Embotelladoras de Coca-Cola buscan evitar acusación de la Fiscalía
Abogados de Andina, Embonor y Polar se reunieron ayer con el fiscal nacional económico. Pequeños operadores acusan presiones a minoristas para que no vendan marcas alternativas.

Prácticas comerciales que, a juicio de la Fiscalía Nacional Económica (FNE), excluyen a competidores pequeños, similares a las que provocaron una demanda contra la mayor cervecera local, CCU, encendieron las alertas ante la autoridad.
Pero ya no es la cerveza el foco de la investigación, sino el negocio de las bebidas. El 15 de septiembre llegaron notificaciones a las firmas indagadas, las embotelladoras de Coca-Cola en Chile: Andina, Embonor y Polar.
Y ayer, cuatro meses después, sus representantes se reunieron con el fiscal nacional económico, Enrique Vergara. Según el abogado de Embonor, José Tomás Errázuriz, la audiencia fue solicitada por las compañías para entregar datos no solicitados por el fiscal. "Le pedimos (al fiscal) una reunión de los asesores de las tres compañías embotelladoras de Coca-Cola para aportar antecedentes a la investigación y la investigación se lleva en forma reservada. Entonces, obviamente, no podemos decir qué tipo de antecedentes", señaló el abogado.
Los abogados de las firmas -Cristóbal Eyzaguirre, de Claro & Cia., por Andina y Jorge Herrera, por Polar- no quisieron hacer más comentarios sobre el encuentro. El fiscal no quiso detallar la audiencia.
Las embotelladoras intentan convencer a Vergara de la improcedencia de una acusación o demanda ante el Tribunal de la Libre Competencia, como la que interpuso contra CCU.
En el caso de CCU, la FNE investigó durante un año el mercado. Luego, llegó hasta el tribunal con un requerimiento que exigía poner fin a los contratos de exclusividad, además del pago de una multa de 20 mil UTA, unos US$14,5 millones actuales.
Sin embargo, la defensa de CCU, encabezada por el mismo abogado Cristóbal Eyzaguirre -hoy asesor de Andina- logró un acuerdo con la fiscalía tras comprometerse a dejar sin efecto los contratos de exclusividad que fueron cuestionados. Un arreglo similar podrían buscar las tres fabricantes de Coca-Cola, que en Chile tienen el 67% del mercado y que venden el 6% de sus productos a través de restaurantes y bares y el 49% a través del comercio minorista. Las firmas podrían, al igual que CCU, acceder a adecuar sus contratos con distribuidores para evitar una acusación que dañaría su imagen. El riesgo de ello sería admitir una culpabilidad que niegan.
EVIDENCIAS
Tras el caso CCU, Vergara anticipó sus próximos pasos. "Todos los contratos que tengan estas características (de exclusividad) y, más aún, si es un actor importante del mercado, es objeto de nuestra preocupación", dijo.
En su actual investigación, la FNE ya ha citado a pequeños operadores a dar testimonio. Otros esperan ser llamados. "Coca-Cola ha cerrado la entrada de cualquier otra marca con sus contratos de exclusividad que hace. Lo venía haciendo desde 2007, pero el año pasado esta política la expandió hasta sus clientes más pequeños", dijo el ejecutivo de un fabricante de bebidas alternativas. Agregó que con estas políticas las embotelladoras de Coca-Cola ejercen una presión muy fuerte sobre almacenes, hoteles, restaurantes, empresas de transporte de pasajeros y compañías que prestan servicios de alimentación para instituciones.
Otro operador comentó que sus marcas duraron muy poco tiempo en una firma de buses interprovinciales. "Cuando logramos entrar, nos sacaron usando estos contratos, que son como compromisos bajo cuerdas", explicó.
Las tres embotelladoras no quisieron opinar sobre el caso.
DUEÑO DE MC COLA: "NO HEMOS PODIDO CRECER"
Un crecimiento ínfimo en plena crisis es, según el presidente de la embotelladora McCola, Jacobo Mubarak, la prueba clara de que algo está funcionando mal en la industria de bebidas. El empresario (en la foto) produce McCola y Japi, bebidas que valen hasta 30% menos que las de marcas tradicionales y que debieran estar viviendo un boom en medio de la estrechez financiera, comenta.
"No hemos podido crecer por la agresividad de Coca-Cola, que presiona a sus clientes con quitarles descuentos, retirar los coolers o no venderles más si compran bebidas alternativas", dijo Mubarak. Para graficar, señala que las ventas de enero van 15% por debajo frente a las de 2008.
Según Mubarak, algunos dueños de almacenes tienen miedo de exhibir las bebidas que él produce y buscan evitar problemas con Coca-Cola, que controla 67% del negocio de bebidas en Chile.
"Tienen las Mc Cola debajo del mostrador", dijo.
El subgerente general de la empresa, César Ocares, explicó que Cola-Cola usa dos herramientas de presión: descuentos por fidelidad y equipos de frío. En el primer caso, ofrecen rebajas de hasta 5% a sus clientes por no vender otras marcas. En el segundo, les entregan en comodato refrigeradores para almacenar y exhibir las bebidas. "Si el cooler es importante, el descuento es imprescindible para ellos", señaló Ocares.
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