Histórico

De La Serena a Tongoy

En cualquiera de sus balnearios la tranquilidad de las aguas y el benigno clima, se encuentran asegurados. Si a eso agregamos una cocina de matices simples, fresca y generosa, es un compendio de sabores costeros que condimentan la IV Región.

Nunca se pierde de vista la

Cruz del Tercer Milenio

. Es tan inevitable y excesiva como todos los símbolos pensados para desafiar al tiempo. La levantaron para glorificar la fe cristiana, de igual forma que levantaron una mezquita –más pequeña por cierto- y quizá algún día se instale la sinagoga que completaría la triada monoteísta que pondría a la ciudad como símbolo de tolerancia. Pero de momento, la cruz es el sello de agua al imaginario mental de quien se aventure por Coquimbo; tal como al otro extremo de la bahía lo hace el

Faro Monumental

de sus vecinos serenenses. O lo hacía, porque esa torre puesta frente a la playa se empequeñece frente a esa mole de concreto que, honestamente, absorbe las miradas de ambas ciudades. La geografía ayuda a eso. Una extensa llanura une a la capital de la IV Región con su vecina, y entre ambas se salpican parcelas, chacras y humedales que tiñen de verde la puerta sur del desierto chileno. Esas son otras de las características de la zona que la hacen atractiva, monumentos aparte: una sensación de frescura ambiental azuzada por un clima templado todo el año y una cantidad de espacio que empequeñece cualquier construcción y sugiere que allí falta mucho por crecer y hacer. El equilibrio entre ciudad (es), campo y una extensísima costa, convierten el sector en destino preferido, por ejemplo, de los mineros retirados de todo el

Norte Grande

y de cualquiera que piense en una playa ancha, de oleaje suave y arena fina, como el sitio perfecto para sus vacaciones .

Un rincón de Chile donde los ingredientes marinos están literalmente a la mano. Las machas aún pueden sacarse con facilidad en

Caleta San Pedro

, pequeño enclave a unos cinco minutos en auto al norte de La Serena, cruzando la desembocadura del

río Elqui

. Pero no es, digamos, remover la arena y sacar conchitas. Es el sustento de los pescadores, quienes celosamente protegen el recurso de la depredación. Mejor ahorrarse problemas e ir a las cocinerías instaladas frente a la playa. Son 10 en total, modernas, limpias y que recién están en su segunda temporada funcionando. Todas venden lo mismo y al mismo precio: empanadas de mariscos, pescado frito (congrio, merluza), caldillos, pailas marinas y por supuesto machas en lebrillo. Frescura típica.

Volviendo al sur, la ruta 5 vuelve a tener doble pista por sentido y a la izquierda, subiendo por

Francisco de Aguirre

, aparece el centro histórico de La Serena que se ha ido haciendo cada día más estrecho para sus habitantes. Un consejo: mejor caminar para llegar a los hitos clásicos de una ciudad, como su célebre

Recova

. Sus dos patios y dos niveles reparten casi por partes iguales tiendas de artesanía, peluqueros y vendedores de

souvenires gastronómicos

imposibles de soslayar, que se concentran en su primer nivel. Ahí funciona el planeta papaya: está en almíbar o hechas jugo, en mermeladas, arrope o transformada en golosina. Pero tampoco destiñe la peculiar textura y dulzor de los manjares de leche artesanales o el pajarete, ese dulce vino hecho con uva secada al sol. Un par de cuadras hacia el poniente, bajando por Prat, la despensa de esta variedad se extiende en

Tintos y Blancos

, la tienda del rubro más grande de la región. Grande, cómoda y moderna; con vinos de todo el país enfatizando la producción de la IV Región y con un amplio surtido de piscos, desde industriales (Capel, Control) a otros no tanto como Los Nichos y su renovada presentación. Esa misma calle da a la Plaza de Armas, más bien un espacio quitado de bulla en relación a otros sectores de la ciudad, aunque con la renovación del Teatro Centenario, esto a tendido a cambiar. Porque de día cuenta con una confortable zona de café, mientras que de noche el jazz de la familia Cuturrufo –que se trasladó con todo desde Coquimbo-, ameniza musicalmente el barrio ¿Algo de comida al paso? Anote Domeyko esquina Balmaceda, para dejarse caer en los completos de Fuente de

Soda Oriente

. Se las arreglan para que por $ 700 aparezca un pan crujiente, como tostado en tostadora de cocina casera, con una mayonesa hecha en el momento que transforma el emparedado en el más popular de los manjares serenenses. Dato fijo.

Vuelta a Francisco de Aguirre hasta el Faro y virar a la izquierda. Ahí parte la Avenida del Mar, Serena para el turista y donde los departamentos con vista al mar no paran de crecer. Recorrerla a pie o en bicicleta, por la costanera o a orilla de playa es una delicia, lo mismo que echarse un chapuzón. Algo parecido puede ocurrir en algunos de los restaurantes puestos esta avenida, desde aquel punto hasta el mismo

mercado de Coquimbo

, unos 10 kilómetros al sur. El tour parte en Porota's, con recetas típicas y personales de Anka Bakulic, ama y señora de este amplio local de dos niveles –con privados-  orientado al turismo, al que seduce con pescados y mariscos de preferencia, tanto en formato picadillo (cebiches, chupes) como en fondos (Reineta Consuelo, cubierta de masa filo por ejemplo). Este restaurante pertenece a los históricos del sector, de igual forma que La Mia Pizza, cuyos comedores sencillamente no dan abasto durante la temporada veraniega, y también durante el resto del año, gracias a sus masas y pastas a la italiana, pero también con una extensa lista de ensaladas y picoteos de mariscos. Por su parte, Bakulic se nota más refinado, con su comedor de mobiliario pintado de blanco, un servicio más elaborado que lo ha posicionado entre quienes viven allá todo el año y por cierto al turista asiduo. La frescura de producto en preparaciones por sobre la media –

Lenguado con Fetuccinis Caseros, Cebiche del Día

- le han retornado el respeto de la comunidad.

La Serena se acaba, pero no la

Avenida del Mar Peñuelas

marca un punto intermedio; el comienzo de Coquimbo y la partida a otro grupo de restaurantes con características muy peculiares entre sí. Primero, los más finos, concentrados en torno al Hotel de la Bahía, que a su vez acoge el Casino de Peñuelas. Como se sabe, aquellos centros acogen casi siempre cocina de nivel y en este caso no es la excepción. La cúspide de su pirámide alimenticia la ocupa

Oire

, donde su cocina de corte mediterráneo se asocia bastante bien con productos de la zona, gracias al ojo de su chef Náyade Jorquera, quien –como en toda la cadena hotelera- puede sorprender al comensal si se rinde ante sus Inspiraciones, platos extractados de la carta o bien preparados al momento, a la suerte de la olla pero en versión VIP, con mantelería de lujo, una extensa cava de vinos a la vista y una vista al mar que reluce aún más la propuesta del local. Luego, al interior y a un costado de las máquinas de juego, Hanabi luce un tanto más informal en su minimalismo japonés. Ahora, sí que es en serio su propuesta de rolls, de impecable arroz y un producto notable en su frescura. Para no perderse:

Niguiris de Macha o de Ostión

; Los Hosomakis de pescado de peña (roca), su

Tabla Tempura

, también con pescados y mariscos de la zona, o bien el clásico (e impecable) barquito con el surtido de sushi (el mismo de la foto). Para la comida del día, o el desayuno si se quiere, vale la pena darse una vuelta por La Barquera. A un costado de Oire (están conectados entre sí) resalta por su comida en formato más ligero y sencillo, con sus pizzas como punta de lanza, preparadas en un horno refractario que garantiza que su delgada masa tenga una textura delicadamente crocante. También cuenta con una lista de sándwiches, ensaladas, platos de fondo (Corvina al Horno con Costra de Crema Pastelera), más opciones para la hora del té.

A unas cuantas cuadras al sur de Hotel de la Bahía se alza la

Caleta de Peñuelas

, donde a diario los pescadores se internan tras los cardúmenes de congrios, albacoras, cada vez más esquivos, como también hacia sus áreas de manejo de mariscos como

las Chochas

, molusco de carne de textura suave como la almeja fresca, de color claro y sabor más tenue que el bivalvo, pero por lo mismo más elegante. Otro manjar pop que puede conseguirse en los restaurantes cercanos a la caleta, donde nombres como

La Lobera

llaman la atención, o sitios más consolidades como Syrtaki  donde las reminiscencias griegas no dejan de llamar la atención, aunque las porciones de erizos sean más atractivas o bien otro producto regional: los camarones de río, parte de su lista de especialidades.

Only Coquimbo

. Pescados de peña les dicen por allá. De roca por estos lados. No son de alta mar ni tampoco merodean por los arenales y playas como los lenguados. Lo suyo son las zonas rocosas, donde comen algas o van tras algún molusco o crustáceo. A lo mejor por eso el hocico del pejeperro parece enlozado, para romper conchas; o por eso el rollizo es tan oscuro, para mimetizarse. Lo cierto es que la intensidad de sabor de éstos pescados, u otros como el pejesapo, el blanquillo o la cabinza, los hace preferidos del público ya sea planchados o en caldillo ¿Dónde está el epicentro de tanto pescado? En el Mercado de Coquimbo, en la práctica un largo pasadizo donde abundan los puestos de pescados y mariscos, que venden los mariscales y cebiches listos y al paso (con su debido sello de Sesma), como también un producto casi de exportación coquimbano: sus sánguches de pescado, casi siempre de reineta y en marraqueta, aunque también puede caer otro tipo de pescado entre los dos panes. Algunos locales para tener en cuenta: Nicole Andrea, La

Picá de los Delfines, La Picada El Pionero, Aquí Está Juanito.

En la ciudad, salvo la ya tradicional

cocina de Don Tito

y sus especialidades en pescados, mariscos y carnes, no hay demasiado con qué entusiasmarse, a no ser que la idea sea echarse un trago antes de lanzarse al carrete del famoso Barrio Inglés. En la remozada zona turística de Coquimbo los restaurantes se baten en retirada, a favor de los bares. Más hacia la punta, llama la atención el

Café del Fuerte

, instalado justo en el Fuerte Coquimbo, que alguna vez asumiera la defensa portuaria durante la Guerra del Pacífico. Ahora, a un costado del solitario cañón que aún queda, hay mesas y sillas donde el visitante puede conseguir un sustancioso y bien servido menú de almuerzo por poco menos de $ 5.000 por persona. Por la ubicación y sabor de los platos, una ganga.

Entre Tongoy y

… Vamos más al sur, hacia la tranquilidad playera de Guanaqueros y Tongoy. Si no se tiene auto, mejor ir en colectivo y en grupo (de lo contrario, las esperas en el terminal coquimbano son eternas). En vehículo, en menos de media hora se está instalado en alguno de sus comedores clásicos. Por el lado de

Guanaqueros

, el Centro Gastronómico El Suizo responde a cabalidad a ese nombre, vale decir, una serie de cocinerías repartidas en dos pisos, donde las empanadas, los mariscos frescos a la orden y los pescados fritos (de peña o de los otros) son los caballitos de batalla. Precios más que razonables apuntalan su oferta. De todos modos, si de empanadas se trata, ya es un mito que las de

El Pequeño

, pocos metros más allá, son las más reconocidas del lugar. Y bueno, tienen razón. Si se trata de opciones más elaboradas está

Molokai

y una sólida carta de alternativas con valor culinario agregado. Especialidad-especialidad es su cebiche del día, con pescado fresco de roca de preferencia. Saben elegir los ostiones para que luzcan bien en cualquiera de sus entrantes, mientras que la calidad de sus risottos invita a probarlos más de una vez, si se está en plan vacaciones por allá. Se trata de la mejor opción culinaria del sector, que tiene su extensión en el

Centro Cívico de Puerto Velero

, con una carta similar pero con una opción de buffet con una barra ilimitada de ensaladas. Pasando l

a playa Socos

se alza Tongoy. Como enclave veraniego, es transversal: desde casas encopetadas en la punta, a campings donde el carrete se desata por el lado de la playa grande. Todos convergen en la cabecera norte de dicha playa, donde por un lado, en el muelle, se alzan algunas cocinerías donde la fritanga es poderosa y a veces sin filtro. Pero también, como el balneario es centro de investigación de Fundación Chile, la oferta de ostiones está garantizada, además de productos como la carnosa ostra japonesa. Ambos moluscos pueden comerse recién sacados del estanque, a la vista del comprador, con limón y nada más, en el puesto de Lorenzo Villalobos, Donde Chechen. Una delicia, realmente. De los locales instalados en la playa misma, un imperdible por calidad de instalaciones, atención y por lo sabrosa de su amplia variedad de empanadas (las de locos con queso, una joya) es

La Pink

. Un par de opciones de un balneario que hoy por hoy vive del turismo, como toda esta larga, costera y sabrosa faja de tierra del Norte Chico.

Direcciones
·       Oire. Avenida Peñuelas Norte 56, Coquimbo. Teléfono: (51) 423 000.
·       Hanabi. Avenida Peñuelas Norte 56, Coquimbo. Teléfono: (51) 423 000.
·       La Barquera. Avenida Peñuelas Norte 56, Coquimbo. Teléfono: (51) 423 000.
·       Bakulic. Avenida del Mar 5700 La Serena. Teléfono (51) 245 715.
·       Porota's. Avenida del Mar 900-B La Serena. Teléfono (51) 210 937.
·       Fuente de Soda Oriente. Balmaceda esquina Domeyko, La Serena Centro.
·       Café Bar Teatro Centenario. Cordovez esquina Los Carrera (Plaza de Armas), La Serena.          
·       Tintos y Blancos. Arturo Prat 630, La Serena. Teléfono: (51) 550 438.
·       La Mía Pizza. Avenida del Mar 2100, La Serena. Teléfono: (51) 212 232.
·       La Lobera. Caleta Peñuelas 03 Sur, Coquimbo. Teléfono: (51) 240 872.
·       Syrtaki. Costanera 018, Peñuelas, Coquimbo. Teléfono: (51) 240 566.
·       Café del Fuerte. Fuerte Coquimbo s/n, Coquimbo.
·       Don Tito. Melgarejo 1189, Coquimbo. Teléfono: (51) 313 021.
·       Centro Gastronómico El Suizo. Costanera Fritz Willy Lindermann 2427, Guanaqueros.
·       El Pequeño. Av. Guanaqueros 2315, Guanaqueros. Teléfono : (51) 395 341.
·       Molokai. Costanera 2597, Guanaqueros. Teléfono: (51) 395 326.
·       La Pink. Playa Grande de Tongoy s/n, Tongoy.
·       Dónde Chechen. Muelle Tongoy, Puesto 9, Tongoy. Teléfono: (08) 160 3835.
·       Club House Puerto Velero. Condominio Puerto Velero s/n, Tongoy. Teléfono: (09) 260 2448.

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