Mejor Jugador

Cantero (Cobresal)

8

Santos (Audax)

3

Espinosa, Carreño y B. Cortés

2

La historia futbolistica de Ever Cantero pudo ser distinta. Con poco más de 20 años, y luego de un par de campañas en su país nada esperanzadoras, sus goles en Puerto Montt despertaron el apetito de Universidad Católica.

De golpe, el paraguayo tenía su gran oportunidad.

Un examen sanguíneo le reveló un problema en las plaquetas y le lanzó una sentencia implacable: si seguía jugando, su vida corría peligro. La alta competencia quedaba completamente descartada.

Una década después, el guaraní continúa por las canchas chilenas (tras un breve periplo boliviano). Se le ve vivito y coleando. Y haciendo goles.

Esta temporada en Cobresal, su casa desde 2013, la comenzó como titular, pero de a poco Dalcio Giovagnoli fue relegándolo a la banca, dándole un rol secundario al que el atacante respondió con contundencia.

En una escuálida campaña de los mineros, Cantero se las arregló para destacar con uno de los mejores -si no el mejor- promedios de gol del torneo. Un tanto cada 88 minutos. Hizo cinco; jugó 439.

Y no fueron anotaciones cualquiera: el empate ante la UC en el debut, el del triunfo sobre Temuco.

Su mejor jornada fue en el 2-1 sobre O'Higgins. Entró en el segundo tiempo y anotó las dos conquistas que sirvieron para revertir el marcador y entregarle una de las pocas alegrías que tuvo en este semestre ese puñado de fieles hinchas, que bajo el sol nunca dejan de apoyar en el estadio El Cobre.

Esa actuación le permitió agarrar camiseta de estelar nuevamente. Sin embargo, una lesión lo dejó fuera del último tercio del certamen, cerrándole la opción de mejorar sus números.

Queda por ver si, en el otoño de su carrera, al delantero paraguayo le queda fuelle para seguir luchando por la titularidad o si su aporte desde la banca se transforma en el sello de sus últimos años.

La vida de Cantero en el fútbol pudo ser distinta. Un exámen médico dijo otra cosa. Le tocaron los equipos chicos, harto sacrificio y campañas con la soga al cuello; también algunas memorables. Como fuese, lo suyo fueron los goles. A veces más, a veces menos, pero siempre alguno para no olvidarlo.