a cinco de la tarde.

Distancia desde Bogotá: dos horas aprox. por vía Silvania.

Cementerio isla de de Cabuya, Costa Rica

La península de Nicoya, en el Pacífico de Costa Rica, es reconocida por sus magníficas aguas para la pesca, buceo, surf, para días de playa o sólo relajarse. Pero pocos llegan a una isla que por unas horas es península. Menos si además de esta doble vida, es un cementerio que data de los tiempos precolombinos. Se trata de la isla de Cabuya. Lo más impresionante es llegar a ella caminando sobre el agua, unos 150 metros desde la costa, aprovechando la marea baja que se da después del mediodía y dura sólo 30 minutos. La experiencia es lo más parecida a la de Moisés abriendo las aguas del mar Rojo, pero en Cabuya el agua va dejando una explanada de arena por la cual sólo se llega en cuadriciclo o a pie. Si tiene "suerte" puede encontrarse con un funeral a la manera "tica", esto es, con mariachis incluido.

Acceso por Montezuma o Parque Cabo Blanco en buses dos veces al día.

Cementerio Nueva Esperanza o Virgen de Lourdes, Lima, Perú

Se le conoce como el segundo cementerio más grande del mundo, aunque por su raíz popular hay muchos peruanos que nunca han siquiera escuchado hablar de él. Nadie sabe tampoco quién puso la primera cruz, pero fue hace más de 60 años que estos polvorientos cerros comenzaron a llenarse de tumbas que hoy alcanzan las 120 mil almas y cubren más de 60 hectáreas. Lo impresionante es que aquí no sólo se reza, se llora, se pintan cruces y dejan flores, el cementerio del distrito de Villa María del Triunfo, sobre todo el Día de los Muertos, parece una feria dominical: ollas humeantes, un carrusel desvencijado y bandas musicales dan la bienvenida a los visitantes, mientras en cada tumba se canta, baila, bebe y come en recuerdo de los que ya no están.

Por Panamericana Sur, 16 kms hasta Acomayo s/n.

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